Junts per Catalunya ha vuelto a poner sobre la mesa la oferta a Esquerra Republicana de tejer una “estrategia catalana” en Madrid sin “ninguna condición”. El objetivo de la propuesta es aprovechar la «debilidad histórica» del gobierno español y del PSOE –salpicado por casos de corrupción y acoso sexual mientras tampoco dispone de mayoría en el Congreso de Diputados después de que la formación de Carles Puigdemont diera por rotas las negociaciones con los socialistas españoles– en favor del reconocimiento nacional de Cataluña, «en todos los ámbitos». De momento, el líder de Esquerra Republicana en Madrid, Gabriel Rufián, ha rechazado la propuesta, que ha calificado de «mercadería tóxica», y ha dicho que sólo estudiarán hablar de ello si Junts pide perdón por la cantinela «miserable» del «a cambio de nada» de los últimos años y deja de votar junto con PP y Vox en el Congreso. La oferta ya la hizo el presidente en el exilio y líder del partido durante la campaña de las elecciones al Parlamento de Cataluña, donde supeditó un eventual gobierno de coalición en Cataluña a un frente común en Madrid.

Una oferta que nunca ha llegado a cristalizar, ni siquiera cuando Junts pel Sí cuando Cataluña vivía el punto álgido del proceso a las puertas del Primero de Octubre. Politólogos consultados por El Món consideran que no se dan las condiciones para poner en marcha este espacio, ni en lo que queda de legislatura ni de cara a las próximas elecciones generales, y remarcan que el eje nacional ya no marca la agenda de la actualidad política. En este sentido, señalan que las dos formaciones han mostrado formas diferentes de negociar con los socialistas y, además, tienen estrategias diferentes en Madrid. Otra cuestión que apuntan que hace muy difícil esta unión es la competencia que tienen por los compromisos y que el independentismo carece de una estrategia.

El profesor de Ciencias Políticas de la UAB Marc Guinjoan considera que esta propuesta es «contradictoria» con la reciente ruptura de Junts con el PSOE y que no volverán a sentarse a negociar con ellos. «¿Por qué has hecho una ruptura y has rechazado el rol del mediador internacional que tú mismo ya habías negociado?», se pregunta, y considera que Junts va a «trompicones» sin saber «a dónde apuntan». Una situación que él atribuye a los nervios por los malos resultados electorales que pronostican las encuestas. «Siempre utilizan el papel de frente común, pero son palabras vacías», sentencia, y recuerda que Esquerra Republicana ya está negociando con el PSOE.

El politólogo y profesor de la UPF Toni Rodon también menciona esta contradicción que apunta Guinjoan, pero recuerda que las encuestas muestran que el votante soberanista pide más unidad de acción en ciertos «temas transversales» como conseguir competencias para Cataluña o el catalán, pero muestra dudas sobre si la propuesta «es una estrategia sincera o no». «Creo que hay una estrategia de contraste», dice, y señala que la oferta llega en el contexto que Rufián propone un frente de izquierdas en Madrid. Para el experto en política, esto es una manera «indirecta» de replicar a la propuesta del líder de ERC en Madrid y enviar el mensaje de que ellos «intentan construir puentes». Con todo, se muestra muy escéptico de que esto pueda salir adelante: «No creo que se den las condiciones» por las «reticencias» que hay entre las dos formaciones, que se pelean por liderar el independentismo desde hace años.

Andreu Paneque, doctor en Ciencias Políticas y profesor en la UOC, cree que es «puro marketing político», y considera que ambas formaciones «saben que ahora mismo no tiene mucho sentido». El politólogo defiende que se deben ir haciendo pruebas y ser propositivos, pero considera que en el momento actual «nadie quiere moverse, sobre todo sabiendo que a corto plazo habrá unas elecciones» en el Congreso. Paneque considera que una especie de Junts pel Sí 2.0 podría tener un sentido electoral si en las próximas elecciones españolas se presenta un frente de izquierdas en Madrid, pero es de la opinión de que no se producirá ninguna de las dos alianzas.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en el Congreso de los Diputados / Eduardo Parra / Europa Press

Una forma diferente de negociar y preferencias diferentes

Los politólogos consultados constatan que las dos formaciones han llevado a cabo hasta ahora dos formas diferentes de negociar, que, hasta ahora, han dado unos resultados escasos. Mientras Junts per Catalunya ha apostado por una estrategia de confrontación con el mensaje de «cobrar por adelantado», ERC ha apostado por un trabajo de hormiguita aceptando las dificultades. «De momento, en materia de competencias no se han producido cambios estructurales», expone Toni Rodon, que también deja claro que las dos formas de negociar con los socialistas españoles «no han sido provechosas para ninguna de las dos partes». En este sentido, Marc Guinjoan constata que ambas formaciones defienden «la misma posición», pero el problema es que «tienen umbrales de aceptabilidad diferentes». Esquerra y Junts querrían lo mismo, que sería un traspaso integral y en financiación, etcétera, pero lo que sucede es que Junts está dispuesto a bajar el umbral en grado más bajo de lo que lo está Esquerra», argumenta.

Guinjoan, además, apunta que otro problema que hace imposible la alianza es el hecho de que Rufián tiene unas preferencias, en términos de coaliciones en Madrid, «muy diferentes» de las de Míriam Nogueras. «Tienen formas diferentes de ver la política», añade. Una tesis que también comparte Toni Rodon, y, en este sentido, señala que «están muy opuestos», y que hay un «bloqueo» a la hora de avanzar conjuntamente en «cualquier ámbito». «Tienen una visión muy diferente del cómo y hay el temor de que una cosa se la den a uno y no al otro», expone. A pesar de todo esto, apunta un tema extra que pesa mucho, según él, ya que ninguno de los dos está al frente del Gobierno de Cataluña. «Si te dan una competencia, que no la gestionarás, lo cual lo complica todo mucho más», resume.

Un conflicto nacional que ha quedado relegado y una disputa por el peix al cove

Andreu Paneque, por su parte, apunta que el problema de la inoperancia es porque los bloques no se mueven, porque son conscientes de que «si alguien se mueve, el coste de moverse es tan grande que seguramente será quien pierda más». A más, indica que si en el año 2012 y los siguientes tenía sentido una alianza entre ambos «porque el conflicto territorial iba por delante de muchas cosas», ahora no lo tiene porque el conflicto territorial «no es lo más importante». Es decir, el politólogo de la UOC defiende que el silent issue –temas que no se discuten abiertamente, pero que tienen un impacto significativo en la política– ha pasado a ser elementos más materiales como la vivienda, la inmigración o la inseguridad ciudadana, que, según el CEO, son las tres principales preocupaciones de los catalanes. «Creo que una alianza a través de la grieta territorial tampoco les saldría tan bien como se podría pensar en clave electoral», concluye.

Desde la UAB, Guinjoan también dice que si en el punto álgido del Proceso no se hizo un frente unitario en Madrid, ahora hay muchas menos posibilidades de hacerlo. «No hay ninguna línea estratégica dentro del independentismo, y, por tanto, se hace absolutamente imposible pensar que esto pueda ocurrir», sentencia. Además, Rodon, desde la UPF, pone sobre la mesa la estrategia del peix al cove, que hizo famosa el presidente Jordi Pujol: «Si en Madrid haces el peix al cove y vas teniendo réditos electorales, no le darás a tu rival ni lo querrás diluir en el magma de una unidad que los electores no sabrán quién lo ha conseguido». «Como el pez importante se vende en Madrid, es más difícil la unidad de acción», puntualiza.

Junqueras y Puigdemont han acordado relanzar las relaciones entre ambos partidos / Junts

Intereses electorales y un frente común que podría encontrarse bloqueado por la izquierda

Por otro lado, los politólogos señalan que a Esquerra Republicana, que comienza a recuperarse en las encuestas, no le interesa diluirse en un frente común. Lo apunta Guinjoan, que también subraya que Gabriel Rufián es un líder bien valorado «más allá de Esquerra y de Cataluña» y cree que por estas dos razones la formación republicana «no querrá buscar ningún tipo de acercamiento a Junts». Andreu Paneque, por su parte, dice que «no se sabe hasta qué punto ERC, con todo el lío interno que ha tenido, se puede permitir» una alianza con Junts. Asimismo, y desde una perspectiva puramente de Cataluña, manifiesta que no ve ninguna «ventaja estratégica» para ERC, sobre todo en un momento que los republicanos, según el CEO, han superado a los juntaires en las encuestas.

Finalmente, Marc Guinjoan recuerda un factor externo a las dos formaciones y cree que 14 diputados de ERC y Junts pueden hacer más presión, pero el resultado final no solo depende de ellos. La razón es que los resultados de un frente común de ERC y Junts no dependen de los 14 diputados que las dos formaciones tienen en Madrid y el éxito de cualquier propuesta «depende de la coalición de esta plurinacional». Por ejemplo, si Podemos vota en contra de cualquier propuesta –como hizo con la cesión de competencias de inmigración–, la propuesta caerá e insiste en que Junts y Esquerra tienen prioridades diferentes en Madrid.

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