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El Reino Unido envía misiles de largo alcance a Ucrania

El Reino Unido se ha convertido en el primer país de la OTAN que ha aceptado enviar misiles de largo alcance a Ucrania. Se trata de una demanda recurrente de Kyiv, que hace meses que reclama armas de largo alcance para poder atacar centros de mando, depósitos de armas e infraestructuras energéticas detrás de las líneas rusas. Hasta ahora, los aliados se habían mostrado reticentes a entregar este tipo de misiles por temor a una escalada del conflicto, pero los reiterados ataques indiscriminados de Rusia contra ciudades ucranianas han hecho cambiar de opinión al gobierno de Londres.

El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, ha confirmado que enviarán un número indeterminado de misiles Storm Shadow, que tienen un alcance de más de 250 kilómetros y están diseñados para destruir objetivos de gran valor estratégico como búnkeres. Ucrania ha prometido que no utilizará los nuevos misiles para atacar territorio ruso, una de las grandes preocupaciones de los aliados. “Rusia tiene que reconocer que sus acciones son lo único que nos ha llevado a suministrar estos sistemas”, ha dicho Wallace. La llegada de estos misiles permitirá a Ucrania igualar parcialmente la capacidad ofensiva de Moscú, que no ha dudado a utilizar misiles de largo alcance para atacar ciudades ucranianas desde el inicio de la guerra.

El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, en una atención a los medios desde Estonia / DPA

La noticia llegada en un momento crítico para la guerra en el frente oriental. Después de casi medio año de combates estáticos y con ganancias mínimas en ambos bandos, Ucrania podría lanzar en cualquier momento una contraofensiva para intentar recuperar buena parte del territorio conquistado por Rusia en el sur y el este del país. Kyiv hace meses que prepara un ataque a gran escala. Decenas de miles de soldados han recibido formación militar en diferentes países europeos y los aliados han acelerado la entrega de tanques, blindados y munición para aumentar las posibilidades de éxito de la esperada ofensiva ucraniana.

Rusia reconoce que sus objetivos en Ucrania están “lejos de cumplirse”

Entre rumores permanentes de la contraofensiva ucraniana y después de meses sin ningún adelanto tangible que vender en Rusia, Moscú se ha visto forzada a reconocer que la guerra no va como esperaba. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado que la operación militar espacial está siendo “muy, muy difícil” y que los objetivos iniciales que se fijaron –conquistar Kyiv y derribar el gobierno de Volodímir Zelenski– están “lejos de cumplirse”. En una entrevista en una televisión serbia, Peskov ha acusado a Occidente de estar alargando el conflicto.

“La operación militar especial empezó como un conflicto entre Rusia y Ucrania, pero en realidad en aquel momento era difícil imaginar que los miembros de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos, primero indirectamente y después directamente, interferirían”, ha lamentado. Con su cinismo habitual, Peskov ha afirmado que Rusia “no hace la guerra” en Ucrania, puesto que si así fuera, estaría arrasando ciudades e infraestructuras. “No hacemos esto”, ha insistido. Los habitantes de ciudades como Mariúpol o Bakhmut, que están prácticamente destruidas después de haber vivido intensos combates durante semanas y meses, seguramente no están demasiado de acuerdo.

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