Felipe y Letizia deben de tener una relación muy complicada, teniendo en cuenta todos los cotilleos que se han publicado sobre las discusiones que mantienen. Pilar Eyre se ha enterado de muchas cosas, lo que vuelve a demostrar en un artículo en
La cronista barcelonesa asegura que a Letizia le ha gustado mucho tener influencia sobre la educación de sus hijas, sobre quienes ha decidido qué tenían que comer y que no. Ahora todo esto cambia porque Leonor está a punto de convertirse en mayor de edad y esto cambia las cosas, porque ahora tendrá que ser el gobierno quien dé consentimiento de qué hace o deja de hacer la heredera a la corona española. Esto se ha visto reflejado en la decisión que la chica reciba educación militar durante tres años, lo que también hizo su padre a su edad. Letizia estaría totalmente en contra de enviar a su hija a hacer prácticas con el ejército y, todavía menos, durante tanto de tiempo. No ha podido impedirlo y esto le ha hecho enfadar, hasta el punto de optar por no dirigirle la palabra a su marido.
«Leonor ya no pertenece a su familia, pertenece al Estado y su madre dejará de guiar sus pasos. A partir de ahora lo hará el gobierno», escribe Eyre. Esta nueva situación no gusta nada a Letizia, una «obsesionada por la orden» como la describen muy a menudo. Ella no quería que empezara este septiembre la formación militar, ya que prefería que ingresara en la universidad antes o que hubiera optado por tomarse un año sabático y aprovecharlo para estudiar idiomas o viajar al extranjero.
La tensión entre Felipe y Letizia, muy fuerte en los últimos días
«La tensión ha sido claramente palpable, con días sin hablarse, portazos fuertes y gritos. Todo ha sido escuchado por el personal, que dicen que Felipe era el encargado de convencer a Letizia y que esta no ha sido una tarea fácil. Nunca se le escucha, a Felipe, ya que en la intimidad es la reina quien ordena y manda», explica. En esta ocasión, sin embargo, no ha valido de nada la opinión de la madre de Leonor.
Letizia habría tenido que tragarse todo lo que cree porque que dicen que ha llegado a ver en peligro la monarquía y «también su matrimonio«. No está de acuerdo con la decisión de enviarla al ejército y está preocupada por su hija, ya que han dicho que su formación será más exigente que la que recibió su padre. Una situación complicada en la que ha tenido que callar, lo que parece que no le hace demasiada gracia.
