Sonsoles Ónega ha disfrutado de una temporada muy buena en televisión, con buenas cifras de audiencia y también críticas. Su magacín por la tarde en Antena 3 supone el último capítulo de una trayectoria profesional muy larga, de casi 20 años. No todo ha sido fácil a lo largo de este tiempo, por eso, tal como acaba de reconocer en un acto público. La presentadora ha respondido las preguntas de la agencia
Dice que, ha llegado un punto, en el que ya no pide nada extraordinario a la vida. Sonsoles asegura que se ha dado cuenta de que, lo más valioso, es tener salud: «Solo pido que la vida me sea conservada como hasta ahora para poder ir con todo». Y es que la presión que siente al ser la cara visible de un programa diario le ha afectado más de lo que se pensaba: «Este año he descubierto que mi resistencia tiene un límite. He llegado a sufrir agotamiento crónico«.
La presencia de estrés prolongada en el tiempo puede llegar a causar este síndrome, un tipo de sufrimiento que crea la sensación en el enfermo de tener fatiga crónica, ineficacia y negación de lo que ha pasado. Sonsoles Ónega ha tenido un año «muy exigente» y esto ha tenido efectos secundarios en su salud. Ahora bien, prefiere quedarse con la parte positiva: «No me quejo en absoluto de los resultados porque sabíamos que sería una temporada difícil. Teníamos una competencia entre los grandes de televisión y hemos acabado bien la temporada, ya tengo ganas del año próximo».

¿Quién es el novio de Sonsoles Ónega? ¿Qué dice sobre él en las entrevistas?
La periodista ha acudido a este acto de la mano de Juan, un financiero de 52 años con quienes ha rehecho su vida sentimental después del divorcio del padre de sus hijos. No han puesto juntos en el
Hace relativamente poco tiempo que están juntos, ya que este amor salió a la luz el septiembre pasado cuando la revista

A punto de celebrar el primer año juntos, pues, continúan enamorados y se dejan ver juntos con cada vez más frecuencia. Es cierto que todavía les da vergüenza que los hagan fotografías y tampoco vuelen hablar mucho. Sin embargo, las cosas van bien y ella no disimula que está muy satisfecha.






