Preocupación en los municipios afectados por el macrocorte del R3 entre Parets del Vallès y la Garriga (Vallès Oriental) a una semana de que comiencen las obras de desdoblamiento que se prolongarán casi un año y medio. Los alcaldes del Vallès, Osona y el Ripollès viven con inquietud el inicio de unos trabajos pendientes desde hace “décadas” que pondrán a prueba la capacidad de Renfe para coordinar un servicio de transporte alternativo por carretera que cada día deberá llevar a miles de personas al trabajo, al médico o a casa. El corte también afectará a municipios que han quedado fuera de la primera fase del desdoblamiento. “Nos sentimos abandonados y de segunda”, denuncia a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) el alcalde de Manlleu, Arnau Rovira.
Algunos municipios alertan que el plan de transporte alternativo es “insuficiente”, sobre todo en hora punta. “Necesitamos que esté bien dimensionado y ofrezca el servicio que ahora da Rodalies, y eso no lo tenemos garantizado”, advierte la alcaldesa de la Garriga, Meritxell Budó (Junts). El municipio es el punto de salida y llegada del corte y servirá de conexión para pueblos próximos como el Figaró o l’Ametlla. “Tenemos la experiencia del anterior corte ferroviario, cuando en las horas de máxima afluencia teníamos más de un bus cada hora”, recuerda Budó, que alerta que el servicio alternativo previsto será de solo un autocar por sentido entre la Garriga y Barcelona de 6.00 a 22.00.

El macrocorte del R3, un dolor de cabeza necesario
El alcalde de Vic (Osona), Albert Castells, considera que el macrocorte del R3 “es un reto enorme” que “no se ha trabajado con suficiente previsión”. Además de las obras de desdoblamiento, el fin de semana del 4 y 5 de octubre también se cortará el tráfico ferroviario en la capital osonense por los trabajos de prolongación de la vía 2 de la estación y la conexión con la vía general. La línea roja de Castells en relación con el transporte alternativo es la frecuencia y la puntualidad. “Se debería garantizar que un usuario, cuando llega a Vic o Centelles, si tiene que hacer la transmodalidad, tenga asegurada la plaza si ha pagado el billete porque tiene la expectativa de llegar al trabajo a tiempo o a los estudios”.
Lo que genera más inquietud a los alcaldes de la zona es la “improvisación y la desinformación”, dos críticas habituales cuando Renfe organiza servicios de transporte alternativo por obras o incidencias. En Centelles, uno de los puntos neurálgicos del corte porque los viajeros de Osona podrán bajar para tomar buses lanzadera hasta Barcelona, son más optimistas. Su alcalde, Josep Paré (PSC), asegura que el corte se vive con “solidaridad” e “ilusión” porque supondrá un punto de inflexión para la línea después de muchos años sin inversión. “Estamos en un escenario en el que entre 2030 y 2035 el desdoblamiento puede quedar consolidado y de aquel discurso de ser una línea en la que no se hacía nada, ahora se está haciendo muchísimo”.

En el caso de Centelles, el impacto será importante porque la zona para tomar los buses está ubicada al lado de una escuela y de un supermercado y alterará toda la movilidad del pueblo. Una situación similar a la que vivirán en Parets del Vallès, el otro extremo del macrocorte. El alcalde, Francesc Juzgado (PSC), dice estar en contacto permanente con Adif, Renfe y la Generalitat para “minimizar las molestias a los usuarios”, ya que las obras de desdoblamiento coinciden con la construcción de la nueva estación, que ya lleva meses en curso. “Las molestias no nos gustan, pero la envergadura y el resultado nos lo hará olvidar cuando esto esté acabado”, sentencia.