Joan Capdevila, es uno de los tres fundadores del mítico grupo de rumba catalana Rumba Tres, con de éxitos como
Qué es la rumba catalana?
La rumba catalana es un ritmo muy nuestro. El que nosotros denominamos rumba catalana, con el ventilador, se creó en Cataluña. No es como la rumba del sur de España o del centro de España, nosotros aprovechamos los ritmos de la guitarra y jugamos con la caja de la guitarra y hacemos percusión. Esta es la diferencia que hay entre la rumba catalana y la rumba que se hace en otros lugares de España o a rumbas otros países. Por eso es rumba catalana, porque se creó aquí.
¿Como empezó?
Empezó con el Chacho, con el Peret, que fue el creador del ventilador, que es la vez que se hace a la guitarra para jugar con la percusión de la caja de la guitarra. Aprovechas la caja para hacer la percusión con los acuerdos musicales.
Es decir, la rumba catalana una identidad propia.
Exacto. La forma de tocar la rumba tiene esta identidad propia de la rumba catalana. Por eso hay este dilema que hay, sí que la rumba es toda rumba, pero la diferencia es como se interpreta y aquí se creó la rumba catalana. Tiene su identidad propia, se ha dicho siempre. Cuando nosotros íbamos a cantar, cuando éramos unos
¿Por qué ahora el ministerio quiere imponer el término «rumba española» o «rumba de España»?
No acabo de comprender por qué quieren decirlo así porque son dos conceptos diferentes. La rumba catalana no tiene nada a ver, sí que hay un compás, pero la identidad es exclusiva de Cataluña porque se va crea aquí. Es una identidad nuestra, porque se crea aquí y se cambia la forma de interpretarla. De hecho, el Peret cuando fue a Eurovisión lo presentaron como rumba catalana.
¿Y como interpreta esta controversia?
Hay la controversia esta que la rumba también es andaluza, pero no tiene nada que ver con lo canto jondo o el flamenco porque la rumba catalana no es un palo del flamenco.

¿Como interpreas los cambios que reclama el ministerio?
Yo no sé si se ha llegado a hablar con el ministro Miquel Iceta, pero sí que se ha hablado con los técnicos y nos han trasladado que si fuera «rumba española» o «rumba de España» haríamos nosotros mismos la petición a la UNESCO para que entrara. Y han puesto un poquito de bastones a las ruedas, pero se luchará porque se diga rumba catalana.
Es decir, los técnicos del Ministerio de Cultura lo ponen todo al mismo saco.
Exacto. Ellos han hecho una globalización alrededor de la rumba, pero hay muchos lugares donde se hace rumba como Cuba o en la África. Y son formas diferentes de interpretarla, y la rumba catalana se creó aquí.
¿Se ha hablado con el ministro de Cultura, Miquel Iceta?
Tengo entendido que personalmente nadie de la plataforma todavía no ha hablado, pero desde el Ministerio están enterados totalmente que quieren hablar con él. Supongo que habrá de haber contactos para entrar a la UNESCO.
¿Y si no se modifica el término?
No aceptaremos que no se diga rumba catalana. La plataforma no aceptará otro concepto. También se ha comentado que había otras comunidades como han hecho con la jota, que entrará a la UNESCO, pero la jota la relacionamos directamente con el Aragón. Pero claro, se han juntado una serie de regiones y tienen más posibilidades que entren a la UNESCO.
¿Pero renunciar al término «rumba catalana» es renunciar a su diferenciación, no?
Totalmente. Si tú renuncias a esto, renuncias a la rumba catalana. Nosotros lucharemos porque se diga rumba catalana.
El presidente de la plataforma, Amadeu Valentí, ha dicho recientemente en una entrevista radiofónica que la rumba catalana tiene gusto de escudella.
Supongo que lo dice en el sentido que tiene gusto de escudilla porque es catalana. Si yo te digo ‘vuelos un plato de escudilla?’, tú sobreentiendes que es escudilla catalana. Y, claro, él lo ha dicho con un doble sentido, tiene gusto de escudella porque es catalana. Es Cataluña, es catalana.
¿Cómo la definiría?
La definiría como un ritmo muy nuestro que hemos adaptado durante muchos años. Es un ritmo muy alegre, con una identidad propia que gusta a todo el mundo. Por ejemplo, cuando nosotros hemos ido a tocar a lugares como Finlandia, Suecia o Noruega sufrías porque la gente no entendería nada, pero cuando empezabas a tocar la gente se volvía loca. Es un ritmo muy alegre, muy ‘desenfadado’, que se consigue con la vez que se hace a la caja que te da el ritmo para bailar. La rumba catalana solo la hagamos nosotros.
En su caso, la rumba la podrían definir como ‘del Tahití en el mundo’
Sí, del Tahití en el mundo. Aquí empezamos muy jovencitos y nosotros ya cantábamos aquí cuando teníamos 14 años y entonces nos decíamos Los Espontáneos. De hecho, justo a la puerta del delante, había un ‘chiringuito’ pequeño y allá tocaban Los Amaya, que estuvieron dos temporadas tocando aquí.
Aquí, al Tahití, nació Rumba Tres?
Cambiamos el nombre de Los Espontaneos a Rumba Tres porque cuando cambiamos de compañía discográfica y coincidió que no podíamos usar el nombre de Los Espontaneos porque el mismo sello tenía un grupo inglés que se decía Spontaneous Combustion y no lo podíamos usar por similitud con esta banda. Entonces, entre la compañía discográfica, nuestro mánager de entonces y nosotros decidimos el nombre de Rumba Tres.
Pero este local, al principio, no era suyo.
A mí me contrataron para trabajar aquí con 14 años. El local era de un señor, que se decía Cusí, que tenía unas industrias en Barcelona; y que en su momento decidió hacerle a su mujer después de ir a Tahití. Él compró este local, que al principio era más pequeño, e hizo una copia exacta de un local al cual ellos iban a Tahití. Aquí hay cosas auténticas de allá. Nosotros, mi hermano Pere y yo, compramos este local cuando teníamos unos 23 años. Pero aquí siempre se ha hecho música vive.
¿Cuál fue su primero gran éxito?
Con 19 años ya salió
¿Qué futuro le espera a la rumba catalana?
Creo que, como el rock, perdurará por siempre jamás; son tipo de ritmos que no morirán nunca. Pueden tener sus altibajos, porque, por ejemplo, la rumba antes de las Olimpiadas llevaba una temporada de bajada. Y con Barcelona 92, con Peret y Los Manolos, volvió a hacer una revifalla impresionante. La rumba catalana es un ritmo que no morirá nunca porque tú te pones a tocar y enseguida la gente se levanta y se pone a bailar.
¿Hace falta un nuevo impulso a la rumba catalana?
Siempre sería bueno que hubiera algo importando que impulsara la rumba porque esto le daría un crecimiento. Pero la rumba está a todos los lugares. Te vas a una fiesta mayor y siempre hay algún día que hacen rumba. Aquí, por ejemplo, cada año se celebra un festival de rumba, que lo propuso mi hijo y en el Ayuntamiento de Tossa de Mar le gustó la idea y cada vez va además y se lleva grupos jóvenes que fusionen la rumba catalana porque en la vida todo cambia un poco.

¿Es partidario que la rumba catalana evolucione?
Siempre habrá una evolución. Nosotros por ejemplo, incorporamos elementos nuevos, pero sin destruir la rumba catalana. Y esto también está pasando ahora, que hay mucha gente joven que está incorporando elementos nuevos respetando la base de la rumba catalana porque si no se podría desvirtuar o perder su esencia.
¿Algún ejemplo?
No quiero poner nombres porque me sabría mal dejar fuera a alguien. Hay grupos de chavales que han hecho una evolución de la rumba catalana.
¿Un impulso más podría ser que se declare la rumba catalana patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO?
Exacto. Supongo que nos costará porque se volverá a alegar que también se hace rumba a otros lugares de España, pero vuelvo a repetir que no es rumba catalana, es otro tipo de rumba. Estoy seguro que se aceptará, de una forma u otra, como rumba catalana. Tardará un poquito más o menos, pero se acabará aceptando.
¿Hay algún plazo establecido?
No, pero uno de los técnicos dijo que si es rumba catalana podría tardar seis años, u ocho, o nunca… Como diciendo, si tú aceptas que se diga «rumba española» o «rumba de España» sería mucho más inmediato que si se llama rumba catalana. Aun así, tenemos esperanzas positivas.
¿Si la rumba catalana acaba convirtiéndose en patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, lo celebrarán aquí?
Aquí, al Tahití, lo tendremos que celebrar porque es un bar rumbero de toda la vida.