Natalia Rodríguez se hizo famosa gracias a
La andaluza ha soltado unos cuantos titulares sobre su vida amorosa. Llegó a tener una pareja muy estable de 13 años, pero el amor se acabó. ¿Cómo vive el desamor? «Me cuesta mucho». Dice que le han roto el corazón más veces a ella que no a la inversa: «Si empiezo una relación con alguien, yo siento que es para toda la vida. La última vez que me rompieron el corazón, este se me congeló y me está costando descongelarlo». Espera que no le vuelva a pasar, ya que dice que lo ha pasado «realmente mal«. De hecho, ha necesitado acudir al psicólogo: «He hecho una grandísima terapia para evitar estar tan mal si me vuelve a pasar».

En esta conversación, ha estado Natalia quien ha sacado el tema de los niños. Son muchas las famosas que lamentan que los periodistas les pregunten sobre sí quieren tener hijos o no. En su caso, dice que ha notado que se han reducido las preguntas sobre esto y ha explicado qué piensa: «Siempre me han gustado muchísimo los niños, pero también mi independencia y mis ratos de soledad. Un niño te da muchas cosas bonitas, pero también te toma una parte de tu vida y tu independencia».
Dice que, ahora mismo, no tiene este instinto maternal. Ahora bien, tiene los óvulos congelados por si acaso: «Todavía estoy en una edad fértil para poder ser madre si quisiera tomar la decisión, pero ahora no es una cosa que tenga en mente. No tenemos facilidades en el ámbito económico ni de independencia. Yo no quiero ser madre y estar viajando todo el día con un niño enganchado. ¿Qué ayuda tengo si soy autónoma? ¿Cómo me afronto a ser madre? ¿Quién me cuidará el hijo? ¿Y cómo lo hago si quiero ser madre soltera? Te lo tienes que plantear muy bien», denuncia.
Natalia de OT revela cuáles son sus principales miedos
Inmersa en una gira que mezcla temas antiguos y actuales, reconoce que le agobia un poco pensar en el que vendrá: «He aprendido a vivir el presente porque me he dado cuenta de que me creaba muchísima ansiedad pensar en el futuro». Vivir 23 años de la música no es nada fácil y ella lo ha conseguido a solas. El día que deje de tener el apoyo del público, dice que estará «feliz» por todo lo que he hecho. «A medida que voy haciendo años, más contenta estoy, me siento más segura en el escenario, tengo menos vergüenza y me siento más sexy a mis 41 años», dice.
La música le ha obligado a renunciar a ciertas cosas, por eso, como por ejemplo a pasar tiempos con su familia: «He renunciado a ver crecer mis sobrinos, a ver envejecer mis padres y a enfrentarme en una vida solitaria». Y es que, este mundo, hace que acabe un concierto con mucha adrenalina… pero con nadie a su lado porque es tarde y la gente duerme.

Natalia reconoce que siempre ha tenido mucho miedo de todo, pero despacio está intentando cambiar: «Antes tenía miedo a la soledad, al fracaso y a todo. Vivía en una continua ansiedad e incertidumbre. Ahora vivo la vida como si fuera el último día y hago lo que realmente quiero». Sin embargo, todavía le hace cosa pensar en la vejez y los comentarios crueles que recibe de vez en cuando.