Este lunes, los portavoces de la comisión de investigación de los atentados yihadistas del 17-A han recibido unos documentos que temían que nunca llegarían. En concreto, los documentos que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Ministerio del Interior tenían sobre Abdelbaki es-Satty, el imán de Ripoll que fue el cerebro de la célula yihadista que atentó en Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017. Unos informes que detallan las reuniones que mantuvieron con el imán en la prisión y los contactos posteriores tanto con el CNI como con el servicio de Información de la Guardia Civil.

De entrada, los documentos contradicen el primer informe del Ministerio del Interior, que computaba cuatro reuniones con los dos servicios de seguridad cuando en realidad fueron seis, tres con cada servicio de seguridad. En todo caso, los informes avalan la tesis de que el CNI no solo tenía controlado al imán, sino que además lo aprovechó como colaborador, informador y confidente. Además, el mismo imán aportó informes manuscritos a cambio de proteger su seguridad y, curiosamente, días antes de lograr su salida de la prisión y en plena tramitación de su derecho de asilo –una de las condiciones para trabajar con los servicios de inteligencia era no tener que regresar a Marruecos–, se le suspendió la pena de expulsión del Estado.

Gracias a los informes manuscritos que aportó a petición de los «entrevistadores» del CNI, los servicios de inteligencia del Estado le hicieron un perfil. Un informe grafológico-psicológico que lo definía como un «individuo con una alta inteligencia y mucha memoria» que sería «capaz de manipular con eficacia». De hecho, llegan a concluir que si no recuerda algo de lo que «deba informar, lo más probable es que esté mintiendo». Incluso, llegan a describirlo como «fiable» porque «percibe muy bien el entorno» y tiene tendencia a decir «lo que los demás quieren conocer». Le reconocen una gran capacidad de «discernir».

Parte de uno de los informes de la Guardia Civil aportados a la comisión y desclasificados que aportan luz sobre la relación del imán con los servicios de Información del Estado/Quico Sallés
Parte de uno de los informes de la Guardia Civil aportados a la comisión y desclasificados que aportan luz sobre la relación del imán con los servicios de Información del Estado/Quico Sallés

Tres entrevistas y un informe

La primera entrevista del CNI se concreta el 17 de marzo de 2014 en la prisión de Castellón. Un encuentro donde Es-Satty asegura ante los agentes que tiene miedo de difundir sus conocimientos tanto sobre los implicados en la operación Chacal, caso antiterrorista del año 2006 en Vilanova i la Geltrú, como sobre los del 11M. Temía sobre «posibles consecuencias» por el hecho de pasar la información. Con los agentes pactaron las «cuestiones de seguridad» y concertaron una nueva entrevista para el 1 de abril de 2014. Un encuentro donde debería tener listo un relato de los hechos de su paso por Vilanova.

La reunión se celebra un día antes de lo previsto, el 31 de marzo. Se alarga dos horas y media. Antes de entregar la información pregunta qué uso se hará de ella y sobre todo se preocupa de que su testimonio y datos no sean materiales para utilizar judicialmente. Acepta facilitar todos sus conocimientos del pasado sobre los procesos en Cataluña, Ceuta y Marruecos, de los cuales, según informa, había «ramificaciones». En esta reunión identifica una serie de nombres y señala «dos de los peores» del grupo yihadista desarticulado. También admite ser el responsable de Bellill Belgacem, un yihadista inmolado en Nasiriya, en Irak, en un atentado que causó la muerte de 12 carabineros italianos. «También mencionó a los otros marroquíes que intentaron inmolarse y fueron detenidos», apuntan los agentes.

Parte de uno de los informes de recopilación de información que el CNI hizo sobre las entrevistas con el imán/Quico Sallés
Parte de uno de los informes de recopilación de información que el CNI hizo sobre las entrevistas con el imán/Quico Sallés

El mismo encuentro también sirvió para proporcionar y recoger información de la mezquita de Cambrils y de la operación Lago del año 2003, en la que se desarticuló una supuesta trama de preparación de explosivos. En esta entrevista le vuelven a reclamar los informes por escrito. Los agentes reconocen que, cuando le conviene, se muestra disperso o desvía el foco o «juega con sus conocimientos». Por ejemplo, se muestra reacio a delatar islamistas encarcelados en la misma prisión o detallar las relaciones con Mohamed Atta, inmolado en el atentado de las Torres Gemelas, o su conocimiento con otro yihadista –cuyo nombre está tachado por el CNI en el documento desclasificado para que no se pueda leer– que había regresado de Afganistán y que se instaló en una masía en Tarragona que conocía, donde también añadió que habían hecho estancias «personas relacionadas con terrorismo y delincuencia». Pactan una nueva entrevista para finales de abril. En el informe del CNI los agentes hacen constar que «se trata de una persona bastante inteligente y muy desconfiada, que intenta jugar con sus conocimientos».

Cabecera del informe manuscrito presentado por el imán de Ripoll al CNI/Quico Sallés
Cabecera del informe manuscrito presentado por el imán de Ripoll al CNI/Quico Sallés

Una tercera entrevista con el CNI y tres con la Guardia Civil

El 24 de abril, los agentes se vuelven a encontrar en la prisión con Abdelbaki es-Satty. No le hacen «ninguna propuesta informativa para no revelar los objetivos del Centro [CNI]». El encuentro dura una hora y media. En esta ocasión da su número de teléfono y entrega un informe manuscrito de cuatro páginas. Los agentes le dan un teléfono de contacto para cuando salga de la prisión «a condición de que no lo proporcione a nadie». La información, según los agentes, debe analizarse. Un documento con un español muy razonable y con partes censuradas detalla sus contactos en la prisión, en Vilanova i la Geltrú, en Marruecos o en Segur de Calafell.

A estas entrevistas hay que añadir las tres realizadas por la Guardia Civil un año y medio antes. El cinco de abril, el 24 de mayo y el 27 de junio del año 2012. En estas entrevistas, los agentes explican que ha aportado datos «relacionados indistintamente con actividades criminales como tráfico de drogas, radicalización, captación de fondos con finalidad terrorista y pretensión de comisión de atentados». En estas entrevistas, Es-Satty también pide no ser retornado a Marruecos y que no se ejecute la orden de expulsión que hay contra él.

La resolución de admisión a trámite de la petición de asilo de Abdelbaki
La resolución de admisión a trámite de la petición de asilo de Abdelbaki Es Satti

Es-Satty lo logró: no fue expulsado

Las súplicas a la Guardia Civil y los posteriores pactos con la Guardia Civil se cumplieron. En concreto el 22 de mayo de 2014, justo cuando hacía un mes que había salido de la prisión, el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Política Interior, emitió una resolución, firmada por el subdirector general de Asilo, con la que admitía a trámite la “solicitud de protección internacional” de Abdelbaki es-Satty, registrada el 29 de abril del mismo año. Una petición de asilo que finalmente se vio superada porque el juzgado contencioso número 2 de Castellón corrió más y anuló su expulsión de España –que habría ido asociada a la prohibición de entrada al Estado español por si intentaba regresar–, con la complicidad del abogado del Estado.

La solicitud de asilo fue paralela a la reclamación de suspensión “cautelar” de la orden de expulsión implícita en la pena de prisión ante el juzgado contencioso administrativo número dos de Castellón. La orden de expulsión se dictó el 22 de abril de 2014 y Abdelbaki es-Satty interpuso el recurso oponiéndose a ser repatriado a Marruecos, donde nació en el año 1973. El juzgado, en un tiempo récord, tramitó el recurso. Además, el abogado del Estado no se opuso a la suspensión solicitada por el imán. Así, el 19 de mayo de 2014, en la interlocutoria 123 del procedimiento abreviado 170/2014, el juzgado decidió a la vista de “la arraigadura” de Es-Satty y “la no oposición expresa de la administración” suspender la expulsión.

La decisión de detener la expulsión se convirtió en firme por sentencia 59/2015 del mismo juzgado dictada el dos de marzo de 2015. La decisión del juez obligó al Ministerio del Interior no solo a dejar sin efecto la orden de expulsión sino que, además, anuló también “la extinción de la autorización de residencia de larga duración” de la cual era titular el imán. Todo quedó regulado por el Ministerio del Interior el 9 de junio de 2015, por orden del entonces subdelegado del gobierno español en Castellón, David Barelles. Esta orden hizo decaer la petición de asilo porque se le reconocía al imán la vigencia del número de identificación de extranjero (NIE) y su empadronamiento en el Estado español, es decir, lo reconvertía en ciudadano libre en España. Al final, pues, el imán sí que tuvo una larga colaboración con los servicios de seguridad y de inteligencia del Estado.

La decisión del juzgado de suspender la expulsión a la vista de que el abogado del Estado no se opuso
La decisión del juzgado de suspender la expulsión a la vista de que el abogado del Estado no se opuso

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