Jorge Javier Vázquez continúa sin trabajo y la situación empieza a ser desesperada. La única manera que tienen sus seguidores de saber qué es de él es a través de la columna de opinión que mantiene en una revista del corazón, en la que ha vuelto a sincerarse esta semana. El presentador no tiene programa y parece que tampoco están preparando nada para él, así que calienta la silla a casa mientras se come la cabeza sobre cómo le está afectando todo esto.
El de Badalona es consciente que estar sin trabajar tanto de tiempo está empezando a perjudicarlo. No solo profesionalmente, que también, sino también en su día a día y en su carácter. ¿Una cosa que ha cambiado desde que está desocupado? Que nota que tiene más libido: «Yo ahora tengo muchas ganas porque no trabajo. Por lo tanto, el trabajo es el antídoto contra la lujuria. O trabajas o tienes sexo, pero las dos cosas a la vez no acostumbran a darse«.
Cree que haber trabajado tanto en el pasado lo ha perjudicado, ya que ahora tiene la agenda vacía y no sabe a quién llamar en esta época de mucho deseo sexual: «Le he dedicado tantas horas al trabajo que ahora me veo sin nadie a quien recorrer para pasar un rato sexual. No recuerdo la última vez que dormí abrazado a alguien y esto me quita un poco el sueño«, reconoce en una confesión muy íntima.


¿Tiene pareja Jorge Javier Vázquez? El presentador responde
Deja claro que no tiene una larga lista de candidatos queriendo ir a la cama con él. El problema, según explica Jorge Javier mismo, es que tampoco hace demasiado para encontrar remedio: «Tampoco lo pongo fácil. Me cuesta salir a la calle cuando me engancho en un libro y, afortunadamente, esto me está pasando muy últimamente». ¿A qué dedica tanto de tiempo libre? Básicamente, a ver la televisión y a leer por lo que dice.
También estaría reflexionando mucho sobre la vida y las relaciones intrapersonales. Por ejemplo, en este resumen de sus días ha añadido el pensamiento que ha tenido sobre el matrimonio y la convivencia de las parejas. ¿El resumen? Que no entiende ninguna de las dos cosas: «Me continúa pareciendo extraño que alguien quiera casarse a no ser que pertenezca al colectivo LGTBI y lo haga por activismo. También me parece extraño que dos personas que se desean, quiera convivir. A mis 53 años, prefiero vivir separado y juntarme solo los fines de semana y en vacaciones para evitar el desgaste».