Buenas vistas y platos bonitos en el Tres Margarit de la Bisbal d’Empordà
Las vistas del Tres Margarit son privilegiadas y todos los rivales han reconocido que les gustaba mucho la terraza y también la decoración del interior: «Es precioso», se ha escuchado. En la cocina, han visto que estaba todo muy envasado al vacío y refrigerado. Ahora bien, han encontrado un
¿Y una vez en la mesa? Consideran que no hay demasiadas opciones y que está más orientado a las personas que se quedan en el hotel. Eso sí, los platos hacían muy buena pinta y todos han aplaudido la presencia y el buen emplatado. En general, les ha gustado todo. Otra vez, los de Cal Carreter han vuelto a mostrarse mucho más exigentes que los otros: «Si yo en Almería hago este

En cuanto a las valoraciones, este primer local ha recibido una media de 6. El espacio se ha llevado la nota más alta con un 8, mientras que el precio ha suspendido con un 4,5. La categoría de la comida aprueba justita con un 5,5.
Críticas y mala leche en las valoraciones a El Borinot
La decoración de El Borinot les ha sorprendido porque creían que se encontrarían un espacio más rústico. No los ha desagradado, por eso, y aquí ha habido un primer debate porque no se han puesto del todo de acuerdo. Dentro de la cocina, se han escuchado críticas porque han encontrado que la mostaza estaba caducada dentro de la nevera y tampoco ha gustado que tuvieran mucha comida preparada o pocos fogones. La carta «extremadamente larga» les ha descolocado, ya que tenía demasiadas hojas y esto ha generado un momento de risa en la mesa.
¿Qué han dicho sobre las elaboraciones? Como no podía ser de otro modo, Toni ha vuelto a ser quien más se ha quejado: «El caracol está pasado, un poquito blando, con demasiado aceite y con falta de sal y de pimienta». A la hora de comentar el plato de

Cuando ha llegado el ticket, todos se han quedado de piedra porque ha sido más caro de lo que se esperaban. «¿Esto cuánto sale por cabeza?», «A mucho… demasiado», han respondido. A la hora de poner las valoraciones, han lamentado que los falte experiencia. La nota media ha sido de un 6 como su primer rival. La mejor nota se la han repartido el espacio y el servicio con un 7 respectivamente, mientras que el precio y la comida empatan con un 5 como las peores valoraciones.
Cal Carreter, con mucha suciedad y errores graves
A lo largo de todo el programa, Toni y Yasmina Rueda han sido los más duros y competitivos. Padre e hija están al frente de Cal Carreter, un local en Sant Sadurní de l’Heura que ha recibido la visita de los rivales en último lugar. Ellos eran los más exigentes, por lo que a los otros les ha sorprendido mucho entrar y encontrarse mucha suciedad e, incluso, telarañas en todas partes: «Me sorprende mucho porque nos han criticado a todos y, después, él no se aplica los consejos que da».
En la cocina, también el suelo estaba sucio: «No es normal que esté así«. De hecho, han abierto el desagüe y han acabado gritando de todo lo que han encontrado allí dentro: «Ya no hace falta más, aquí hace falta limpieza… Allí adentro había un tapón de todo lo que han tirado por ahí». El pastel de queso no estaba muy envasado y también han criticado las mezclas de carnes y verduras que tenía preparadas encima de la mesa.
Cuando se han sentado a mesa, se han dado cuenta de que tenían razón cuando decían que su menú estaba basado en comida de cazuela. La han liado porque Marc Ribas había pedido que no le pusiera ajo y perejil a los mejillones e, igualmente, lo han hecho… con lo que les ha pedido que se llevaran el plato y le volvieran a hacer. Lo peor de todo es que, al volverle a llevar el plato, se les ha colado algún mejillón en mal estado y se lo han tenido que volver a llevar porque Marc Ribas se ha negado a comerse el plato: «Es que alguno ha muerto y es peligroso«. Nunca se había visto, esto. Tampoco se ha lucido el servicio, ya que casi tiran una copa al suelo y no se han disculpado: «¿He sido yo? Pues no».

Como era de esperar, por todo esto, los rivales los han suspendido y la nota final ha sido de un 4,8. La cocina solo ha tenido un 4, mientras que el espacio y la comida tampoco aprueban y se quedan con un 4,5 respectivamente.
La confrontación final, intensa y con muchos cuchillos
Los primeros en descubrir su nota han sido los defensores del Tres Margarit. Se esperaban un 8, han dicho, por lo que se han quedado un poco pinchados al ver el 6: «La nota no es justa porque nuestro espacio es incomparable. Aquí todo el mundo juega la estrategia que quiere, pero si se hace
Cuando ha sido el turno de los de Cal Carreter, han dejado claro que ya se esperaban que los suspenderían. Toni ha atacado hasta el final: «Iban con el hacha». También le ha parecido mal que criticaran la falta de higiene de su restaurante: «Puedo aceptar que había algo sucio, pero no que había mucha porquería porque habíamos limpiado y la cocina estaba limpia. Los cuatro han hecho piña para ir en contra nuestra«. Sus justificaciones no se cogían por ninguna banda e, incluso, Marc Ribas ha estallado cuando el cocinero ha dicho que había un bigote de gamba en la cansalada por culpa de los guantes: «Hostia. Aquí en el equipo tenemos alguien que es alérgico a los crustáceos y si hacemos esto, tenemos un shock y tenemos que ir al hospital«, se le ha escapado al presentador indignado.

La puntuación de Marc Ribas ha desempatado y ha proclamado ganador al Tres Margarit, realmente quien más se lo merecía. El arroz a la marinera de este restaurante se ha llevado el plato estrella. Estos han acabado con un 7, mientras que El Borinot mantiene el 6 de antes y los de Cal Carreter se quedan sin aprobar con un 4,9 final.