Los pasajeros de la línea R3 de Rodalies, que va desde l’Hospitalet de Llobregat hasta la Tor de Querol, esperan, hartos, el inicio del nuevo macrocorte por las obras del desdoblamiento de la vía, que comenzarán este martes, 7 de octubre, y se prolongarán más de un año. Según los calendarios estipulados por Renfe y Adif, que actuarán coordinadamente durante las actuaciones en la red ferroviaria, durante ocho meses, hasta mayo de 2026, el servicio estará interrumpido entre la estación de Montcada y la de la Garriga debido a estas obras. A partir de mayo, una vez finalizada la remodelación «integral» de la estación de Montcada Bifurcación -eje troncal del frágil servicio de Rodalies-, la R3 seguirá afectada entre la estación de Mollet Santa Rosa y la de la Garriga, ocho meses más. Es decir, habrá un tramo de la línea que sufrirá afectaciones durante, como mínimo, dieciséis meses, siempre que las obras sigan al pie de la letra el calendario estipulado.

Pocos días antes del inicio de las obras, con los primeros rayos de sol, se respira cierta calma en la estación de Centelles (Osona), la estación que conectará el transporte alternativo por carretera previsto mientras duren los trabajos y el servicio de tren normal, que continuará hasta el norte del país. «A ver cómo sale esta vez», comentan dos hombres sentados con dos taburetes de separación en la barra del bar de la estación mientras apuran con la cucharilla la espuma del primer café del día. Optimistas, pero prudentes. Merche aún recuerda el último gran corte por obras que se hizo en la R3, que alteró el funcionamiento del servicio entre octubre de 2023 y febrero de 2024: «Recuerdo que los primeros días fue un caos absoluto. No teníamos ni idea de dónde teníamos que coger el autobús, faltaba mucha gente que nos lo indicara… Fue un auténtico despropósito», relata en conversación con El Món desde la estación de Centelles. Ahora, sin embargo, confía en que la situación sea diferente: «Espero que esta vez lo hayan hecho bien y todo funcione como Dios manda», añade.

A pesar de que desde Renfe han mejorado la información de la nueva fase de obras en la R3 para garantizar su buen funcionamiento, las entidades y agrupaciones de pasajeros mantienen sus exigencias: «Estamos muy combativos porque estamos desesperados. El servicio no funciona correctamente, y así también se ve en la planificación del corte», exclama el portavoz de la plataforma Para Que No Nos Fastidien el Tren, Marc Janeras. El portavoz de la entidad recuerda que las obras van «con dos años de retraso» y se prolongarán mucho más de lo previsto inicialmente: «Este corte llega tarde y mal», enfatiza. El problema para Janeras, sin embargo, no es nuevo, sino un reflejo más del abandono de Rodalies por parte de las administraciones. Por su parte, el ingeniero técnico de obras públicas y vocal de la asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) Arnau Comajoan también rememora el último corte por obras y, de acuerdo con la experiencia, asegura que los usuarios tienen un «grado de exigencia alto» sobre el funcionamiento de las largas actuaciones en la línea porque se ha podido planificar con mucho margen: «No queremos ver imágenes de gente perdiéndose o esperando buses, o buses esperando trenes», apunta.

Vista general del bus que ha hecho un trayecto de prueba este jueves organizado por Renfe, previo al macrocorte de la R3 / Laura Busquets (ACN)

Críticas sobre el plan de transporte alternativo

Como es habitual en las obras de esta envergadura en la red de Rodalies, la operadora gestora del servicio articula un plan de transporte alternativo por carretera. Fuentes de Renfe aseguran a El Món que este plan ha sido trabajado durante «muchos meses» y consensuado conjuntamente con todos los agentes implicados: plataformas de usuarios, los conductores de autobús que se encargarán del servicio por carretera y las alcaldías de los diferentes municipios afectados. Además, también recuerdan que se trata de una inversión de 56 millones de euros para conformar una gran flota de buses que permita cubrir la afluencia de pasajeros durante todos los meses de afectaciones. Una inversión «histórica», tal como defendió el ministro de Transportes, Óscar Puente, en el Congreso. En este sentido, el portavoz de Renfe, Antonio Carmona, también asegura que, en los diferentes puntos de transbordo, como la estación de Centelles, donde confluyen el servicio de tren y el de autobús, habrá 90 informadores para garantizar el buen funcionamiento del plan alternativo. El responsable de la operadora ferroviaria también deja claro que los primeros días del dispositivo servirán para analizar “dónde hay más buses de lo necesario y la capacidad de reacción ante cualquier incidencia y ser lo más rápido posible”. Por este motivo, según detalla, Renfe ha solicitado “un plan de contingencias” a las compañías de autobús con la voluntad de “minimizar” los contratiempos que puedan surgir.

A pesar de los argumentos que esgrime Renfe sobre el plan de transporte alternativo, las entidades de pasajeros consideran que no se ha tenido suficientemente en cuenta su opinión: «El once de junio nos presentaron un plan que parecía de consenso, donde aceptaban muchas de nuestras propuestas, pero luego todo se fue al traste», lamenta Marc Janeras. En relación con el plan actual, el portavoz de la plataforma Para Que No Nos Fastidien el Tren considera que «no es ni el mejor ni el peor» que les han presentado: «Es un punto de equilibrio», añade y asegura que «sólo nos queda exigir que funcione». En este sentido, Janeras también lamenta que desde la entidad han tenido que hacer un «trabajo enorme» para detectar todos los errores [ya resueltos] que había en algunos mapas de señalización del servicio de autobús: «Es triste tener que hacer el trabajo de la administración, pero es el modus operandi en Rodalies», remata. Por su parte, desde la PTP también recelan del funcionamiento del plan alternativo por carretera: «Es seguramente el corte más largo que hemos tenido en la historia de la red ferroviaria catalana y no podemos admitir situaciones de provisionalidad continuas a lo largo de estos dieciséis meses. Debemos tener desde el primer día un transporte que funcione muy decentemente, si no a la perfección», argumenta Arnau Comajoan.

Preocupación en las alcaldías afectadas

De la misma manera que las asociaciones de usuarios, algunos alcaldes de los municipios afectados también reciben con preocupación la nueva ola de obras en el servicio de trenes: “Necesitamos que esté bien dimensionado y dé el servicio que ahora da Rodalies, y eso no lo tenemos garantizado”, avisa la alcaldesa de la Garriga, la juntaire Meritxell Budó. Su principal preocupación es la frecuencia de paso del servicio de buses alternativo, ya que sólo se prevé que circulen una vez por hora. «Tenemos la experiencia del anterior corte ferroviario, cuando en las horas de máxima afluencia teníamos más de un bus cada hora», recuerda la alcaldesa. Un recelo que también comparten desde la PTP. En esta misma línea, el alcalde de Vic, el también juntaire Albert Castells, cree que el macrocorte de la R3 «es un reto enorme» que «no se ha trabajado con suficiente previsión«. «Se debería garantizar que un usuario, cuando llega a Vic o Centelles, si tiene que hacer la transmodalidad, tenga asegurada la plaza si ha pagado el billete porque tiene la expectativa de llegar al trabajo a tiempo o a los estudios», argumenta. Sea como sea, desde Renfe garantizan que el plan alternativo garantizará los desplazamientos de todos los vecinos de la zona afectados.

El director de Rodalies, Antonio Carmona, durant una atenció als mitjans / ACN
El portavoz de Renfe en Cataluña, Antonio Carmona, durante una atención a los medios / ACN

«Un mal necesario»

Las obras preocupan a los usuarios, pero las ven como un «mal necesario» para mejorar el servicio de Rodalies. «Soy consciente de que hay que hacer obras para mejorar los trenes, pero no deja de ser un lío cada vez que se hacen», reflexiona Merche. Anna, que espera pacientemente que llegue el tren en el andén de Centelles, tal como hace cada mañana para ir a trabajar a Vic, cree que, ni con las obras se mejorará el servicio: «Ya sabemos cómo funciona Rodalies. Aquí no nos sorprende [ríe]. Hay que ser un poco iluso para pensar que nos lo arreglarán…», ironiza la pasajera. Ambas son usuarias habituales del servicio ferroviario catalán desde hace años, pero, a pesar de las incidencias y retrasos que afectan casi diariamente a miles de pasajeros, aún conservan visiones diferentes de la red: «Siempre les pedimos que inviertan. Ahora que lo hacen, supongo que será para bien», apunta Merche. De hecho, el mismo Carmona asegura que, una vez finalizado el periplo de obras, aunque aún quedará mucho trabajo por hacer en la R3, la línea mejorará en «fiabilidad» y en «operatividad».

En este sentido, el portavoz de Renfe también celebra que «el desdoblamiento» de la R3 ya sea «una realidad», ya que se trata de una actuación estructural de la red de trenes del país que hace años que se arrastra. Actualmente, los diferentes tramos de la línea que se deben desdoblar ya tienen sus respectivos proyectos en marcha: algunos en obras, otros en fase de estudios informativos, otros en fase de alegaciones o de estudios ambientales. Sea como sea, el desdoblamiento de la línea ya está en marcha. Un desdoblamiento que también celebran mucho desde la PTP: «Queda claro que el desdoblamiento es algo bueno, y entendemos que se deben hacer obras», asevera Arnau Comajoan. Así pues, a pesar de que comprenden que hay que mejorar el servicio de Rodalies, los pasajeros de la R3 reciben con recelo este nuevo macrocorte por obras que condicionará la vida de los vecinos de los municipios afectados durante más de un año.

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