Com si fos ahir ha vuelto esta semana con fuerza. Los personajes de la serie que lidera los mediodías protagonizan tramas intensas que pueden dar un giro a sus vidas, sobre todo cuando quedan pocas semanas para que termine la octava temporada y aún quedan muchas incógnitas por resolver. El lunes ha estado marcado por una serie de situaciones muy destacadas. Por un lado, la relación entre Vane y Marcel (Nil Cardoner) parece haber cambiado por completo. De temerle y pensar que está vinculada con la desaparición de una chica en el barrio de Horta, a enredarse un par de veces en el sofá del piso de Cati (Olalla Moreno).
Por si las cosas no pudieran complicarse más, los profesores del instituto han pasado por una situación muy tensa. Las travesuras de Bolaños (Dafnis Balduf) han provocado una pelea entre el claustro. Todos los trabajadores se han puesto en contra de Adela y la acusan de haber robado el dinero de la fiesta del instituto. Ella, harta de las jugadas de este profesor ególatra, ha jugado sus cartas y ha decidido denunciar el robo a los Mossos. Por el momento, todas las opciones son posibles, pero es evidente que la situación entre los profesores puede complicarse mucho… En el capítulo del martes 10 de junio, los guionistas de Comsi han explotado un par de tramas que estos días han tomado mucho protagonismo.

Una nueva cita para Ivan y Víctor
Ivan (Roger Coma) es uno de los personajes más entrañables de la ficción catalana. El amigo íntimo de Sílvia (Montse Germán) siempre ha demostrado su facilidad para hacer amigos y conectar con todos. Tanto es así que se encontró con Víctor (Pep Ambròs) en la consultoría y de repente, saltaron chispas entre ambos. Su primera cita hace unos días fue un desastre. Ivan estaba angustiado por los mensajes y la carta misteriosa de una mujer llamada Diana. El equipo de Comsi aún no ha revelado quién se esconde detrás de esta identidad, pero es evidente que nunca dejan ningún cabo suelto sin explicación.

En el capítulo de hoy, parece que han decidido darse una segunda oportunidad. A Ivan le encanta coquetear y agradar, y Víctor responde muy simpático a sus intenciones. El trabajador de la tienda de antigüedades le ha enviado un cliente muy potente para disculparse, lo que permite organizar una segunda cita. Ivan, a pesar de su aparente seguridad, ha estado muy nervioso durante el encuentro, pero con la sonrisa encantadora de Víctor la cita ha mejorado. Eso sí, no podrían continuar sin un poco de dramatismo.

Cuando han decidido avanzar un poco más y estaban a punto de pasar a la cama, Víctor se ha puesto a llorar recordando a su ex, Bru (Marc Rius). Ivan le cuenta toda esta historia a Noe (Elena Gadel), que parece encantada de ver a su amigo ligando con un hombre después de la muerte traumática de Gabriel. El problema es que su amigo, a pesar de haber culminado la cita «con fuegos artificiales», no termina de estar seguro de querer formalizar nada. Es posible que los miedos del pasado aún pesen demasiado y comprometerse a quedar con Víctor asiduamente es una elección que debe tomarse con conciencia.

Los miedos de Ivan, un trauma que toma protagonismo
Más tarde, Ivan queda con Sílvia y Francesc (Eduard Buch) para actualizar la situación. Según Noe, podrá salir con Víctor si hace una lista de sus miedos y los va superando. Aparentemente, es sencillo y cuando comienza a enumerarlos, no parece que sea muy complicado: montar en bicicleta, los ratones… Ahora bien, cuando tiene que hablar del quinto miedo, es incapaz de mencionarlo y termina yéndose del piso. ¿Quién cree que puede estar relacionado con este personaje secreto que lo atormenta? Cada vez hay más intriga sobre este hecho y las pistas con cuentagotas de los guionistas evidencian que habrá un factor sorpresa pronto.

Horas bajas para el apartamento de s’Agaró
El grupo del instituto Reina Sibil·la ha formado pequeños grupos durante estos años. A pesar de ser amigos desde hace años, es cierto que se han ido creando sinergias por separado, como la aventura inmobiliaria de Gina (Meritxell Huertas), Jordi (Andrés Herrera) y Eva (Alícia González Laá). Compraron un piso en s’Agaró que esta octava temporada se ha convertido en el centro de un conflicto insoportable. Las dos amigas decidieron alquilar el piso a varias personas para conseguir un poco de dinero extra, sin mencionar nada a Jordi.

Sabiendo cómo es este personaje, su reacción fue brutal: humillar a las mujeres delante de todo el grupo por haber hecho una estrategia a sus espaldas. Por si las cosas pudieran complicarse más, Jordi organizó un calendario para las vacaciones de verano totalmente surrealista, como castigo por su mentira. La situación entre los tres ha empeorado y en el capítulo de este martes se ha vuelto insostenible. Jordi se ha enfadado de nuevo porque Eva se dejó sus llaves en la cerradura de la puerta y esto desemboca en una reprimenda en el gimnasio.

Pelea ridícula entre los amigos
¿Qué resultado han obtenido? Ahora la trabajadora del Gim Rabbit quiere vender su parte del apartamento, pero ¿qué harán sus amigos? Jugar sucio y comportarse como niños pequeños para ganar el premio y tener dos tercios del piso. Eso sí, Eva no parece muy convencida y ha decidido buscar a otra persona que quiera comprarlo. ¿Conseguirá la expareja el gran premio o alguien apostará por esta inversión? Por ahora, ambas opciones están abiertas, pero es evidente que los guionistas de la serie de TV3 aprovecharán el momento adecuado para sorprender a los fieles espectadores.