La exalcaldesa de la CUP en Berga, Montse Venturós, ha roto su silencio sobre la depresión que la llevó a dejar el cargo en el año 2021. “Pensaba que si un camión me atropellara se acabaría todo, podría descansar. Lo peor que he pasado ha sido el miedo a mí misma”, dijo en una entrevista en El Suplement de Catalunya Ràdio, donde habló por primera vez del trastorno de salud mental que vivió durante dos legislaturas marcadas primero por el Procés y después por la pandemia.
Venturós, quien fue una de las figuras más destacadas de la formación anticapitalista, explicó que durante su etapa como alcaldesa llegó a perder entre 25 y 27 kilos, y que apenas ahora ha comenzado a recuperarse y sentirse mejor. «No sé por qué he tenido una depresión. Hay múltiples factores, también causas sociales. La primera legislatura fue muy intensa por el proceso de ruptura con el Estado español, que finalmente no se culmina, y la segunda es muy intensa con la Covid. Dos factores muy importantes que hicieron que me desgastara», expuso Venturós, quien en esos años también tuvo que enfrentar la muerte de su madre.
La exalcaldesa, que en el año 2018 fue inhabilitada por no retirar una estelada del balcón del consistorio, ha indicado que lo “más duro” de la depresión fue tener que enfrentar el “miedo” a sí misma. “Me dio mucho miedo cuando comencé a pensar ‘hóspita, ya me podrían meter en la cárcel, así descanso’. Al cabo de un tiempo pensaba que si un camión me atropellara se acabaría todo y podría descansar. Tener miedo de mí misma es lo más duro que he tenido que enfrentar”, relató. Asimismo, admite que antes de sufrir la enfermedad había tenido “prejuicios” sobre la misma: “Mi hermana había sufrido depresión”, explicó, y añadió que “siempre había pensado que era voluntad”. “Yo le he tenido que pedir perdón muchas veces”, admite, y deja claro que “una persona con depresión no puede. No es que no quiera. Es que no puede”.
“No perdonaré nunca que no se culminara la independencia”
Por otro lado, Montse Venturós explica que el 10 de octubre de 2017 tuvo que decidir entre quedarse con su madre, que se estaba muriendo, o ir a Barcelona por la declaración de independencia y ha afirmado que “nunca” perdonará que no se culminara la independencia de Cataluña. «El día que se tenía que proclamar la República, fui a despedirme de mi madre, que se estaba muriendo. Le pregunté si quería que me quedara con ella o que bajara a Barcelona, porque no sabía qué pasaría, si podía acabar detenida. Y ella me dijo que fuera a Barcelona, que era por lo que había luchado siempre y que era lo que tenía que hacer. A mí eso me hizo mucho daño. Y después pude compartir cuatro meses más con mi madre, pero esa despedida me hizo mucho daño», ha revelado.