Cataluña es un país muy bien valorado para el turismo internacional gracias a su belleza paisajística, arquitectónica y cultural. Cada verano, las playas paradisíacas de la costa catalana, especialmente las de las comarcas de la Costa Brava, se llenan a tope de personas que aprovechan sus vacaciones para hacer parada al litoral o disfrutar de una estancia más larga. Los principales reclamos de la zona son los pueblecitos costeros y las calas escondidas, pero además de ver playas llenas, en verano también se llenan los bares y restaurantes de la zona para recuperar fuerzas después de un día bajo el sol con una buena comida mediterránea. Según la prestigiosa revista internacional ‘National Geographic’, el pueblo de Cataluña donde hay una mejor gastronomía -a pesar de que también apunta que hay buen comer por todas partes- es Cadaqués (Alt Empordà).

El motivo por el cual el medio norteamericano destaca especialmente esta población es por el suquet de pescado, un plato que tiene su origen en los pescadores del territorio y que transmite el sabor marinero de la zona. Este es uno de los platos más tradicionales del Ampurdán, pero también se pueden encontrar otras muchas elaboraciones con pez o marisco. A la Costa Brava -igual que en todo Cataluña-, pero, no solo se pueden encontrar ofrecidas gastronómicas para los amantes del mar y los sabores marítimos, sino que también se pueden encontrar otros platos tradicionales de la cocina mediterránea.

Una fotografía de Cadaqués / Twitter

Posibilitados para todas las carteras

La oferta gastronómica de Cadaqués, además de variada, también es apto para todos los tipos de carteras. Es decir, hay establecimientos ideales para hacer una parada justo después de salir de la playa, tomar algo y comer cuatro tapas, pero también hay restaurantes ideales para entablarse y descubrir los secretos de la cocina mediterránea. Este es, por ejemplo, el caso del Compartir, el local de Mateu CasañasOriol Castro y Eduard Xatruch -los chefs del Disfrutar (Barcelona), que ostenta 3 estrellas Michelin y es considerado el mejor restaurante del mundo- que plantea una oferta gastronómica tradicional, pero con el añadido que todos los platos se tienen que compartir entre los comensales. Un paso más allá de la ‘picapica’ de toda la vida.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que el precio de una experiencia gastronómica de estas características es más caro que tomar unas tapas a pie de playa. Uno de los locales donde se puede hacer este segundo tipo de comida es, por ejemplo, el bar Marítimo, un local casi centenario -originario del 1935- por el cual hay pasado grandes celebridades de la cultura, como Salvador Dalí, entre otros.


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