Joc de cartes ha visitado el Parque Natural de Collserola para buscar el mejor restaurante de la zona. La emisión de TV3 ha sido más calmada de lo habitual, aunque ha habido un par de escenas que han catapultado a uno de los concursantes al centro de la diana. El ego herido ha estado presente, así como una decepción generalizada que nadie ha ocultado.
Casa Fuster – Masía de Sant Cugat decepciona con un error en la cuenta
El primer restaurante que han visitado ha sido el de Casa Fuster – Masía de Sant Cugat. Con Salvador Fuster como representante, el espacio no les ha desagradado porque la decoración era clásica y bonita. En la cocina todo parecía aparentemente limpio, pero encontraron algunos detalles con una higiene deficiente.
Desde los primeros minutos del programa, los telespectadores se dieron cuenta de que Anna, una de las rivales, tenía ganas de buscar problemas. De hecho, el camarero advirtió al propietario: “Si fuera tú, tendría cuidado con ella porque es competitiva”. Lo miró todo con mucha atención y destacó todo lo que no le gustó. Una vez en la mesa, pidió información sobre los quesos y también quiso saber de dónde era el pulpo. Se indignó cuando no supieron decirle más que había salido “del mar”.
La carta tenía una cantidad inmensa de platos, hasta el punto de que ofrecían filete de canguro, lo cual les dejó sin palabras. La presentación de los platos estaba muy bien, pero después todo les decepcionó porque no les dijo mucho la comida en sí. La pasta del canelón la vieron cruda y sirvieron una carne fría que tuvieron que volver a calentar.
Cuando les trajeron la cuenta, se escandalizaron porque era un precio desorbitado. Cuando preguntaron por qué, los propietarios se dieron cuenta de que habían cobrado el cochinillo entero por error y tuvieron que rectificarlo. Igualmente, lo vieron caro para lo que era. La nota media ha sido un 5,7, con la mejor puntuación para la cocina y la peor, para el precio con un 4,3 que les hace suspender.
Green Leka en Cerdanyola, una opción saludable con buen aspecto
Y ha llegado el turno de la más intensa de la noche, Anna Herrero del Green Leka de Cerdanyola. El exterior del restaurante les decepcionó, pero luego la cosa mejoró mucho cuando entraron y vieron la decoración o las vistas buenísimas.
La propuesta gastronómica de este restaurante en particular ha obtenido unas valoraciones muy buenas. La presentación era bonita, el nivel de los platos era muy alto y todos quisieron felicitarla en persona. Además, su servicio convenció. Los postres sorprendieron y, en general, todo fueron buenas palabras.
Aplaudieron los primeros platos y le reconocieron a Anna el buen carácter cuando servía los platos. En cuanto a la nota, el local ha alcanzado el 6,3 que los colocaba en primera posición temporalmente. La comida se lleva un 7 muy bueno, mientras que el espacio se queda con un 5,3.
Can Tintorer, un restaurante familiar con mucha historia
El tercer participante ha sido Miquel Tintorer, miembro de una familia que ha tenido el restaurante desde hace muchas décadas. En Can Tintorer de Molins de Rei se sintieron cómodos, hasta el punto de que Anna dijo que se quedaría a vivir allí. Ella protagonizó un momento tierno cuando se emocionó al ver la decoración de madera del local, que la transportó a los recuerdos con la abuela.
El espacio les gustó y también la cocina, muy bien equipada. Los platos recibieron algunos comentarios negativos, ya que llegaron con las expectativas altas y dijeron que estaba todo bueno… aunque quizás esperaban más. Los canelones, sobre todo, recibieron de lleno: “Él hablaba mucho de sus canelones y ha sido un chasco. Lo hace pinchar totalmente”. Le dijeron directamente que esperaban más y él se indignó: “No esperaba que me hicieran estos comentarios”.
Los segundos platos convencieron más, pero creen que esta cocina es muy sencilla y no se lo esperaban. Anna se había quejado del pulpo y Marc Ribas la regañó: “Tendrás que ir al dentista porque yo lo encuentro tierno”. Cuando llegó la hora de los postres, les gustó ver cómo les preparaban la crepe suzzete en la mesa con todo un espectáculo. La nota media que recibieron de sus rivales fue un 6,9. El espacio se lleva un buenísimo 8,3, mientras que la comida se queda con un 5,7.
En Collserola también se puede comer pizza en Garden Pizza
Finalmente, el último participante ha sido Garden Pizza de Sant Cugat. Carles Rocamosa ha defendido este local joven, pero los otros criticaron que el horno sea industrial y de gas, con poco espacio de leña. Marc Ribas quiso ir a verlo después de tantos comentarios.
Los primeros platos entusiasmaron, ya que gustaron mucho todos y solo se escucharon buenas críticas. ¿Y las pizzas? El aspecto gustó mucho y el sabor también, aunque encontraron la masa un poco cruda. Los postres tenían un aspecto increíble y todo lo que dijeron fue bueno. La nota media ha sido de un 6,3. ¿El mejor aspecto? El 6,7 de la comida. ¿Y el peor? Los 6 del espacio y la cocina.
La confrontación final, con un alegato lleno de rabia innecesaria
Marc Ribas los ha felicitado a los cuatro porque han demostrado que en el Parque Natural de Collserola se puede encontrar una oferta gastronómica muy amplia. Cuando descubrió sus notas, el propietario de Garden Pizza se mostró muy sorprendido porque no le encuentra sentido a la valoración del espacio. Miquel puntuó muy bajo y eso no hizo gracia, pero la tensión fue contenida.
El momento más impactante llegó cuando Anna criticó que le faltara esencia a la Masía de Salvador, algo que no gustó nada a su representante: “Donde no hay coherencia… ¿qué te puedo decir? Es que no entiendo qué haces aquí. Solo hace un par de años que te dedicas al mundo de la cocina y no tienes experiencia para poder valorar algo que tiene mucho trabajo. No puedo aceptar ninguna valoración tuya”, le espetó. Ella, después, lamentó el ego fortísimo que demostró el empresario contra la única representante que es trabajadora y no propietaria.
Marc Ribas les reprochó que puntuaran a la baja, por ejemplo en cuanto al servicio de Anna Herrero: “Me sorprende porque en la mesa todos decíais que os encantaba y después…”. La clasificación estuvo igualada hasta que se supieron las valoraciones del presentador y los cambios de notas que hicieron todos. Can Tintorer se proclamó ganador de este programa gracias a Marc Ribas que les premió la crepe suzzette como plato estrella, 0,5 puntos extra que reafirma su primera posición.
