Los valencianos han ganado la partida a los barceloneses en el programa de
Can Nuri Terra y Cal Pintxo Palau de Mar han sido los representantes catalanes de esta particular pelea. Sus propietarios, Jordi Noguera y Carles Manresa respectivamente, han mantenido una competición sana y tranquila, ya que claramente los cuchillos han volado más en el bando valenciano. Los dos disfrutan de buena fama, dos clásicos marineros en la capital que han recibido críticas de los rivales al considerarse que el gusto de sus arroces no era tan potente como se esperaban. El nombre y los muchos años en activo los preceden, dos elementos que han hecho que las expectativas estuvieran muy altas (y que fueran difícilmente asumibles).
Enric Navarro ha sido la cara visible de Casa Navarro, fundado en 1998 y con más de 36 arroces en su carta. Situado en la playa de la Patacona de la Alboraya, mucha gente acude a su local para disfrutar de unas paellas valencianas con renombre. La decoración no ha convencido a los de la otra zona y tampoco la manera de preparar el arroz, el que han tachado de «demasiado hervido» y «con potencia flojita». Lo han encontrado más caro de lo que se esperaban, no les ha maravillado y Helena ha empezado a suspender: «Le pongo un 4 a la categoría del arroz porque he probado de mejores«. Ella ha protagonizado un momento tierno aquí, cuando se ha puesto a llorar al reconocer que hacía 14 años que no probaba una paella valenciana porque le recuerda a su abuelo fallecido, que siempre cocinaba esta receta.
En este restaurante ha empezado uno de los elementos graciosos de esta emisión, por eso, cuando los propietarios de los dos territorios se han obsesionado con comparar tres elementos presentes en cada uno de sus restaurantes. En primer lugar, no se han puesto de acuerdo a la hora de llamar a la olla que se usa para cocinar el arroz. ¿Arrocera, paellera,

Los dos platos estrella, del restaurante valenciano La Matandeta
En general, todo el programa ha ofrecido una buena sintonía y una rivalidad sana entre los cuatro participantes. Ha destacado el rifirrafe divertido entre Noguera y Helena Gálvez, la jefa de sala La Matandeta. El tono ha sido amistoso, simpático y ha dejado atrás el alta tensión que había habido en otros programas de esta temporada. Todo ha cambiado en la confrontación final, como decíamos, cuando Helena se ha quitado la máscara y los otros han visto que, en realidad, les estaba puntuando con notas bajísimas… una actitud que, está claro, ha acabado beneficiándola.
Cuando ha sido su turno, los otros se han apresurado a alabar un espacio maravilloso y que mantengan la tradición de hacer el arroz con leña cuando ya prácticamente nadie lo hace. No ha gustado mucho la cocina, sin embargo, ya que la han encontrado muy antigua. «Les hace falta una reforma profunda», se ha escuchado entre los rivales. Sin embargo, el servicio ha sido muy bueno y la paella valenciana ha convencido más que la de su competidor valenciano. Sí que se ha oído alguna pequeña crítica al gusto excesivo a leña, un comentario que le ha hundido y el marido ha tenido que consolarla en la cocina. El precio lo han puntuado muy bien porque realmente ha sido más barato de lo que creían, del mismo modo que han premiado la presentación y el gusto de los platos que ha ofrecido. Ella acabaría ganando la categoría del plato estrella gracias al chef, que en esta ocasión ofrecía un punto extra porque han sido dos los presentadores a escoger. Mientras el valenciano se ha cautivado por el allipebre de anguila, Marc Ribas ha premiado la que cree que es la mejor paella valenciana del concurso.


Ca la Nuri gana el duelo barcelonés de los arroces
Carles Manresa de Cal Pintxo Palau de Mar ha sido el primero barcelonés en mostrar su restaurante. Desde el principio ha quedado claro que el suyo era el local más exclusivo, con unos detalles
Finalmente llegaba el turno de Jordi Noguera y el Can Nuri del Eixample barcelonés. La receta de su madre es una fórmula secreta que ha insistido que no compartirá nunca, ya que funciona y no la quiere cambiar. Solo entrar, han destacado unas pizarras que ya avanzaban que a la carta tenían 12 tipos de arroces. Los rivales han criticado que la cocina fuera muy pequeña, aunque se han dado cuenta las paelleras parecían nuevas y que el espacio estaba bien aprovechado. Ciertamente, la actitud del representante de este local ha sido uno de los elementos que más gracia ha aportado a la emisión. De hecho, ha sido divertido cuando se le ha visto ponerse contento cuando ha sabido que le habían pedido probar la salsa marinera: «Aquí hay juego, chicos». No lo han valorado muy bien, por eso. Los otros han lamentado que se hubiera pasado con la sal en la salsa y no han entendido que añada queso de cabra al arroz meloso: «Sería un buen risotto en Capri y si tuviera más sal». Helena ha sido dura, ya que ha asegurado que le daba la sensación que todas las recetas que ha mostrado tenían el mismo gusto. Él se ha defendido: «Pues yo prefiero que todos sepan igual a que no tengan sabor como otros que hemos probado», ha espetado.

Las notas bajísimas de Helena generan tensión en la confrontación final
Todo eran buenas caras y simpatía hasta que ha llegado la confrontación. Cómo decíamos, aquí se ha visto que Helena había puntuado muy bajo a los otros y esto no ha hecho ningún tipo de gracia. Ella ha resultado la ganadora, pero básicamente porque los competidores han sido amables con notables cuando ella se ha dedicado a suspender a todo el mundo. Enric de Casa Navarro ha sido el primero en denunciar que no lo hubiera aprobado: «Creo que se tiene que valorar el trabajo de todo el equipo que hay detrás». Tampoco Jordi ha estado contento con la traición de quien parecía que había sido su amiga: «Me sabe mal ver este 5,9, la verdad». Le ha perjudicado el suspenso de Helena y esto lo ha hecho enfadar: «No comparto que el esfuerzo de todo un equipo sea valorado así, creo que se tendría que valorar el esfuerzo de hacer un
Cuando Carles también se ha mostrado molesto por el 4 que ha recibido de Helena, ella ha empezado a darse cuenta de que había quedado en evidencia su estrategia (aunque ella ha mantenido hasta el final que, simplemente, ha sido sincera). Rápidamente ha empezado a decir que, quizás, había estado «demasiado exigente» y ha criticado que los otros hablaran mal de los platos pero, aun así, los acabaran puntuando bien. «Tú eres un 4X4, supongo, porque todo lo puntúas con un 4», le han recriminado. Todos se han enfadado con su manera de puntuar y se lo han hecho saber: «Creo que una comida tiene que estar muy mala para ser suspendido», «Este arroz no se merece que le pongas un 4» y un «Creo que no entiendes suficiente los arroces catalanes y que, por eso, has puntuado de este modo», le han dicho.

Ella había recibido buenas notas de los rivales y no ha podido decir mucha cosa al verlo: «La nota más alta la he sacado yo porque yo no me valoraba a mí misma, supongo», ha dicho asumiendo la culpa. Jordi ha sido contundente: «Los señores hemos sido más caballerosos. Hay maneras de suspender… Te entiendo, pero también entiendo tu estrategia». Ella no ha podido evitar las lágrimas, pero ha acabado bajando la cabeza.
Cuando les han dado la oportunidad de cambiar las notas, ella ha acabado aprobando a Jordi de Can Nuri y ha pasado de puntuar su comida con un 4 a hacerlo con un 5. Por su parte, el otro valenciano ha castigado la estrategia de Helena y ha modificado el 9 que le había dado, por un 5. Con todo, La Matandeta ha resultado la ganadora de esta competición con un 8 en la puntuación final. Ha habido un empate en la segunda posición con Casa Navarro y Can Nuri con un 6,6 de nota; mientras que, en último lugar, ha estado Cal Pintxo Palau de Mar con un 6,4. Una segunda ronda de un partido que, en esta ocasión, han ganado los valencianos no sin polémica.