El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha entrado a la campaña catalana este sábado atacante al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. En esta línea, Feijóo ha instado a Sánchez, a resolver sus problemas personales, políticos y judiciales, pero no trasladarlos a la ciudadanía: «España no tiene un problema. El que tiene un problema judicial es el señor Sánchez», ha asegurado el líder popular en un acto de campaña de su partido después de visitar la empresa Faiges -una compañía de aceite- en Tortosa junto con el candidato popular de las elecciones del 12 de mayo, Alejandro Fernández.
El dirigente de los populares cree que «no es ético ni moral trasladar sus problemas [refiriéndose en el jefe del ejecutivo español] al conjunto de los ciudadanos de Cataluña y España», y considera que Sánchez no tendría que haber cancelado su agenda pública a raíz de los embates de la extrema derecha -ahora en forma de denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, por parte del parasindicato Manos Limpias. De hecho, Feijóo ha querido sacar pecho y, ironizando, ha asegurado que «no ha cambiado su agenda» a raíz de la decisión de Sánchez. Un movimiento que ha provocado que miles de personas se reúnan a las puertas de Ferraz para expresarle su apoyo. Durante el primer acto de campaña de los populares del fin de semana, Feijóo ha insistido que los españoles no pueden estar pendientes de los problemas de Sánchez ni del presidente en el exilio y candidato de Junts, Carles Puigdemont: «Uno amenaza con volver y el otra amenaza de irse».
«Dimitir» de la democracia
Para el líder de los populares, la decisión de Sánchez -que será oficial lo el próximo lunes- de poner sobre la mesa renunciar a la presidencia no es solo «dimitir» del ejecutivo, sino que también lo es de la democracia. «Cuando se ataca a los jueces y a los tribunales, cuando se ataca a los periodistas y a los medios de comunicación, el que se está haciendo es dimitiendo de la democracia», ha alertado. Por eso, ha pedido a la ciudadanía que no se deje engañar y ha afirmado el PP no tiene «políticos mesiánicos, que su único objetivo es mirarse al ombligo mientras los ciudadanos tienen que resolver solos sus problemas».
