ERC ha decidido jugar la carta de Madrid para presionar a los comunes y obligarlos a ceder en su pulso contra el gobierno catalán por los presupuestos de la Generalitat. El líder de los republicanos, Oriol Junqueras, no ha garantizado el apoyo de su partido a los presupuestos españoles, ni siquiera después de que se haya allanado el camino por aprobar la ley de amnistía. “Veremos”, ha dicho, conciso, en una entrevista en la Sexta. Junqueras ha asegurado que ERC quiere una legislatura “duradera”, pero también ha matizado que lo será en la medida en que sea “buena” para los intereses de Cataluña y de su formación. “Veremos cuál es la propuesta y tomaremos las decisiones que sean mejores para nuestra sociedad”, ha dicho.
Las palabras de Junqueras llegan después de semanas de tira y afloja con los comunes por los presupuestos catalanes. Los de Jéssica Albiach han ligado su apoyo a las cuentas de la Generalitat al hecho de que ERC y el gobierno se comprometan a anular el proyecto del Hard Rock. A pesar de la negativa reiterada de la Generalitat —sacar adelante el macrocomplejo de juego del Camp de Tarragona es una condición del PSC—, los comunes parecen dispuestos a llegar hasta el final. Por eso desde ERC han decidido subir un escalafón en las negociaciones y ahora presionan a Sumar para que les ayude a convencer a los comunes de que aprobar los presupuestos de este año en el Congreso, en el Parlamento y en el Ayuntamiento de Barcelona es bueno para todo el mundo.
Además de añadir presión sobre En Comú Podem, ERC también quiere presionar al gobierno español para arrancarle más inversión y avanzar en las negociaciones de un nuevo sistema de financiación. “Reclamamos una mejora sustancial del sistema de financiación que garantice que todos los ciudadanos de Cataluña dispongan de los mismos recursos per cápita en términos de políticas públicas”, ha anunciado Junqueras. En la misma línea, el gobierno catalán ha exigido esta misma semana los más de 5.000 millones de inversiones presupuestadas y no ejecutadas en Cataluña entre 2015 y 2022. Quieren una transferencia directa para acabar con la “falta sistemática de ejecuciones por parte del gobierno español”.
ERC, dispuesta a jugar la carta de Junts
Tanto el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, como ERC están dispuestos a forzar la máquina para aprobar los presupuestos catalanes. Cuentan con los 2.400 millones adicionales que están incluidos en las nuevas cuentas para exprimir al máximo el último año de legislatura con el claro objetivo de quedar por delante del PSC a las próximas elecciones en el Parlamento, que como muy tarde serán el próximo mes de febrero. En Palau no descartan ninguna opción y, en paralelo a las negociaciones con los comunes, también han retomado las conversaciones con Junts. A pesar de que las exigencias de los de Turull ahora mismo son inasumibles para los republicanos —en especial la supresión del impuesto de sucesiones—, las dos formaciones harán un último esfuerzo. “¿Está dispuesto, presidente?”, decía a Aragonés el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet. “Nosotros estamos aquí”. El presidente de la Generalitat recogió el guante inmediatamente. “Sentémonos, hablemos y lleguemos a un acuerdo. Estoy plenamente dispuesto”, sentenció. Con todo, un acuerdo entre ERC y Junts se presenta complicado en plena disputa por la hegemonía del voto independentista, pero es una herramienta más que tienen los republicanos para forzar la mano de los comunes.
