Peregrinaje juntaire hasta Argelers para hacerse una foto con Puigdemont

Tercer día de campaña para las elecciones en el Parlamento del próximo 12 de mayo y tercer día que centenares de simpatizantes juntaires peregrinan hasta Argelers (Cataluña Norte) para presenciar en vivo y en directo un mitin del presidente en el exilio y candidato de Junts+ a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, que una vez acabada el acto electoral se pasa más de una hora larga atendiendo a todas las personas que se quieren hacer una fotografiar con él desprendido de hacer una cola kilométrica. Ayer sábado, el primer día que la formación ofreció datos de asistencia, el acto contó con la presencia de 700 personas del Baix Llobregat y el Barcelonès -seis autobuses- y este domingo han asistido 1.200 del Vallès Occidental y del Vallès Oriental, que se han acercado a este municipio rosellonés con 14 autobuses y coches particular.

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La fiebre por Puigdemont por parte de los suyos es total, como la admiración que puede tener alguien por un futbolista o una estrella de rock, y el mismo candidato ha hecho referencia en el acto de hoy: «Estos autobuses que llenáis, estos coches que cogéis y este entusiasmo que mostráis no lo tiene nadie más». Los más tempraneros en llegar al Espacio Jean Carrère tienen diferentes opciones para pasar el rato. Pueden disfrutar de la fanzone, al más puro estilo de una final de Champions League, que la formación ha instalado fuera del recinto, donde hay food-truck para beber o comer algo con o jugar a unos futbolines o unos dardos que la formación ha puesto porque los asistentes se distraigan durante la espera y que, además, también sirve de cobijo por la intensa lluvia que ha caído a lo largo de esta jornada.

La otra opción es entrar adentro, donde suena música y la speaker Pep Callau, conocido para ser el animador de Can Barça desde hace una década, que hoy ha sido sustituido por Robert Gobert, entretiene al personal haciendo preguntas. Entre el público, que espera impaciente y nervioso que empiece el acto, hay poca gente joven y una media de edad alta. Este domingo, por ejemplo, Gobert ha conversado con personas que se han levantado a las seis de la mañana para asistir al mitin de Puigdemont. Ha interactuado con la Dolores, una andaluza de Jaén que se define como «la más independentista de Mollet del Vallès». También ha hablado con la Luciana, una pamplonesa que llegó de joven en Cataluña y que es partidaria de la independencia de Cataluña porque también defiende que Navarra sea un estado independiente y que el speaker ha definido cómo «la superindependentista».

Juegos del animador con el público y homenaje al exilio con Lluís Llach

Antes de empezar el acto, y una vez finalizadas las entrevistas al público, el animador de turno propuesta una serie de juegos al personal. Un lado grita «Puigdemont» y el otro añade «presidente» o a unos los hace levantar las señeras que reparte la organización y a los otros los carteles con el lema «Puigdemont presidente» de forma sincronizada, una práctica que se repite con los gritos de I-inde-independencia».

Este domingo, además, coincidiendo con la presencia del ex consejero de Cultura Lluís Puig el mitin ha sido precedido de un homenaje al exilio con Corrandes de exili, el poema del catalán Pere Quart que trata del periodo del exilio en 1939; posteriormente actualizado y musicado por el cantante Lluís Llach. Todos los asistentes han puesto en marcha la linterna de su móvil y lo han hecho mover de un lado en el otro minutos antes de que Puigdemont hiciera acto de presencia.

El presidente en el exilio siempre es el último a hacer acto de presencia al acto y, hasta ahora, también es el último a marchar del recinto porque se queda religiosamente atendiendo gente que hace cola para hacerse una fotografía con él. Y este domingo ha estado más 75 minutos haciéndose fotos con los simpatizantes de su partido, que cuando han conseguido su objetivo se reúnen a la fanzone antes de emprender el camino de vuelta hacia casa con su recuerdo en la memoria del móvil. Él se ha ido discretamente y de bien seguro que necesitará coger fuerzas porque mañana, con toda probabilidad, le espera otra cola kilométrica de gente que quiere una foto con el presidente en el exilio.