La estrategia interna de ERC se ha decidido desde órganos paralelos a la dirección y la permanente del partido desde el 2018. Cada viernes se han celebrado reuniones con la secretaria general, Marta Rovira, y sin el presidente del partido, Oriol Junqueras, que ha quedado el margen. Lo avanzan conjuntamente la Agencia Catalana de Noticias, RAC1 y Radio 4 después de haber tenido acceso a unas veinte fuentes. Según el entorno de Rovira, Junqueras hacía dejadez de funciones y no tomaba ninguna decisión, mientras que el núcleo de Junqueras dice que nunca se lo ha dejado participar en este espacio.
Todo empezó en el 2018, cuando Junqueras fue nombrado vicepresidente del Gobierno y consejero de Economía. El partido creó una estructura reducida para coordinar la estrategia. Era tan reducida que solo formaban parte tres personas, Jordi Bacardit, mano derecha de Rovira, Bernat Aubia, jefe de la empresa Relevance -vinculada al caso de los carteles contra los Maragall, y Sergi Sabrià, viceconsejero hasta la semana pasada y próximo a Rovira y Aragonés. Con los años, este grupo reducido ha ido creciente, especialmente desde que Junqueras entró a prisión y Rovira marchó al exilio. Desde entonces se han ido incorporando dirigentes del partido, del grupo parlamentario y de fuera de la dirección.

Dos versiones contrapuestas
El grupo se ha reunido desde entonces, pero Junqueras no se ha llegado a conectar una vez indultada. Las reuniones se han celebrado cada viernes y la secretaria general ha asumido el funcionamiento interno de ERC por «dejadez» del presidente. Las fuentes consultadas por la ANC aseguran que no escondieron la existencia de las reuniones a Junqueras, sino que él no tenía interés a formar parte. Apuntan que Junqueras sí que se reunía con la militancia en todo el país para criticar Aragonés y el Gobierno. El entorno de Rovira puntualiza que parte del núcleo duro de Junqueras sí que participaba en las reuniones y después lo informaba.
En cambio, el actual secretario de Organización, Pau Morales, próximo a Junqueras, asegura que no tenía constancia de la existencia de este grupo paralelo a la ejecutiva y que estas reuniones eran una manera de aislar y dejar de banda Junqueras y otros dirigentes del partido como Raül Romeva. En este sentido, lamentan que se haya intentado controlar ERC desde Ginebra y los diversos miembros actuales de la ejecutiva y la permanente consultados confirman que no sabían nada de estas reuniones y que Junqueras tampoco estaba al caso.
Escalada de tensión
La tensión entre las dos familias de ERC empieza a dispararse después del batacazo en las elecciones españolas y municipales. Junqueras, Rovira y Aragonés se reúnen y el presidente de ERC los traslada la suya intención de ser candidato en las elecciones catalanas, que en aquel momento estaban previstas para febrero del 2025. Rovira consideró que no se podía presentar porque enviaría un mensaje de enmienda a la totalidad de la obra del Gobierno de Aragonés, que era el candidato idóneo como presidente de la Generalitat. Desde entonces, la tensión no ha hecho más que escalar dentro de ERC.
En este contexto, cuando Junqueras tuvo conocimiento de las reuniones de viernes y se dio cuenta que Rovira tenía cada vez más bastante, el presidente de ERC empezó a reforzar su equipo de confianza. Situó a la Diputación de Barcelona personas de su entorno, para garantizar una estructura afín, preparar el pulso interno, y asegurar el futuro de su espacio, en caso de que hubiera elecciones y se pudiera presentar. Así, consta que a la Diputación de Barcelona hay hasta 6 personas próximas a Junqueras, en diferentes lugares de responsabilidad, como por ejemplo Morales u oriol López, vicesecretario general de Coordinación Interna, y actual miembro del equipo negociador de ERC por la investidura.
Junqueras, además, considera que tiene mayoría entre las bases del partido, mientras que Rovira la tiene a la ejecutiva del partido, según avanzaron la ACN y RAC1. Un apoyo que refuerza el manifiesto firmado por más de 1.000 militantes que reclaman un relevo a la dirección. El pulso interno a ERC se prevé largo, puesto que todavía quedan 4 meses y medio por el congreso del 30 de noviembre y ningún protagonista ha dicho la última palabra. Sobre todo Rovira, que podría tener un papel todavía más relevante si, tal como ya ha anunciado, vuelve a Cataluña las próximas horas o días.
