El auge de las plataformas de consumo en streaming de música ha cambiado radicalmente el funcionamiento de la industria musical. Mientras que antes las productoras -como mínimo, algunas de ellas- pensaban las canciones y su estrategia de marketing para que sonaran en la radio, la llegada de aplicaciones como Spotify, en términos puramente musicales, o TikTok ha cambiado el modelo de consumo de música. Esta es una de las causas que atribuye el estudio de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), elaborado por la estudiante del grado en Ciencia de Datos Laura Casanovas-Buliart y supervisado por Carlos Castillo, director del grupo Web Science and Social Computing (WSSC) del Departamento de Ingeniería de la UPF, sobre el sexismo en las canciones más escuchadas del estado español: «Las plataformas de streaming han creado un efecto túnel», argumenta la autora del estudio en conversación con El Món.

Las aplicaciones musicales utilizan un mecanismo de promoción de las canciones basado en la viralización. Es decir, el algoritmo hace que si una canción tiene muchas reproducciones y, como consecuencia, es más viral, se recomienda más entre otros usuarios. El segundo paso en la cadena es que las plataformas detectan otras canciones del mismo estilo que la que se ha hecho viral y también las recomiendan más, las hacen más visibles y, de esta manera, maximizan su audiencia y las sitúan en las listas de distribución. «Antes, las radios hacían más de filtro», añade la autora del estudio.

Este nuevo paradigma de recomendaciones musicales ha catapultado las canciones con letras sexistas y machistas. De hecho, así lo concluye el estudio, difundido en la revista Cogent Arts & Humanities, que apunta que un 51% de las canciones más escuchadas del estado español tienen letras con expresiones sexistas. La autora del estudio de la UPF y la investigadora Priscila Álvarez-Cueva, coautora del trabajo, han analizado las letras de cien de las 2.000 canciones más populares entre 1960 y 2022. De estas, a través de herramientas de análisis basadas en inteligencia artificial, el estudio ha determinado que más de la mitad son letras de carácter sexista: «No me esperaba en absoluto obtener estas conclusiones», admite Casanovas, quien destaca que su estudio, que ha elaborado como trabajo de fin de grado, ha demostrado que, «aunque ha habido avances en la igualdad y la lucha feminista, las letras de muchas canciones siguen perpetuando estereotipos nocivos».

El cantante JC Reis durante su actuación en el Movistar Arena / Ricardo Rubio (Europa Press)
El cantante JC Reis durante su actuación en el Movistar Arena / Ricardo Rubio (Europa Press)

La influencia del contexto social

El estudio de la estudiante de la Pompeu Fabra también concluye que las diferencias en el sexismo en las canciones se deben al contexto social e histórico con el que se han elaborado: «Antes las canciones hablaban de cuestiones más cotidianas, ahora hablan más de sexo, que antes eran temas más tabú», argumenta la autora. En cuanto a los géneros, la estudiante de la UPF apunta que las canciones de las décadas del siglo XX analizadas con un contenido más sexista eran pop, mientras que las actuales se enmarcan en el género de urban-latin. Ahora bien, la autora del estudio insiste en que es «precipitado» extraer conclusiones definitivas sobre los géneros musicales en los que perdura más el sexismo en las letras, ya que la muestra analizada es demasiado pequeña. No obstante, en líneas generales, el estudio recuerda que la sociedad aún no se ha desprendido de la herencia histórica de los estereotipos tradicionales de género ni de la lacra de la violencia machista, a pesar de los «últimos avances sociales y políticos en materia de igualdad y del auge del movimiento feminista, especialmente desde 2018».

Para paliar los discursos sexistas en el mundo de la música, el profesor que se ha encargado de supervisar este trabajo de fin de grado considera que las plataformas de streaming deberían buscar algún mecanismo para evitar la proliferación de este tipo de canciones: “Igual que pedimos a las plataformas de medios sociales que reduzcan la visibilidad del contenido radical o xenófobo, podríamos pedirles a las plataformas de streaming que no den tanta visibilidad a canciones que promueven comportamientos machistas”, argumenta. Ahora bien, la misma autora del estudio desconfía de esta posibilidad, ya que considera que las empresas de la industria no estarían dispuestas a dejar de recomendar las canciones con discursos sexistas porque «mueven mucho dinero»: «Es muy complicado regular, porque también son formas de expresarse, pero, de la misma manera que se hace con los discursos de odio, se debería crear más conciencia», reflexiona Casanovas. La estudiante de la UPF, que ha colaborado durante años en el mundo de la educación en el tiempo libre, la conciencia debe comenzar desde casa, con las familias. «Y si la escuela también contribuyera, sería ideal», añade. Hasta que las plataformas de música en streaming no den un paso adelante, sin embargo, las canciones sexistas seguirán escalando números entre las listas de los más escuchados y, por tanto, introduciendo su mensaje entre la población que las consume.

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