El verano, oficialmente, aún no ha llegado, pero el calor y las altas temperaturas ya se han convertido en protagonistas en Cataluña. Para refugiarse del sol, muchos buscan pueblos costeros al hacer escapadas de fin de semana o disfrutar de unos días de vacaciones. Mientras los catalanes ya tienen la mirada puesta en la playa, sin embargo, la prestigiosa revista internacional National Geographic todavía recomienda destinos situados en el interior del país. Para este mes de junio, el medio norteamericano destaca Guimerà, una villa y municipio de la comarca de Urgell, dentro de la demarcación leridana. El motivo por el cual National Geographic considera que es un destino imprescindible de visitar es que está declarado, en conjunto, bien cultural de interés nacional. Incluso, gracias a su encanto, se hizo pasar por un pueblo de la Toscana en la serie Dr. Death.
Las calles y las casas de este municipio se alzan montaña arriba desde el valle del río Corb, todas rodeadas por una muralla que marca los límites del pueblo. Debido a su peculiar configuración, en el lado norte del valle, Guimerà también ha recibido el sobrenombre popular de ‘El nuevo de Copas’, ya que la vista del pueblo desde el río es un amontonamiento de casas unas sobre otras. Uno de los encantos de esta villa catalana es que, a pesar del paso de los años, las casas y las calles han conservado su autenticidad. De hecho, muchas de las casas aún conservan puertas y ventanas de la época renacentista. Una casuística particular que la ha convertido en uno de los pueblos catalanes declarados bien cultural de interés nacional. En esta pequeña villa, sin embargo, ya no vive mucha gente habitualmente. Solo 246 personas, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat).

Un gran escaparate de la arquitectura medieval
Guimerà ha conservado muy bien su esencia, motivo por el cual se ha convertido en un gran escaparate de la arquitectura medieval. En el casco antiguo del pueblo es donde más se pueden ver estas muestras arquitectónicas medievales, ya que el entramado de callejones que siguen el lado norte del valle están llenos de arcos, cubiertas, casas puente y porches de aquella época. De hecho, es por este conjunto arquitectónico que el municipio pasó a ser considerado conjunto Histórico y Artístico en el año 1975 y, posteriormente, declarado bien cultural de interés nacional. En una escapada de fin de semana a Guimerà es imprescindible detenerse en su castillo, que data del siglo XI y del cual aún se conservan algunos restos. El elemento más característico de la fortaleza es la torre de vigilancia, un edificio fortificado destinado a la vigilancia que protegió el valle de los ataques enemigos durante siglos. Aprovechando la escapada, también es recomendable visitar la iglesia de Santa María, situada en la parte más alta de la villa, cerca de los restos del castillo.