Hace días que los seguidores de Com si fos ahir no pueden disfrutar de las aventuras diarias de la pandilla del instituto Reina Sibil·la. El capítulo final del pasado 20 de julio cerró una octava temporada marcada por tramas muy diversas, pero que han mantenido la expectación y la tensión hasta los últimos instantes. Ahora que los protagonistas están de vacaciones hasta el inicio de la próxima tanda de capítulos en septiembre, 3Cat ha abierto un pequeño debate, recordando a aquellos personajes que han sido los más malvados de la octava temporada. Ha habido muchos, al menos, los guionistas han ofrecido un abanico de situaciones en las que los espectadores han visto sufrir de verdad a los amigos de la pandilla.
En un vídeo publicado en las redes sociales de 3Cat, Jaume Borja, comentarista de la serie diaria y encargado de la sección correspondiente al Comsi dentro del programa La Selva recupera los personajes más malignos y ofrece un ranking con el top cuatro que podrían llevarse el premio a más malvado del año.
👇 ¿Quién es para ti el malvado oficial de la 8ª temporada? 😈 #ComSiFosAhir3Cat pic.twitter.com/K43pSxAu0z
— 3Cat (@som3cat) July 30, 2025
Bernat, un chico tóxico y manipulador
El final de trimestre de Com si fos ahir ha estado marcado por un claro protagonista. Un joven con una sonrisa incansable y un aparente estatus de buen chico apareció para cambiar la vida de Patri (Lua Amat). Bernat (Oscar Ripollés) se incorporó a la serie gracias a una interacción con Patri unos días antes de Sant Jordi. La chica comenzó a sentir una atracción hacia él de manera repentina, rompiendo incluso la relación con Toni pequeño (Oriol Cervera). Este enamoramiento incontrolable se convirtió en una serie de situaciones muy tensas y tóxicas: control, manipulación, victimismo e incluso violencia.

Durante estas semanas, hasta la entrada del final de temporada, Bernat terminó mostrando su lado más oscuro. Al principio eran pequeñas acciones, condicionantes para manipular a Patri, que no era consciente de estos actos. A pesar de que su entorno intentó advertirla, necesitó un buen golpe para reaccionar, y su pequeña venganza fue un buen regalo. Después de una pelea con su novio en la Barnateca, que terminó con buena parte del mobiliario tirado por el suelo, Patri decidió presentarse en la cena familiar de Bernat para revelar su verdadera identidad, rompiendo con la idea que se habían hecho de él: un chico servicial, solidario y trabajador, que escondía bajo una máscara de nácar las acciones de una persona tóxica y narcisista.
Lídia, la prima más traviesa y sinvergüenza
No todos los malvados tienen que tener un secreto o una parte turbia, porque en el caso de Lídia (Míriam Alamany) siempre ha parecido bien orgullosa de sus juegos para enredar y engañar a las personas, a menudo con su prima como víctima. Esta temporada Lídia ha hecho y deshecho todo lo que ha querido, perjudicando a Gina (Meritxell Huertas) y sus relaciones más de una vez. La herencia de la tía Matilde (Mercè Comes) desató una guerra familiar por dinero, llevando a Lídia a inventarse historias para castigar a su prima, como que se había acostado con Jordi (Andrés Herrera), una mentira que provocó la ruptura de Gina con su novio.

Pero no ha sido la única jugada de la prima más traviesa de la ficción catalana. Su aventura con el seductor del amor, que se hizo pasar por cuatro hombres y que también engañó a Gina, casi la deja tirada en Marruecos para huir de la justicia con su dinero.

Incluso en el tramo final de temporada, con todos los problemas del apartamento de s’Agaró, Lídia intentó sacar provecho, comportándose como una niña buena para comprar el piso haciendo ver que lo compartiría. ¿Alguna estrategia más? Hay que hacer memoria porque Agustí (Marc Rodríguez) también fue víctima de sus juegos. La mujer aprovechó la sensibilidad del fontanero para conseguir que trabajara de manera gratuita, ¿pero cómo lo hizo? Lídia se parecía mucho a la mujer de Agustí, que había muerto hacía quince años. Toda una serie de trampas que terminaron con la prima traviesa pidiendo perdón.

Bolaños, un profesor sin escrúpulos
Esta octava temporada los profesores del instituto recibieron la llegada de un nuevo personaje que ha demostrado en más de una ocasión que tiene muy pocos escrúpulos. No es solo que el carácter de Domènec Bolaños (Dafnis Balduf) sea complicado de digerir, sino que además ha hecho la vida imposible a los compañeros del claustro. Ha tenido varias víctimas, desde Quique (Biel Duran), que terminó pidiendo la baja por ansiedad, hasta la queja que interpuso contra Ximo al Departamento de Educación porque no aprobaba su método de enseñanza, pasando por su venganza contra Adela, la directora del centro.

Manipuló el dinero que habían recogido para la fiesta del instituto, primero robándolos y luego colocándolos dentro del bolso de la profesora, para que todos pensaran que ella era la responsable. Además de mentir en su declaración policial, Noe (Elena Gadel) descubrió que había plagiado completamente la historia de una alumna de un curso de escritura. Esta trama fue la gota que colmó el vaso y la excusa perfecta para derrocar al profesor más ególatra del Comsi.

Esteve, un padre violento con problemas
El último personaje que ha colocado en el ranking Jaume Borja ha sido Esteve (Tucho Garçon). Se podría decir que cargó parte de la tensión y la parte más turbia de la última semana de la serie. Eso sí, durante toda la temporada ha demostrado que era un perfil peligroso y violento. El padre de Joel (Gerard Navarro) fue el culpable de que el chico terminara en un centro de acogida alejado de Isabel (Mariona Ribas), su madre. Esta situación lo terminó vinculando con Marta (Sílvia Bel) y Salva (Ernest Villegas), que sufrieron las consecuencias de una reacción enloquecida. Después de que la propietaria del bar La iaia se hiciera amiga de Esteve, el hombre malinterpretó las intenciones, cruzando una línea roja que pronto se fue complicando más. Un intercambio de denuncias, presentarse borracho en el piso de Marta y la acusación de Joel sobre una supuesta agresión lo hicieron enloquecer, provocando que el hombre buscara venganza contra Marta.

En el capítulo final de la octava temporada, los espectadores de la serie de TV3 sufrieron por la vida de Marta. Esteve la secuestró para conseguir que Joel hablara con él. Una situación que no podía permitirse, teniendo en cuenta el historial violento de su padre, que había estado encarcelado por maltratar a su familia. En un giro en los últimos segundos del capítulo, Marta logró escapar del local donde la había encerrado, hasta que finalmente la policía se lo llevó, por fin, lejos de la vida de Joel.

Una mezcla de estafadores, seductores insaciables e impostores
Aunque quizás este ranking resume los personajes que se podrían considerar los más malvados, no se puede pasar por alto otros perfiles que han complicado las tramas, aportando cierto dramatismo y oscuridad. Uno de ellos fue Rodri (Ivan Benet), el falso médico que casi deja a Eva (Alícia González Laá) sin dedo.

Derivada de esta relación hizo una aparición esporádica Lluís, un paciente de Rodri que había sido víctima de una de sus negligencias médicas. El carácter benevolente de Eva abrió una puerta por donde Lluís pensó que podría construir una relación, pero nada más lejos de la realidad. La trabajadora del gimnasio se vio obligada a decir que no y imponerse ante el victimismo de este hombre. Pero no ha sido el único personaje problemático. Las historias del estafador del amor –Ricard, Àlvar, Llibert y Saül-, los nombres de sus alter egos falsos, crearon más de una situación comprometida entre las primas.

Así como Eugeni (Oriol Vila), el seductor incansable que se cargó la relación con Cristina (Carlota Olcina) por haber creado un documento con una lista de todas las mujeres con las que se había enredado los últimos dos años, o Ferni, el propietario de un bar que llevó a Joel por el camino del tráfico de estupefacientes. En conjunto, una temporada que ha deleitado a los espectadores con tramas de lo más enrevesadas y sorprendentes, a la espera de saber qué pasará a partir de septiembre.