Marc Ribas ha generado una gran confusión y todavía más alboroto con el anuncio de su desvinculación con el restaurante La Brutal de Girona. El cocinero, conocido mediáticamente por el papel de presentador a
El problema es que soltó un par de frases con las que hizo pensar, claramente, que el local cerraría con su marcha. Entre ellas, cuando decía «hemos tenido mucho de éxito y el próximo negocio también tendrá» y que «no sé qué proyecto continuará habiendo allí, pero seguro que también será un éxito».
La prensa dio por hecho que el negocio cerraba y que abriría otro con otros socios y, por lo tanto, otro nombre. Así se publicó por todas partes, una información que ahora se sabe que era fruto de una confusión. Marc Ribas no era el único propietario del restaurante y ahora, los que se lo han quedado, han emitido un comunicado en el que informan que La Brutal continúa abierto y que «en ningún momento» se han planteado cerrar las puertas.
Los propietarios de La Brutal explican cuál es la situación real del restaurante
Son tres los socios gerundenses que se encargan de este proyecto actualmente: «El negocio continúa con los mismos propietarios, los mismos jefes de cocina y sala y manteniendo el mismo bloque profesional». Eso sí, la carta variará ahora que no está Marc Ribas: «En estos últimos meses impulsamos un giro a la carta para encaminarla hacia una oferta predominante de brasa catalana. Esta actualización de la oferta culinaria se mantiene fiel a los valores de territorio, productos de proximidad y cocina catalana que habían destacado en la primera etapa de La Brutal, donde las hamburguesas eran la oferta principal del establecimiento».
Ha marchado Marc Ribas, pero el local continúa abierto en la misma dirección. Han actualizado la carta y, además, dicen que se plantean un cambio de nombre aunque continúen el resto de propietarios. En esta carta, explican cuál es la situación real y aprovechan para agradecer al presentador que les haya asesorado y apoyado en este último año. Todo un follón causado por un comunicado de Marc Ribas que seguramente tendría que haber redactado de otro modo.
