La comisión de investigación en el Congreso de los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils vivió este miércoles una jornada extraña. Tres comparecientes de diferente intensidad, con la apertura del comisario de inteligencia jubilado José Manuel Villarejo y la continuidad del exsecretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, quien señaló a los Mossos d’Esquadra como responsables del descontrol del imán de Ripoll, Abdelbaki es Satti. En último término, fue por el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo, compareciente por su vicio de protagonismo y cierta tendencia a ser un bocazas.
Margallo estaba convocado por las declaraciones, cuando ya no era ministro, en las que afirmó que en Cataluña «pasarían cosas a partir del 15 de agosto [de 2017]». Una declaración que debía relacionarse con una anterior donde aseguraba que España podría superar un atentado y no la secesión de una parte del Estado. Una combinación temeraria a la cual hoy ha restado importancia y ha insistido -y argumentado- que se refería a hechos políticos. De hecho, calificó de infamia que intenten interpretar que él tenía conocimiento de que habría un atentado. Ahora bien, su intervención sirvió para desgranar la estrategia diplomática del Estado con la «comisión Montserrat» o la advertencia a Benjamin Netanyahu, como líder de Israel, de que si reconocía Cataluña, España reconocería Palestina.

Una comisión para crear «argumentarios»
El turno de la portavoz de Junts en la comisión, Pilar Calvo, fue el más jugoso y propuso a Margallo, quien aceptó el reto, que explicara la «comisión Montserrat» y la tarea diplomática contra el Procés soberanista. En primer término, el exministro negó que la Moncloa pensara jamás que Marruecos tenía alguna relación o favorecía el independentismo. En cambio, sí que vieron esa inquietud en los países bálticos, ya que «estaba de moda la vía báltica», Escocia -por el referéndum-, el Vaticano o los EE.UU.
Margallo contabilizó hasta 30 o 40 países con los que tuvo relación sobre el Procés. En este contexto, destacó como momento «más tenso» un encuentro con Netanyahu por los «comentarios que hacían los cónsules de Israel» sobre la causa catalana que «no le gustaban». «Ustedes tienen un problema si reconocen Cataluña porque nosotros reconoceremos Palestina», recordó que le dijo.
Por otro lado, redujo la «comisión Montserrat» a un «grupo de funcionarios, muchos de ellos catalanes, que creaban argumentarios para transmitir a las embajadas españolas» para que, cuando la diplomacia catalana hiciera su trabajo, ellos tuvieran «material para contraargumentar y llegara a los gobiernos, a los parlamentos y a las opiniones públicas». Según Margallo, esta comisión, que se reunía los viernes, no supuso ningún gasto público extra y se creó ante la situación que había generado el paso del presidente Artur Mas al independentismo. Por otro lado, insistió en que los argumentarios se han publicado y sirvieron para debates como los que mantuvo con Oriol Junqueras, Joana Ortega, Joan Tardà o Artur Mas.