Jordi Fàbrega (Sant Pere de Torelló, 1969) es un independentista de izquierdas. Hace veinticinco años que es alcalde en Sant Pere de Torelló, (Osona), sin oposición. Actualmente, también es diputado de gestión forestal y prevención incendios de la Diputación de Barcelona, y portavoz de ERC en la misma institución. También ha sido delegado del gobierno de la Generalitat en la Cataluña Central. Acumula una cotización en el mundo independentista que arranca del histórico Moviment de Defensa de la Terra (MDT). Tiene un discurso disruptivo y ganas de continuar picando piedra en el independentismo de izquierdas. Por eso, es un nombre que puede entrar con fuerza en la renovación de la formación y de su dirección. En esta conversación se explica y propone aplicar a gran escala el modelo de éxito que ha salido bien en su municipio. Y no rehúye hablar de inmigración, seguridad, cambios internos y sobre la investidura de Isla. Dice que «hay que hablar en plata» y parece que lo practica.

¿Veinticinco años de alcalde y, al parecer, sin bajar del autocar?

Sí. Hay una cosa que creo que se tendría que analizar a la política catalana… 

¿Cuál? 

De los siete mandatos ganados, todos por mayoría absoluta desde el primer día. Pero los tres últimos fuimos lista única -en dos ocasiones hemos sido el pueblo más grande de Cataluña con lista única- y lo que es curioso es que en las últimas elecciones votó un 67% y, de este, el 92% nos votó -siempre hay una parte que te castiga y vota en blanco o nulo-. ¿Qué motivo tiene que tener la gente con una lista única para ir a votar? 

Usted lo tiene que saber…

Yo creo que es por actuar con sencillez.

¿Y esto que quiere decir? 

Como alcalde siempre he tratado de actuar como un vecino más y no se me caen los anillos por recoger las sillas en la fiesta mayor, o ir a ver un vecino que lo está pasando mal. Y si me tengo que mover por todas las instituciones para conseguir objetivos para el pueblo, también lo hago. La honradez es capital en la política. Cuando empecé a hacer de alcalde, con 29 años, hacías una plaza nueva y te hacían la ola. Ahora haces cinco, ni se inmutan y te dicen que es tu obligación. En la política no es importante solo gestionar -que también lo es-, sino ponerle sentimientos y emoción y aportar saber hacer a la ciudadanía. Al final me han visto como una parte más del pueblo. De cada diez visitas que tengo en el Ayuntamiento, nueve son por cuestiones personales y una por cuestiones del pueblo. La ciudadanía busca la persona que sepa escuchar y que intente resolver sus problemas. 

Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, detalla su plan por ERC/Jordi Play
Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, detalla su plan para ERC/Jordi Play

Hablando de intentar resolver problemas, usted está en una formación que precisamente lo que tiene es problemas… y aprovecho, usted no viene de ERC…

¡Y tanto que sí! Históricamente sí. Yo milito en ERC entre 1991 y 1995 y me voy en la época de Àngel Colom. Antes, en 1986, estaba en el Moviment de Defensa de la Terra (MDT). Entonces monté la Entesa d’Independents d’Osona, y en 1999 montamos Enteses pel Progrés Municipal y nos asociamos con ICV, y muchos de nosotros nos definimos como independentistas. De hecho, llevábamos la estelada en el logo. Pero, finalmente, volví a ERC en el peor momento electoral, con solo diez diputados, con Joan Puigcercós al frente. Mi número de militante es el que viene después del de Oriol Junqueras. Reingreso porque en 2008 impulsamos la plataforma Decidim.cat para organizar las consultas populares por la independencia, que comenzaron en Arenys de Munt. Estuve dos años trabajando en ello y al final volví al partido, a pesar de que me pidieron entrar en Solidaridad Catalana por la Independencia. 

¿Una evolución política que se podría trasladar a ERC? 

A ERC y al país. En Sant Pere de Torelló, ¿por qué somos lista única? Porque hacemos una lista del conjunto del pueblo, no solo de la militancia. ERC necesita esto. 

Pero esto se ha intentado

Sí, tanto Junqueras como Marta Rovira han defendido que ERC tenía que representar el conjunto de la sociedad catalana. ¿Por qué me votan los españolistas si saben que soy un independentista de aquellos que llaman hiperventilado y además de izquierdas? Porque llega un momento que llegan a un grado de confianza, más allá de la gestión, por la actitud del día a día. Tanto ERC como la izquierda a escala general se tiene que replantear muchas cosas y no de la cuestión nacional, sino social. Si no somos capaces de dar respuesta a las necesidades del día a día de la gente, vamos hacia una situación electoral difícil de revertir. La gente quiere soluciones a sus problemas. 

¿Y esto qué quiere decir? 

Que en puridad y sin miedos tenemos que hablar de inmigración. La inmigración es una oportunidad, pero tenemos que decir que la gestión de la inmigración es un problema, en ámbitos como la vivienda, el sanitario, o la escuela… Son datos. En Cataluña en 20 años ha incrementado la población en un 35%, a diferencia de Euskadi, donde la población ha crecido un 5%. Esto genera problemas de gestión. Tenemos que afrontar situaciones de ocupación fraudulenta y delictiva, del ámbito del civismo, del ámbito de la seguridad pública… y tenemos que dar respuesta sobre estas necesidades a las clases populares y medias. Hemos sido incapaces de dar respuesta al problema de la vivienda o nos hemos acogido al buenismo, con una clase media que se siente abandonada, porque paga más impuestos y le cuesta más llegar a final de mes. Nosotros, además de habla de derechos, tenemos que hablar con contundencia de obligaciones y superar el paternalismo social. 

Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, explica su fórmula para renovar la formación/Jordi Play
Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, explica su fórmula para renovar la formación/Jordi Play

Pero, escuche, el gobierno de ERC ha insistido mucho en esta línea y no ha llegado…

No ha llegado porque la sociedad considera que la gestión es la obligación. Hemos abandonado la cultura del esfuerzo, la cultura del sacrificio, del hecho que las cosas cuestan de conseguir y hacer. Y, si en Cataluña el gobierno de la Generalitat ha hecho cosas importantes, hay que explicar que no ha sido gratuito… Por mucho que anunciemos cosas importantes para el país como vivienda o la gratuidad del P2… no podemos olvidar que somos una autonomía infrafinanciada, una situación que también admite Salvador Illa, y generamos frustración porque no tienes presupuestos. Este es otro error. 

¿Y qué tiene que hacer ERC? 

ERC necesita reinventarse.

¿Qué quiere decir reinventarse? 

Hace falta un cambio estratégico, como hablar en plata a la ciudadanía y afrontar aquello que nos pide la sociedad y a lo que no damos respuesta. ERC es obvio que está ante un ciclo político que se ha acabado y necesita abrir uno nuevo, donde no sobra nadie y donde falta todo el mundo. Todo el mundo se tiene que poder presentar al congreso, no es cuestión de junquerismo, pero Junqueras continúa siendo una parte activa y tiene que tener su peso determinante como activo a escala de partido. Pero hace falta una nueva dirección política, coral, una nueva hornada de liderazgos del partido y sobre todo, pensando en el país. Vamos faltados de discurso nuevo. El independentismo tiene que rehacer y replantear el discurso, necesitamos que el independentismo sepa sentarse ante una nueva situación política y dejar claro que la independencia no la tenemos a la esquina. Hay que encontrar una nueva rendija de oportunidad como tuvimos en octubre de 2017 y, por lo tanto, todos los actores del independentismo tienen que sentarse, hablar, debatir y discutir y llegar a unos acuerdos de mínimos. ERC necesita recuperar la esencia del partido. 

¿Qué esencia? 

Aquello que fue disruptivo en los años 30 con Francesc Macià y Lluís Companys y que cuando salimos del franquismo es lo último en legalizarse. Un partido de clases populares y de clases medias. ERC nunca se ha rendido. Tenemos que empoderar a la militancia, no solo pidiéndole la opinión y haciendo asambleas informativas, para que sea la que mande en el partido. Y, sobre todo, ERC tiene que ser el instrumento para dar esperanza e ilusión. También tenemos que decir que ERC tiene que recuperar la meritocracia, es decir, valorar el talento de las personas que pueden aportar cosas y tienen bagaje. Valorar aquel que políticamente desde la trinchera se ha sabido ganar la ciudadanía, que es tan importante como el talento universitario. Además, en esta ERC parece que nos dé miedo hablar de identidad nacional, de nación, de conciencia nacional, de emancipación nacional o liberación nacional…, es una terminología que tenemos que recuperar. Al final, nuestra conciencia nacional nunca ha sido excluyente, la prueba más clara es Sant Pere de Torelló, donde nos vota una parte importante del municipio que no es independentista. 

Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, explica su bagaje para postularse a ERC/ Jordi Play
Jordi Fàbrega, alcalde de Sant Pere de Torelló por ERC, explica su bagaje para postularse a ERC/ Jordi Play

¿Usted estaría dispuesto a participar en este proceso de reinvención desde la dirección del partido? 

Yo me ofrezco si hace falta para lo que se quiera de mí. Si esto tiene que servir al país y al partido, haré lo que haga falta. Entiendo que mi bagaje de 25 años de alcalde, delegado del gobierno de la Generalitat y diputado provincial tiene que servir al país y a mi partido. 

¿Cómo puede influir la situación de ERC en la negociación final de la investidura?

Creo que hay que analizar primero el nuevo ciclo político que comenzamos, después de cuatro derrotas continuadas, donde se ha castigado especialmente ERC. Yo soy partidario de hablar con todos los sectores del independentismo para enfocar la situación y hacer una estrategia lo más unitaria posible. Es obvio que es muy difícil, que en las condiciones actuales y escuchando a la militancia haya las condiciones óptimas para investir a Illa como presidente de la Generalitat. A pesar de que confío en las negociaciones que haga la dirección. 

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