La fiesta de Sant Jordi ha vuelto a teñir todos los pueblos y ciudades de Cataluña del rojo de las rosas. Miles de personas han salido a la calle este martes por la mañana en busca de un libro y una rosa para regalar a un -o muchos- ser querido, dejando una imagen masiva en todo el territorio. Fuera de Barcelona, el epicentro de la festividad, el barrio Vell de Girona, ha vuelto a quedar lleno, puesto que las paradas de libros y rosas se han ubicado entre la plaza de Cataluña, la Rambla y el puente de Piedra. La fiesta ha empezado, como de costumbre, a primera hora de la mañana para captar a las primeras personas que empezaban a pasear por las calles de la ciudad antes de llevar los niños a escuela o ir al trabajo.

A media mañana, pero, con la llegada de todos los alumnos de las escuelas de la ciudad, los anchos pasillos que había este año entre las paradas de rosas y libros profesionales se han empezado a hacer estrechos de la gente que salía en busca del regalo tradicional. Un ambiente festivo que los libreros y floristas celebran que hayan podido recuperar el barrio Viejo, después de que las paradas se hubiesen trasladado a la Copa desde la pandemia: «Está muy bien porque estamos muy anchos, las paradas pueden ser gordas y están separadas entre ellas» asegura la florista Lina Roure a la Agencia Catalana de Noticias (ACN). A estas alturas, con mucha jornada para celebrar, el alcalde de Girona, Lluc Salellas, se muestra muy satisfecho de las primeras impresiones de la ciudad.

Un chico aguanta una rosa mientras se mira un libro de una de las paradas de San Jorge de Girona / Aleix Freixas / Xavier Pi (ACN)

Vic, Manresa e igualada, epicentro de la Cataluña central

La Cataluña central también se ha llenado a tope durante las primeras horas de la fiesta, con Vic (Osona), Manresa (Bages) e Igualada (Anoia) como epicentros. En Vic, la plaza Mayor se ha convertido de nuevo en el centro neurálgico de esta celebración y con la particularidad que este año ha coincidido con el mercado semanal. Lo mismo que ha pasado en Manresa e igualada, donde la fiesta también ha llenado la ciudad de cultura y con paradas de libros y rosas. En cambio, en pueblos más pequeños de la llanura central, como Balsareny, donde la librería La Tempesa debuta por Sant Jordi, las paradas han quedado en un segundo plan y el grosor de la fiesta se ha concentrado en el interior de los establecimientos.

Aspecto de la Rambla Fernando de Lleida durando San Jorge / ACN

En Lleida, a pesar de las bajas temperaturas y la amenaza permanente de lluvia, un total de 187 paradas de libros y rosas llenan las calles de la ciudad, más de las que concentraba habitualmente la capital de la comarca. El grosor de la actividad se concentra en la avenida Francesc Macià y en la Rambla Ferran, donde el ambiente es animado a pesar de ser día laborable. Ahora bien, los vendedores confían en recibir todavía más volumen de personas de cara por la tarde.

Una pareja comprando una rosa de San Jorge en la rambla Nueva de Tarragona / ACN

Si nos desplazamos hasta el Garraf, al litoral catalán, la rambla principal de Vilanova y la Geltrú es este martes un estol de paradas de flores, libros y multitud de propuestas de entidades. Concretamente, más de 150 paradas se despliegan desde la plaza de las Nieves hasta tocar de la fachada marítima. Todavía en tierras tarraconenses, la rambla Nueva de Tarragona ha vivido una mañana de Sant Jordi frenético con 137 paradas de libros, rosas y entidades. Desde primera hora, la afluencia de gente que buscaba el libro o la rosa ha estado constando: «Por los pueblos y las ciudades de fuera de Barcelona nos beneficia que la fiesta caiga entre semana, porque la gente trabaja y no marcha», ha subrayado Andreu Pinyol, uno de los socios de la librería El Soterrani. Un argumento compartido por otras voces del sector. Independientemente de las características de cada población, pero, todo Cataluña se ha llenado en masa para celebrar la fiesta de Sant Jordi, uno de los días más esperados del año por los catalanes.

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