El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha recibido el encargo del rey español Felipe VI de formar un nuevo ejecutivo después de la victoria electoral, pero sin contar una mayoría absoluta para su investidura y pondrá el reloj en marcha. Feijóo, como él mismo ha detallado, solo cuenta con el apoyo de Vox, UPN y Coalición Canaria, que suman 172 diputados, a cuatro votos de los necesarios para la mayoría absoluta, que está a 176 diputados.
El monarca Felipe VI ha decidido «proponer Alberto Núñez Feijóo como candidato a la presidencia del gobierno«, ha anunciado la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol, ante periodistas. Su declaración se ha producido después de que el mismo Feijóo cerrara la ronda de contactos al el monarca, quien desde lunes ha recibido los diferentes representantes de las formaciones políticas, excepto los portavoces de Esquerra, Junts, EH Bildu, PNB y BNG.
Feijóo ha sido designado por Felipe VI porque no hay el artículo 99 de la constitución española solo establece que, «después de cada renovación del Congreso de los Diputados, el rey de España, con la consulta previa con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la presidencia del gobierno».
Por lo tanto, la carta magna no determina que tenga que ser candidato el ganador de las elecciones, simplemente relata que será investido presidente quien consiga la confianza del Congreso, sea en una primera votación con mayoría absoluta o en una segunda, con más votos a favor que en contra. Aun así, Feijóo tampoco podrá ser escogido en segunda vuelta porque a estas alturas tiene 178 en contra. Este es el número que aspira lograr el presidente español en funciones, Pedro Sánchez, y que permitió designar Armengol presidenta del Congreso.

El reloj se pondrá en marcha
A partir de aquí empezará la cuenta atrás para organizar el debate de investidura, aunque no podrá ser antes del 28 de agosto, que es cuando la Mesa del Congreso certificará el listado de grupos parlamentarios de la XV Legislatura, un trámite del cual dependen Esquerra y Junts per Catalunya, que no cumplen los requisitos que establece el reglamento para formalizarlos.
La ley es tajante. Si no se inviste este primer candidato, se abre un plazo de dos meses para elegir presidente del gobierno español y, si nadie lo consigue, se disuelven automáticamente las Cortes y se convocan elecciones generales, que se celebrarán 47 días después. En caso de bloqueo político, la fecha de la primera votación del debate de investidura será clave, puesto que determinará el día que se celebrarían unas nuevas elecciones generales.
Por ejemplo, si la primera investidura fallada se vota el 30 de agosto, una eventual repetición de elecciones tocaría el 17 de diciembre, pero si se atrasa a la primera quincena de septiembre, ya tocaría votar en Navidad. Para evitar que una hipotética repetición electoral coincida con las fiestas, el debate de investidura se tendría que celebrar la última semana de agosto o dejarlo para la última parte de septiembre.