En el valle del río Corb, en el Urgell, hay un pueblo que podría pasar por un rincón de la Toscana. O al menos eso es el que creen los responsables de la serie Dr. Death, que han elegido Guimerà, un pueblecito de casi 300 habitantes permanentes, para grabar un capítulo que teóricamente pasa a la conocida región italiana. «Estábamos buscando un pueblo que se supone que es la Toscana. Este es fenomenal porque está muy virgen todavía”, ha explicado a
La serie de drama criminal, que explica los casos de médicos y cirujanos famosos por sus malas prácticas médicas, rueda uno de los episodios de la segunda temporada en este pequeño pueblo del Urgell. Esta semana un equipo formado por 180 personas ha desembarcado en Guimerà y ha revolucionado a los vecinos. El rodaje está rodeado de un gran secretismo y no se permite el acceso de la prensa al pueblo, pero tanto el Ayuntamiento como los habitantes de Guimerà esperan que sirva para revitalizar su economía. El alcalde, Salvador Balcells, es el más satisfecho de todos y no descarta que el pueblo se pueda convertir en un “plató de cine”.

Guimerà, un pueblo medieval con encanto
Guimerà es un pueblo medieval declarado bien cultural de interés nacional con un gran patrimonio arquitectónico. Anna, que hace años que veranea allí porque toda la vida su familia ha tenido mucha relación con el valle del río Corb, explica a El Món que es un pueblecito muy “original” porque “prácticamente no se ha tocado con los años”. En la década de los 70 mucha gente se marchó a Barcelona para buscarse la vida, pero no se vendieron la casa del pueblo y mantuvieron el contacto con sus vecinos.
A pesar de que tiene muy poca población permanente, las casas se han mantenido en buen estado gracias a estas familias. “Los hijos de quienes marcharon hace medio siglo han vuelto al pueblo para pasar los fines de semana o veranear”, relata. Como es un pueblo medieval, buena parte de las calles son inaccesibles a los coches y esto lo convierte en un lugar ideal para familias con niños. “Mis hijas con tres años podían ir por la calle sin riesgo”, recuerda la Anna.
A pesar de ser un pueblo pequeño, tiene mucha vida. El 2020 un grupo de vecinos creó la asociación Viu Guimerà para revitalizar el pueblo y atraer más vecinos permanentes, mejorar los servicios y promocionar la economía local y el turismo.