El caso Koldo se ha cobrado otra víctima. Después de las investigaciones y el señalamiento del PP hacia diferentes personas del gobierno, uno de los presuntos implicados ha acabado teniendo que abandonar su cargo. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha destituido este martes al secretario general de Puertos del Estado, Álvaro Sánchez Manzanares, por su papel en la compra de veinte millones de máscaras a la empresa del denominado caso. Fuentes del gobierno español han confirmado la destitución, que llega días después de que las informaciones sobre esta trama de presunta corrupción provocaran la expulsión del PSOE del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, hoy diputado al grupo mixto del Congreso.
El pasado 20 de febrero se abrió una investigación contra siete personas, entre ellas el asesor del exministro de Transportes, Koldo García. Se buscaba saber si se habían enriquecido de manera ilícita mediante varios contratos para adquirir mascarillas que se hicieron durante la pandemia. Las adjudicaciones se hicieron por la vía de urgencia, puesto que la situación de emergencia lo pedía así y, por lo tanto, habría menos controles. En total las administraciones compraron material por valor a 53 millones de euros, una cifra que se investiga de sí realmente salieron de allá donde tocaba o bien de favoritismos con empresas. Toda la investigación -originada después de una denuncia del PP- ha provocado la expulsión del PSOE de Ábalos y este martes también la destitución de Sánchez Manzanares.

Armengol asegura que no hubo presiones
Paralelamente, la presidenta del Congreso, Francina Armengol también ha comparecido este martes y ha dejado claro que es todo una estrategia del PP para «enfangarlo todo». En este sentido, Armengol ha explicado que nadie de su gobierno buscó una manera de hacer dinero de aquella situación y ha añadido que no cree que nadie del ministerio de Ábalos ni de jefe otro ministerio tuvieran nada a ver, más allá de una mala gestión. «No dejaré que manchen mi nombre ni mezclen mi nombre, mi gestión y la de mi gobierno a nada que se asemeje a la corrupción», ha remachado la presidenta del Congreso.