En la Facultad de Economía y Empresas de la Universitat de Barcelona (UB) ya se empieza a respirar olor de verano. Este jueves los más de 42.500 alumnos matriculados a las pruebas de acceso en la universidad (PAU) hacen el último esprint para acabar la selectividad. La primera prueba del día -y la única por algunos- ha sido ‘Lengua y Literatura catalana’, otro de los grandes retos de este maratón de evaluaciones. Los nervios del primer día ya no se ven en los rostros de los estudiantes, y más después de un examen de catalán que ha sido «muy asequible». Buena parte de los estudiantes consultados por El Món han escogido la opción B de la prueba. El motivo: el texto sobre inteligencia artificial. «Es un tema que domino bastante, y por eso he escogido esta opción. Me sentía más cómodo haciendo un ejercicio de expresión escrita, argumentando sobre la IA», explica Ricard Solà ante el aula donde ha hecho la prueba mientras charla con Arnau, su compañero de instituto, que también ha escogido la opción B.

Una idea con que también coincide Jofre Soler, que asegura que era un texto «técnico», pero «muy comprensible»: «Cuándo he visto las dos opciones no he tenido muchas dudas». Concretamente, a la opción B de la prueba, tanto el texto de comprensión lectora como el ejercicio de expresión escrita giraban en torno a la IA. Este, pues, ha sido el elemento que ha decantado a los estudiantes. Los tres estudiantes creen que el examen ha estado «muy sencillo» y que podrán «aprobar con buena nota» sin «muchos problemas». Ahora bien, no todos los alumnos han escogido la opción B, puesto que a algunos temían desarrollar un redactado sobre la inteligencia artificial por miedo a cometer algún error en tecnicismos. Este es el caso, por ejemplo, de Adrià Blansich, que al ver la temática de la prueba ha optado para escoger la opción A: «No sé si era más difícil que la B, pero no me he visto en corazón de hacer un texto sobre la inteligencia artificial», asevera.

Las faltas de ortografía, una de las grandes preocupaciones

A pesar de la tranquilidad y las sonrisas de los alumnos que llenan los pasillos de la Facultad de Economía y Empresas de la UB, algunos estudiantes expresan sus dudas sobre cómo los penalizarán las faltas de ortografía: «Siempre me ha costado mucho escribir sin hacer cabe falta, y me da miedo que no haya repasado bastante bien el examen y esto me penalice mucho», lamenta Maria Grau, que todo y las dudas se ve «confiada» para aprobar la prueba. En estos momentos, con la normativa actual de la selectividad, cada cinco faltas de ortografía -incluida la acentuación- se restará medio punto del examen. Hay que tener en cuenta, pero, que es el último curso que se aplicará esta medida, porque con la entrada de las nuevas pruebas de acceso a la universidad -que se ponen en vigor el 2025- estas penalizaciones se endurecerán: escribir correctamente supondrá el 10% de la nota.

Estudiantes dentro del aula durante las pruebas de selectividad / EP

Otro de los puntos que ha despertado más dudas entre los estudiantes han sido las lecturas obligatorias de bachillerato, uno de los temas que ha centrado más el debate sobre la selectividad de este año. «No quería responder preguntas sobre La plaza del diamante [una de las lecturas obligatorias] porque no tenía la obra muy clara, pero he visto las preguntas sobre literatura genéricas y todavía sabía menos», apunta Grau. Esta es una de las cuestiones que también cambiará con la selectividad del año próximo, puesto que las lecturas dejarán de ser obligatorias.

Las vacaciones de verano sobrevuelan la cafetería de la UB

Después del examen de catalán, la cafetería de la facultad de la UB se ha llenado de estudiantes rápidamente. Ahora bien, a pesar de que los alumnos están concentrados en la misma sala, el ambiente que se respira está muy polarizado. Por un lado, algunos jóvenes sacan los pocos apuntes que los quedan de la mochila para hacer el último repaso del examen de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, una prueba que encaran con muchas dudas después de la avalancha de críticas y lágrimas que generó la prueba de matemáticas de este miércoles: «Si el examen es como el de ayer, creo que lo dejaré en blanco», ironiza Jana Martí, que no confía a aprobar la prueba que empieza a las 12 horas.

Por otro lado, pero, hay varios grupos de alumnos, situados cerca de la ventana de la cafetería para aprovechar los rayos de sol que entran a través del vidrio, que ya han acabado del todo su periplo de la selectividad. Han cambiado los apuntes por sonrisas, cafés con hielo e, incluso, alguna cerveza. Mientras que por algunos todavía les quedan retos para enfrentar, otros ya han puesto fin a las PAU y empiezan las vacaciones de verano.

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