En Como si fuera ayer, el amor y las rupturas son dos temas que marcan la mayoría de las tramas. El grupo del instituto Reina Sibila tiene una serie de historias de parejas, desamores, líos y relaciones esporádicas. Pero no solo los protagonistas de la ficción, sino que sus hijos también se involucran en historias que no siempre terminan funcionando. Esta temporada ya son unas cuantas las parejas que han comenzado a cocinarse y que los guionistas presentan con la esperanza de que la audiencia las acepte con ganas. Pero, a menudo, las elecciones que hacen no terminan de cuajar. ¿Cuál es la pareja con más tensión sexual y cuál es la relación que no llegará a ninguna parte?
La Naiara y el Karim, una relación explosiva que se resiste
Los inicios de la relación entre el Karim (Moha Amazian) y la Naiara (Daniela Brown) fueron bastante complicados. Bueno, complicado no es la palabra. Se lanzaron cuatro miradas en un bar y terminaron pasando la noche juntos en el piso de Naiara. Lo que no esperaba era encontrarse con su lío de una noche estudiando en la academia de Mossos d’Esquadra. Es evidente que la tensión ha marcado su relación desde el principio. Primero, porque Naiara se puso muy a la defensiva durante una práctica del curso. Él insinuó cosas sobre sus tatuajes con un tono sexual -recordando quizás la noche que habían pasado juntos- y eso hizo que la hija de Toni (David Vert) le diera una bofetada. ¿Quizás esta reacción fue suficiente para que Karim luchara por su atención? Sea como sea, el chico se puso manos a la obra para acercarse a ella. Primero con una disculpa sincera y luego con un juego de tira y afloja que fue suavizando el orgullo de Naiara.
Una confesión que acaba en decepción
Más adelante, todo fue bastante orgánico. Quedaban para salir a correr, para practicar juntos los ejercicios de la academia, compartían las clases del gimnasio e incluso quedaban para estudiar el uno en casa del otro para pasar tiempo juntos. ¿Qué pasa con esto? Que los sentimientos pueden ser muy traicioneros y Naiara terminó confesando lo que los fieles seguidores de Comsi ya sabían: está colgada del chico. Ante la indecisión de contarle a Karim sus sentimientos, la chica optó por una estrategia un poco errónea: actuar distante e intentar que él no notara su cambio.
Pero, pequeño spoiler, la jugada terminó saliendo al revés. Después de liarse de nuevo y mentalizarse para confesarle toda la verdad a Karim, la futura Mosso d’Esquadra no esperaba el desenlace de los acontecimientos. Su compañero fue muy claro, no estaba enamorado o al menos, no podía corresponder sus sentimientos. Un golpe cruel para su orgullo, a pesar de que la tensión sexual entre ambos todavía es muy evidente. Aquí se abren dos opciones: que Naiara sea capaz de borrar lo que siente y ser solo amigos o que Karim recapacite y se dé cuenta de que la chica es más importante de lo que piensa.
Dos padres con ganas de jugar cuando no deben
Por otro lado, los guionistas de Como si fuera ayer prueban suerte con una pareja de padres que no tienen nada que ver el uno con el otro y resulta un poco forzada. Bueno, algo sí tienen en común, que sus hijos son pareja. El Litus (Pepo Blasco) y Ángela (Marina Gatell) tienen ganas de jugar y ser una pareja que no termina de tener mucho jugo. Sus hijos, Ismael (Jaume Solà) y Aloma (Martina Rabadan) llevan meses juntos y contentos, pero ahora resulta que sus padres han sentido una especie de deseo interior de ponerse a prueba entre ellos o, mejor dicho, de liarse a diestra y siniestra. La química es bastante inexistente a pesar de la intensidad que debería proporcionarles la clandestinidad.
El inicio de su relación sentimental, si se puede llamar así, comienza con una cena improvisada donde Ángela se pasa de copas y le planta un beso a Litus, que se queda bastante sorprendido, pero tampoco se niega. Durante las últimas semanas los hemos visto intentar dar forma a una relación que está abocada al fracaso, más que nada porque tienen unos hijos en común ajenos a toda la situación y que no estarán nada contentos con la decisión. Después de buscar días para intentar liarse y pasar la noche juntos, las agendas familiares se complican y no les permiten quedar. Además, los padres de Aloma no ven con buenos ojos la relación con el hijo de Litus e intentarán separarlos.
Lo que no saben es que las mentiras tienen las patas muy cortas y ocultar la verdad en exceso les puede estallar en la cara. Ahora que Aloma y Ángela están en Sitges, padre e hijo ven la excusa perfecta para encontrarse allí con sus respectivas novias, y mienten sobre sus planes. Ismael descubre el secreto de su padre en una cita clandestina que termina con un encuentro bomba. En resumen, una manera de buscar nuevas oportunidades en el amor y tramas que puedan ofrecer una buena cantidad de juego y debate entre los espectadores de la serie que triunfa cada mediodía en TV3.
