La escuela de Leonor y Sofía ha tenido que adaptarse a las peticiones especiales de la Casa Real durante los años en los que las han tenido entre sus alumnos. En estos años, han sido muchos los padres que se han quejado del trato de favor que recibían… el que se evidenciaba en diferentes aspectos. ¿La prueba más clara? En el menú del comedor, el que Letizia cambió radicalmente porque no quería que sus hijas comieran bollería industrial, ultraprocesados o patatas fritas. Lo más fácil -y justo- habría sido que las niñas se quedaran sin poder probar los alimentos prohibidos, pero la monarca exigió que el resto de compañeros tampoco lo pudieran hacer. Además, también habría instado para que se eliminara el plástico y aplaudió que el centro madrileño se convirtiera en uno de los más ecologistas.
Leonor se fue de allí hace dos años para poder cursar el Bachillerato internacional en Gales. Este junio, será la hermana pequeña quién acabe su estancia en el centro privado de Madrid para poner rumbo hacia el centro privado en el que ha estado la heredera. Y mientras tanto, ¿qué hará la escuela de Madrid que se queda sin ningún miembro de la familia real? Seguramente, celebrar que vuelven a la normalidad y que podrán dejar atrás la pesadilla de tener que adaptarse en todo lo que quería Letizia.
La escuela de Leonor y Sofía recuperan el control sobre el menú con la marcha de las princesas
Desde

Sofía, la última Borbón de la escuela, se despedirá definitivamente del Santa María de los Rosales en su confirmación. El próximo 25 de mayo tendrá lugar este acto religioso en las instalaciones de la escuela, en la que podrá acudir con cinco miembros de su familia como acompañantes. Habrá que ver si el resto de padres notan algún privilegio o algún problema relacionado con la presencia de la familia real.