Marius Borg protagoniza un titular escandaloso tras otro desde que se supo que una chica lo había denunciado por, presuntamente, haber abusado sexualmente de ella. A partir de ahí, el hijo de la princesa Mette-Marit ha acumulado más acusaciones de otras chicas que también dicen que las violó en su momento. Actualmente, cuenta con tres denuncias y tres órdenes de alejamiento que han afectado directamente la imagen pública de la casa real de Noruega.
La prensa real recuerda, una vez más, que él no es hijo del príncipe heredero de la corona sino que es fruto del primer matrimonio de su esposa. Sea como sea, el chico se ha criado en el palacio junto con los hermanastros que sí ocupan un lugar destacado en la línea sucesoria. Cuando el juez decretó su ingreso en prisión, todos enloquecieron porque se trata de un hecho insólito dentro de la aristocracia europea. Después de una semana privado de libertad, lo dejaron ir y él ingresó voluntariamente en una clínica de desintoxicación de Londres para tratar las adicciones con las que relaciona estos comportamientos.
Hasta aquí, todo bien. El problema es que solo ha estado allí unos días y ha terminado escapándose… La revista Se og Hør asegura que el joven habría interrumpido el tratamiento de manera repentina y no solo eso, sino que también habría intentado eludir una de las órdenes de alejamiento que le han impuesto: «Marius Borg ha querido ponerse en contacto con una de las jóvenes a las que presuntamente habría agredido sexualmente«. Su abogado lo ha negado todo, eso sí, pero aún no se sabe qué hay de cierto y quién dice la verdad. ¿Sigue dentro de la clínica o no?

¿Qué pasará ahora que Marius Borg ha intentado eludir la orden de alejamiento?
El acusado tiene totalmente prohibido acercarse mínimamente o intentar hablar con la denunciante, por supuesto. Y en caso de hacerlo, debería ser consciente de que podrían volver a hacerlo sentarse en el banquillo de los acusados y ahora con un delito aún peor. La situación se le está complicando, y mucho, al hijo de la futura reina noruega. Con todos en contra y un futuro juicio que puede ser sumamente mediático, de momento no se sabe dónde se encuentra y por qué ha escapado de la clínica a la que había entrado por su propio pie.
Queda claro que no le importa nada el daño que está haciendo a la familia de su madre, una realeza señalada por todos que atraviesa uno de los peores momentos de su historia por culpa del comportamiento del joven. Ni Mette-Marit ni Hakoon, su marido, han querido decir demasiado sobre este tema. De momento, optan por el silencio y el hermetismo para evitar que el escándalo los salpique más de lo que ya lo ha hecho. El matrimonio ha aparecido en público esta semana, de hecho, pero han hecho como si nada y ni siquiera los han captado con una mala cara.
No se ha confirmado que Marius realmente haya intentado eludir la orden de alejamiento, así que el proceso continúa en stand by. Ahora es tarea de la policía averiguar si lo ha hecho y, en ese caso, tomar la decisión que sea necesaria para castigarlo. El tiempo dirá quién decía la verdad en una historia turbia que muestra la peor cara de la familia real, que está ignorando un tema muy y muy espinoso.