El presidente electo de los Estados Unidos Donald Trump comienza a dar forma a lo que será su gabinete a partir del próximo 20 de enero. Según ha anunciado el líder republicano en un post en su red social, Truth Social, el responsable de la gestión de fronteras de la administración los próximos cuatro años será el exdirector interino de la agencia de inmigración y aduanas (ICE), Tom Homan. Conocido por su dureza contra los flujos migratorios, Homan dirigió la detención y deportación de personas migrantes durante un año y medio en la primera estancia de Trump en la Casa Blanca. Pilotará, pues, uno de los pilares centrales de la oferta política del Despacho Oval -hay que recordar que una de las principales promesas de campaña del GOP fue la deportación masiva de todas las personas indocumentadas que residen en el país-. El de Homan era, por sus tendencias conservadoras, uno de los perfiles que más se mencionaban para ocupar la dirección de Seguridad Nacional. Ahora, sin embargo, será el nuevo «zar de las fronteras» trumpista.
Según la publicación de Trump en Truth Social, entre las tareas de Homan constará el control de «la frontera sur, la frontera norte, todos los accesos marítimos y la seguridad en los aeropuertos». Recuperará también una de las competencias que disfrutaba como director de la administración de migraciones, como es «la deportación de extranjeros ilegales a sus respectivos países de origen». «Tom hará un trabajo fantástico, y largamente esperado», ha sentenciado el presidente electo.

Una conversación en las Naciones Unidas
El de Homan es el segundo nombre de la administración Trump que se ha hecho público desde los comicios del pasado martes 5 de noviembre. Según informó la CNN el pasado sábado, la conservadora Elise Stefanik será la embajadora de la Casa Blanca en las Naciones Unidas. Stefanik, inicialmente considerada una republicana moderada, fue la congresista más joven de la historia de los Estados Unidos cuando accedió a la Cámara de Representantes -en el año 2013, con solo 30 años-. Próxima en sus primeros años al movimiento neocon del expresidente George W. Bush, radicalizó sus posturas durante la primera administración Trump, hasta el punto de figurar entre los nombres del partido que apoyaron el levantamiento reaccionario del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio. A raíz de esta deriva ultraderechista, fue nombrada líder del grupo parlamentario republicano en la cámara baja, en sustitución de Liz Cheney -hija del exvicepresidente Dick Cheney y una de las diversas caras de la derecha tradicional que hicieron campaña a favor de la vicepresidenta Kamala Harris-; un cargo que todavía ocupa.