El Departamento de Política Lingüística financiará con 150.000 euros la expansión del proyecto Xerrem Junts, una red de grupos de conversación en catalán para adultos impulsado por la Coordinadora d’Associacions per la Llengua Catalana (CAL). El objetivo de esta inyección de dinero es crear más de sesenta grupos, que se sumarán a los 230 existentes, y atender a unas 2.400 personas. Esta iniciativa, que se creó en el año 2007, reúne a personas que aprenden la lengua, y se encuentran simultáneamente cada semana con voluntarios catalanohablantes para practicar el habla con un carácter no formal. Los grupos de conversación que hay en toda Cataluña incluyen una gran diversidad de ámbitos sociales (mundo educativo, cultural, social, laboral, asistencial, religioso, juvenil), en zonas urbanas y rurales y se ofrece tanto en modalidad presencial como en línea. La iniciativa está destinada a personas con diferentes niveles de conocimiento de catalán: desde aquellas que tienen un desconocimiento absoluto hasta aquellas que buscan tener más fluidez con la lengua, y no obstante, en general, los participantes más habituales son aquellos que viven en zonas con bajo nivel de uso social de la lengua, que no acceden a una educación formal y buscan un entorno para practicarlo.

Rocío Ríos, una de las participantes en esta iniciativa, ha explicado a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que desea mejorar su catalán porque considera que la lengua es indispensable para poder “integrarse”. “He venido con muchas ganas de integrarme a la sociedad española y catalana”, ha explicado Ríos, que es originaria de Perú y que ha participado en la última sesión en la sede de la CAL en la calle Olzinelles de Barcelona antes de las vacaciones de verano. “La escritura es lo más difícil porque la lectura la puedo combinar un poco con el castellano”, admite. Por otro lado, Gerónimo García, originario de México, detalla que decidió aprender la lengua catalana para disponer de una herramienta para «comunicarme con los demás». «Lo más difícil son los verbos, la conjugación es un poco difícil, pero lo único que tengo que hacer es practicarlo tanto como pueda”, ha afirmado.

García expone que «aprender catalán puede ser un poco difícil», pero cree que todo depende de «la voluntad de cada uno». Este no es su caso porque, según explica, le gustan «mucho las lenguas» y tiene «cierta facilidad para aprenderlas”. Encaración Evina, que se ha instalado en Cataluña al marchar de Guinea Ecuatorial, ha manifestado en declaraciones a la ACN que en estas sesiones de conversación les han enseñado a hablar en catalán, la historia de Barcelona y a moverse por la sociedad catalana. “Lo más complicado es hablar. Uno puede leer y escuchar, pero hablar es lo más difícil”, ha dicho, pero está decidida a aprender en catalán “para integrarse a la ciudad”. “Cuando llegas a un país que no es el tuyo, lo primero es integrarse a la sociedad. Por eso estoy aprendiendo a hablar en catalán”, ha recordado.

Una sesión del proyecto ‘Xerrem junts’ de la Coordinadora d’Associacions per la Llengua Catalana (CAL) en Barcelona / ACN

El testimonio de una voluntaria: «Aprendo mucho de ellos»

Los voluntarios, que son un elemento fundamental de la iniciativa, han centrado las últimas semanas del curso en explicar la conjugación de los verbos catalanes y reforzar la lectura. Los guías de las conversaciones disponen de material sobre las tradiciones del país, la organización de la sociedad o las diferentes maneras de saludar en catalán, y ayudan a los alumnos y los corrigen, pero también aprenden. “Siempre digo que enseñando se aprende mucho porque yo aprendo mucho de ellos. Yo intento darles mi cultura y ellos me explican la suya. Es un enriquecimiento común”, asegura Rosa Soldevila, voluntaria de la CAL a lo largo del curso.

Los voluntarios admiten que hay veces que la interacción con las personas que se apuntan a los cursos no siempre es fácil. En este sentido, Rosa señala que ella trabaja con un grupo con personas de Afganistán y Yemen y «la interacción es difícil porque tienen idiomas muy diferentes con un alfabeto diferente al latino». Pero lo ve como un reto «motivador»: «Tienes que ponerte en su piel. Lo afrontamos porque ellos están muy implicados». De hecho, el grupo que acompaña Soldevila son personas que no tienen ningún conocimiento de catalán y muy poco de castellano. Ella se centra en enseñar lo «más básico». Es decir, los saludos o los alimentos, para después «poco a poco incorporar cosas nuevas». “Como tenemos dificultad para entendernos acostumbramos a hacer mucha mímica y les damos elementos que llamen mucho la atención”, ha concretado, y ha lamentado que cuando esta gente sale a la calle nadie les habla en catalán porque los ven “diferentes”.

El consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, durante una sesión del proyecto ‘Xerrem junts’ de la Coordinadora d’Associacions per la Llengua Catalana (CAL) en Barcelona / ACN

El consejero Francesc Xavier Vila asiste a la última sesión

Para adaptarse a la situación de cada participante, el programa ofrece tres niveles con sus correspondientes materiales pedagógicos. El primero es ‘Junts’, para aquellas personas que tienen un desconocimiento absoluto del catalán y, en algunas ocasiones, también del castellano. ‘Junts avanzado’, para aquellos que tienen suficiente comprensión, pero no lo han hablado nunca y ‘Xerrem’ para aquellos individuos que lo hablan, pero todavía tienen carencias de fluidez o de bagaje lingüístico. El consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, asistió a la última sesión antes de las vacaciones de los grupos de conversación de la CAL y en declaraciones a la ACN ha celebrado que se encontró con personas que hacía “un par de meses” que habían llegado a Cataluña y que ya decían “las primeras palabras en catalán”.

«También hay gente con la que ya he podido tener una conversación en catalán tranquilamente», ha añadido, y ha subrayado que ha encontrado gente que «había asumido el reto de pasar unos cuantos días hablando solo en catalán y hemos estado hablando de su experiencia». Con todo, el consejero ha pedido a los ciudadanos ayudar a los nuevos hablantes y no “bloquearles la posibilidad de aprender catalán”. «La mejor manera para aprender una lengua es lo que estamos haciendo aquí, justamente, encontrar personas que conversen contigo en catalán. Y poco a poco, se van aprendiendo primero las primeras palabras, después las primeras construcciones, y se acaba hablando la lengua cada vez con más fluidez”, ha sentenciado.

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