Más lío a la macrocausa Tándem, que investiga las actividades del entramado empresarial del comisario de inteligencia jubilado, José Manuel Villarejo. Un sumario que guarda documentación e indicios sobre la operación Cataluña y que rae en manos del titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel Garcia Castellón. Después de años de pesquisas, el comisario ha decidido presentar un segundo incidente de recusación contra el juez por pérdida sobrevenida de la imparcialidad judicial objetiva. El primero lo registró el junio de 2022 para sospechar que había pactado una estrategia con las acusaciones para encontrar un testigo contra la versión del comisario.
En un escrito de 40 páginas, al que ha tenido acceso El Mundo, el comisario reclama apartar el juez que también instruye la causa del Tsunami -en la que también ha sido recusado por muchos de los investigados- por unos hechos del 6 de febrero de 2019 que ahora han salido a la luz. En concreto, se trata de una declaración de un testigo que una vez ha acabado se apreciaría como el juez toma parte. «Lejos de mantener su posición equidistante entre las partes», escribe la defensa del comisario, «se posiciona con total parcialidad con la acusación, estableciendo una estrategia deliberada contra la defensa e incluso aceptando que sean los fiscales, quienes fije su actuación e incluso el calendario en que lo tiene que llevar a cabo».

Una grabación difundida a la prensa
Villarejo aporta diferentes noticias que habrían difundido esta conversación entre el instructor y el ministerio fiscal. «La permanente presa de posición del instructor le ha hecho perder la imparcialidad respecto al objeto del proceso, de manera no solo persistente, sino agraviada a cada paso, como su conducta, despreciando la defensa», arguye para sostener este nuevo incidente de recusación.
El juez ha aprobado dar traslado al ministerio fiscal sobre el incidente de recusación, dando por sentado que Villarejo también señala el ministerio público en connivencia con el magistrado. El escrito se registró el pasado 8 de febrero y no se ha dado traslado hasta este lunes. La recusación se enmarca en la pieza separada 31 que sirvió para reordenar la investigación y se configura como un cajón de sastre de las nuevas pruebas que van surgiendo, que tienen que ver con la pieza principal pero sin una relación directa. De hecho, es una pieza instrumental, pero que acumula gran parte de los indicios de la investigación.