Ya hace casi diez días que la Franja de Gaza se ha convertido en el terreno de juego de la guerra entro Hamas e Israel. La principal afectada por el conflicto bélico es la población palestina que sufre un «asedio total» por parte del ejército israelí y, mientras los hospitales se ven sobrepasados por el aumento de heridos a causa de los bombardeos, las reservas de comida empiezan a escasear. Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, las reservas de productos comestibles que tiene Gaza se acabarán en menos de una semana, dejando a la población desprovista de alimentos. Para dar a respuesta la falta de alimentos, las Naciones Unidas ya tienen preparadas más de 300 toneladas de suministros de ayuda desde Egipto listas para ser enviadas cuando que se llegue a un acuerdo político para reabrir el paso de Rafa.
Los paquetes de alimentación no requieren cocina, es decir, son suministros que se pueden consumir rápidamente y desde cualquier lugar. La ONU ha preparado cajas con galletas con nutrientes específicos, latas y barritas energéticas, entre otros productos, que servirían para alcanzar más de 240.000 personas a la Franja. La directora del PMA para Oriente Próximo, Corinne Fleischer, ha reclamado en un comunicado que esta ayuda pueda entrar en Gaza para ser repartida de manera «inmediata»: «Y no solo una vez. Necesitamos un acceso mantenido», asegura la directora con el objetivo de prevenir una «catástrofe» de grandes magnitudes: «Cada día que pasa hay más gente al lado de la inanición», concluye.

Un abismo inédito
El responsable del programa para Palestina alerta que, a medida que pasan los días, Gaza se aboca a un «abismo inédito» en el cual los trabajadores humanitarios trabajan «a contrarreloj» y centenares de personas hacen cola cada día para conseguir apenas un poco de pan. El último balance de víctimas publicado por el ministerio de Salud palestino eleva el número de heridos por encima de los 12.500. Unas cifras estremecedoras que se complementan con los más de 2.500 muertos.