Los protagonistas de Com si fos ahir han comenzado la semana con tramas muy diversas. La serie que lidera las tardes en TV3 es un reflejo de las situaciones cotidianas de un grupo de amigos que, tras unos años separados en los que han construido sus familias, se reencuentran para compartir su día a día. Los guionistas no tienen vergüenza de tratar todo tipo de temas y en esta octava temporada han visto desde médicos falsos hasta estafadores del amor, pasando por desapariciones y negocios turbios.
Las tramas continúan su ritmo y en este nuevo capítulo recuperan una propuesta matrimonial que hacía días que había pasado a un segundo plano. La boda de Joana (Marta Angelat) y Paz (Anna Güell) sufrirá las consecuencias de una decisión poco meditada, al mismo tiempo que la amistad de dos socias está cada vez más tensa por culpa del nuevo seductor.
El juego de seducción resquebraja la relación de las socias
Se podría decir que es una de las tramas más interesantes de este final de temporada. Aún quedan unas semanas, pero la despedida de varios personajes ha permitido la entrada de otros que vienen dispuestos a revolucionar las hormonas de las protagonistas. La Barnateca es uno de los platos fuertes del Comsi, un escenario en el que Cristina (Carlota Olcina) y Gemma (Àurea Márquez) comparten todo tipo de situaciones. Después de una inauguración estelar, eclipsada por los problemas con la intoxicación alimentaria y la denuncia de Marta (Sílvia Bel), el empuje de Gemma ha sido la única opción viable para salvar el negocio. Los fieles seguidores de la ficción catalana quizás pensaban que los dramas terminarían, pero nada más lejos. Con la emotiva despedida de Cati e Ismael (Jaume Solà), llegó un nuevo seductor que ha complicado aún más la relación entre las dos socias.

L’Eugeni (Oriol Vila) ha sabido tocar las teclas correctas para seducir a Gemma y Cristina. Ambas cayeron como ingenuas ante los comentarios intencionados y picantes, las propuestas para hacer visitas guiadas al hotel y las frases bonitas. Ha funcionado tanto que Cristina ha terminado enredándose con él más de una vez. El problema es que Gemma también ha acabado enamorándose de L’Eugeni, una situación que el hombre ha aprovechado para jugar a dos bandas. Después de una escena candente en la que el hombre cosió un botón de la camisa, acercándose demasiado y todo, la propietaria del negocio de catering decidió poner distancia.

L’Eugeni amplía su radar de seducción
En este capítulo del miércoles, Gemma ha decidido poner las cartas sobre la mesa y explicarle a Cristina que L’Eugeni también le ha coqueteado. Ella finge que la cree, pero cuando su nueva aventura se presenta en el local y le pide explicaciones, hace ver que Gemma se lo ha imaginado todo. Hombre, desde el primer día ha estado haciéndole la pelota, haciendo comentarios indiscretos e innecesarios… Es evidente que algún interés tenía.

Pero sus armas de seducción van más allá de las dos amigas, porque recomendado por Gemma, visita la consultoría para pedir ayuda para el hotel. Solo poner un pie en el lugar, comienza a utilizar su tono romántico y seductor, ligando primero con Noe (Elena Gadel) y después convirtiéndose en el gran defensor de las mujeres con un discurso para Cèlia (Sara Espígul) alabando que es más fácil trabajar con mujeres que con hombres. Cuando terminan la reunión, Noe advierte a su compañera de trabajo que las intenciones de L’Eugeni no son del todo sinceras. Parece que este nuevo seductor viene dispuesto a ligar con todas las mujeres de la serie de TV3.
Campanas de boda en el ‘Comsi’
Una pareja muy especial de la serie de TV3 decidió de un día para otro que quería celebrar su amor con una gran boda. Joana, que recordemos es la madre de Andreu (Marc Cartes) y vio cómo el marido se fue con la viuda de su hijo muerto, lleva años compartiendo su vida con Paz. En esta octava temporada, los guionistas les han dado vía libre para protagonizar una nueva trama, ahora que hace tiempo que no suenan las campanas de boda en Com si fos ahir. Aunque al inicio Andreu no estaba muy de acuerdo, parece que las dos mujeres están decididas a dar un paso más en su relación. Hasta hoy.

En este capítulo, la pareja ha quedado para disfrutar de una cena de lujo previa a la boda. Se habían prometido hacerse un regalo de bodas, pero la cita ha terminado peor de lo que esperaban. Paz le compra un collar, según ella, muy bonito, pero Joana, que le ha comprado un retrato, se siente avergonzada por su elección y miente, haciendo ver que no le ha comprado nada. Su pareja se enfada, es evidente, e incluso le reprocha que ya no quiere casarse con ella.

Un regalo envenenado complica la situación
Al día siguiente, siguiendo el consejo de su hijo, le regala el cuadro a Paz, y hay que darle la razón, porque es espantoso. Para quitarle hierro, deciden que lo mejor que pueden hacer, en lugar de tirarlo o esconderlo en el armario, es ponerlo en una papelera y quemarlo en medio de la calle. Cuando el fuego comienza a extenderse, llega una patrulla de la policía. La cuenta atrás para la boda ha comenzado, pero su nefasta idea podría salir muy cara. ¿Llegarán a tiempo para darse el ‘sí, quiero’?