El caos que se vivió este lunes en Rodalies todavía da que hablar. La red vivió un nuevo día negro con retrasos e incidencias importantes, a pesar de que la huelga de trabajadores de Renfe y Adif había quedado desconvocada horas antes gracias a un acuerdo in extremis con el Ministerio de Transportes, en manos de Óscar Puente. La situación sobre el terreno, sin embargo, lejos de normalizarse, se tradujo en largas colas e indignación por parte de los usuarios, que no acababan de entender las incidencias que estaba sufriendo el servicio cuando solo los sindicatos minoritarios habían mantenido las movilizaciones, con un seguimiento del 13%.

Esta frustración generalizada la canalizó a la perfección un pasajero indignado que se coló en plena conexión entre el enviado especial de TV3 en la estación de Sants y el plató del Telenotícies Vespre que presenta Toni Cruanyes. Mientras el periodista intentaba explicar la situación que se vivía en la red en ese momento, el usuario irrumpió en el directo con un mensaje contundente: «Es una vergüenza, puta Renfe y puta España». «Vemos que continúan indignados», se apresuraba a responder el reportero, cortando en seco al espontáneo.

Acusaciones cruzadas en primera línea política

La tensión que parece vivirse día sí y día también en las estaciones de Rodalies de Cataluña tiene sus réplicas en el ámbito político. Mientras el PSC defiende el acuerdo alcanzado entre el gobierno español y los sindicatos mayoritarios de Renfe y Adif -que también ha enfurecido a las organizaciones sindicales minoritarias que habían convocado las protestas-, desde Junts acusan al ejecutivo de Salvador Illa de liquidar definitivamente el traspaso acordado entre el PSOE y ERC. En este sentido, los republicanos también han fijado un plazo de dos años para que la nueva empresa de Rodalies deje de ser una filial de Renfe -tal como fija el pacto con los sindicatos- para pasar a ser adscrita a la Generalitat:

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