«Me ayudaría mucho contestarles si primero me explican o nos explican a todos los que estamos aquí, a todos los que nos puedan escuchar, si usted estuvo presente el 2 de abril de 2021 en la reunión celebrada en el cigarral de Ortega Smith en Toledo…». Esta fue la petición de Santos Cerdán, en su comparecencia en la comisión de investigación en el Senado sobre el caso Koldo del pasado 17 de diciembre. Una pregunta indirecta formulada con toda la intención y que tuvo el resultado que seguramente esperaba Cerdán, la evidente irritación de los portavoces de Vox y del PP en la comisión, a los cuales el exsecretario de organización del PSOE les pidió que bajaran la voz.

Cerdán se refería a un cónclave que desde su defensa política y jurídica se considera como «el origen de todo». Es decir, de la ofensiva contra el PSOE de Pedro Sánchez y la Moncloa. Un ataque político, policial y judicial que, según lo expresado por Santos Cerdán en la comisión, se inflamó aún más a raíz de la fotografía del pacto de Bruselas que acordaba la investidura de Sánchez con el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, como líder de Junts. Un acuerdo que cedía la Moncloa a Sánchez gracias a los siete votos de Junts.

El encuentro en el cigarral sería, para Cerdán, el punto de partida de una especie de conspiración contra el entendimiento con los independentistas catalanes y contra el poder del socialismo, a través de la Guardia Civil. Con un especial protagonista viejo conocido del independentismo, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, encargado de la coordinación del dispositivo policial para detener el referéndum del Primero de Octubre de 2017. Un mando que alcanzó como secretario general técnico del ministerio del Interior, un cargo que le ha permitido conocer todo el aparato policial encubierto y tener el control efectivo de los fondos reservados.

Diego Pérez de los Cobos, en medio del exministro Juan Ignacio Zoido, y el secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto/MDi
Diego Pérez de los Cobos, en medio del exministro Juan Ignacio Zoido, y el secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto/MDi

La figura de Pérez de los Cobos y Vox

Precisamente, el nombre de Pérez de los Cobos es clave para interpretar la información que utilizó Cerdán en la comisión para cuestionar la limpieza de las acusaciones. Diego Pérez de los Cobos ganó protagonismo mediático a raíz del referéndum y fue la figura contrapuesta al entonces jefe del cuerpo de los Mossos d’Esquadra, el mayor Josep Lluís Trapero, ahora alto cargo de la Generalitat como director general de la Policía del Gobierno del socialista Salvador Illa. De hecho, De los Cobos fue el principal testigo de cargo, como otro guardia civil -Daniel Baena, alias Tácito en Twitter- en las acusaciones de rebelión y sedición contra Trapero.

De los Cobos ya era un nombre de peso dentro de la estructura de mandos de la seguridad del Estado en su cargo en el ministerio. De hecho, todas las operaciones delicadas pasaban por sus manos y gestionaba el control de los fondos reservados destinados al ministerio del Interior. Después de la gestión del referéndum, fue ascendido y nombrado jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Madrid. Un destino importante en la compleja estructura del instituto armado. Pero un informe filtrado sobre la manifestación del 8-M en Madrid el año de la pandemia, firmado por la Guardia Civil y orientado a culpar al gobierno español de la expansión de la Covid, alarmó a la Moncloa.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tomó una decisión complicada y sin tener muy presente el ascendiente del coronel De los Cobos dentro del instituto armado. Marlaska lo destituyó de la comandancia y provocó un terremoto en el cuerpo. Tanto fue así que dimitieron los números dos y tres, los tenientes generales Laurentino Ceña y Fernando Santafe. La crisis llegó a la Audiencia Nacional, que declaró ilegal la destitución, y Marlaska se encontró con una batalla judicial hasta el Supremo de la cual salió muy mal parado. De hecho, De los Cobos salió ganando con el hecho de que el ministro impidió que formara parte de la terna para ser ascendido a general.

Incluso, la justicia obligó a mejorar la condecoración que el ministro había otorgado al también coronel de la Guardia Civil y jefe de la poderosa Unidad Central Operativa (UCO) Manuel Sánchez Corbí. Casualmente, el hombre nexo del instituto armado con la operación Cataluña y posterior jefe de seguridad de Acciona, la empresa relacionada con las supuestas comisiones que habrían cobrado Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. A partir de la disputa con De los Cobos, Marlaska se vio envuelto en una red judicial que obstaculizaba cualquier decisión delicada del ministerio respecto al instituto armado.

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, calla sobre la situación administrativa del colombiano que es testigo de cargo contra Boye/Gabriel Luengas/EP
El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska,/Gabriel Luengas/EP

La reunión

La sombra de De los Cobos llega directamente al caso Cerdán a raíz de una información relatada en el libro Vox SA, (Editorial Península, 2022), del periodista Miguel González, que sigue para El País la información relativa al partido de extrema derecha. El libro revela una reunión en la que participaron Pérez de los Cobos; el entonces secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith; el diputado por Toledo y exjefe de comunicación de Vox, Manuel Mariscal; Ricardo Alba, exsecretario general de Fuerza Nueva y miembro de la Fundación Francisco Franco y Daniel Arias, presidente del comité de Vox en Toledo. El cónclave se producía en un cigarral, una especie de masía propiedad de Ortega-Smith, el 2 de abril de 2021, justo dos días después de que los magistrados de la Audiencia Nacional anularan la destitución de Pérez de los Cobos.

Siguiendo el relato del libro, tres días después de la reunión, el lunes 5 de abril, Vox presentó una querella criminal contra Marlaska ante el Tribunal Supremo por delitos de obstrucción a la justicia y prevaricación. La base de la querella era la destitución de Pérez de los Cobos con un argumento que la extrema derecha consideraba delictivo como era la «pérdida de confianza». La querella siguió su trámite. Paralelamente, el caso por la destitución de Pérez de los Cobos seguía su recorrido en la sala contenciosa administrativa de la Audiencia Nacional que, finalmente, el 15 de septiembre de 2021, dio la razón a Marlaska. El 27 de octubre de 2021, el Supremo, sin embargo, dio la espalda a Pérez de los Cobos y a Vox y archivó la querella contra Marlaska. Pero la alegría duró solo dos años para Marlaska, porque, el 28 de marzo de 2023, el Tribunal Supremo declaró ilegal la destitución de Pérez de los Cobos. Una verdadera bomba que desnudaba la guerra contra una de las principales torres del gobierno de Pedro Sánchez.

La maniobra de Vox ayudando a Pérez de los Cobos abrió las puertas de los altos mandos de la Guardia Civil al partido de Santiago Abascal. El estado mayor del instituto armado vio satisfecho el posicionamiento desacomplejado de Vox para defender a uno de los líderes del instituto armado como Pérez de los Cobos. Si Vox ya tenía el favor de la tropa, con organizaciones como Jucil, el parasindicato de los guardias civiles, ahora ya tenía también el del generalato del instituto armado. Además, Pérez de los Cobos ganó aún más autoridad moral ante los uniformados al difundirse los whatsapps con los que Ábalos se enteró, dos meses antes de la sentencia, que Trapero sería absuelto. Todo gracias a unos whatsapps que el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, envió a Ábalos, entonces hombre fuerte del gobierno y del PSOE. El archienemigo de Pérez de los Cobos veía cómo progresistas de la judicatura hacían piecitos con el gobierno de Sánchez. Una información que aún alteró más los ánimos.

Santiago Abascal y Javier Ortega Smith, el día de inicio del juicio al 1-O
Santiago Abascal y Javier Ortega Smith, el día de inicio del juicio al 1-O

¿Ortega-Smith?

Después de que, en la comisión, Santos Cerdán mencionara la reunión, el senador portavoz de Vox, Ángel Gordillo, visiblemente molesto, pidió amparo a la Mesa y amenazó al exnúmero tres del PSOE advirtiéndole que él «no podía hacer preguntas». Gordillo se mostró bastante enojado por el nombre de Ortega-Smith, que, ahora mismo, es uno de los líderes de la extrema derecha apartado de la primerísima línea de la dirección de Santiago Abascal. Pero nadie ha desmentido una reunión que enreda el Proceso con el caso Cerdán y que relaciona la profusa actividad de la Guardia Civil contra Sánchez y el PSOE.

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