Emmanuel Macron ha actuado rápidamente después de la dimisión de su última primera ministra, Elisabeth Borne. El presidente francés ha decidido apostar por uno de sus hombres de más confianza para liderar un gobierno que hace años que acumula severas críticas por parte de la ciudadanía. El escogido ha sido el actual ministro de Educación, Gabriel Attal, que a sus 34 años se convierte en el jefe de gobierno más joven de la V República y lo primero abiertamente homosexual.
Attal, que ha llegado a sonar como potencial sucesor del presidente de cara a las próximas elecciones, ya tiene experiencia también como portavoz del gobierno y con este nuevo cargo alarga el que ha sido una fulgurante carrera que arrancó de la mano del mismo Macron cuando este decidió fundar su movimiento político. El principal reto del nuevo jefe del ejecutivo francés tendrá como primer reto relanzar la imagen del Gobierno de cara en la segunda mitad del quinquenio de Macron, en un año clave por la celebración de los Juegos Olímpicos y las elecciones europeas, después de que la estabilidad del Ejecutivo se viera seriamente dañada por el constante pulso en el Parlamento, donde se han presentado unas treinta mociones de censura.

En un mensaje a través de las redes, Macron ha comentado que «sé que puedo contar con tu energía y compromiso para poner en práctica lo proyecto de rearme y regeneración que he anunciado». Además, también ha aprovechado para apelar al «espíritu de 2017», cuando el presidente se presentó por primera vez a las elecciones. Por otro lado, las primeras palabras de Attal después de la nueva designación han sido el anuncio de una primera rueda de contacto con todas las fuerzas políticas y ha prometido que «la causa de la escuela» será una de sus «prioridades absolutas» en la nueva etapa a pesar de dejar el Ministerio de Educación.
La oposición se lanza contra Macron
La designación de Attal al frente del nuevo ejecutivo ha ido acompañada, como no podía ser de otro modo, de las críticas por parte de toda la oposición. El líder de la extrema derecha de Rassemblement National, Jordan Bardella, ha advertido que Macron solo aspira «atenuar el dolor del final de su reinado», aunque sea a expensas de «arrastrar en su caída» al nuevo primer ministro.
Por su parte, el presidente de los Republicanos, Eric Ciotti, ha gritado a acompañar el cambio de nombres por un «cambio de método» en la manera de gobernar: «La comunicación permanente tiene que dar a una política de claridad y firmeza». Los Republicanos, que salvaron con sus votos la última reforma migratoria, ha prometido también una oposición «responsable y rigurosa».
El excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (LFI), cree que Attal simplemente «recupera su lugar de portavoz» de Macron, fruto de una remodelación del gobierno en la cual «la función del primer ministro desaparece». «El monarca presidencial gobierna solo con su corte», ha sentenciado.