Lluís Roldán es un licenciado en Geografía e Historia y en Educación Física que se dedica a la investigación. Publica el segundo volumen sobre la historiografía castellana y el relato que implica cómo negar la historia catalana. Según Roldán, sobre cómo se ha insertado la nación catalana dentro del relato de la historia de España. En la Universidad Catalana de Verano (UCE) de este año, en Prada (Conflent) presentó este libro que titula, con intención Reyno de España. Historia negada a la nación catalana (Editorial Llop Roig, 2025). Ha trabajado y anuncia un tercer volumen para terminar de explicar la estrategia castellana de asimilación.
Este libro pone sobre la mesa que buena parte de la historiografía española intenta anular lo que hemos convenido en entender como nación catalana.
Sí, y es así. Sobre todo para preguntarme dónde está nuestra historia. A medida que yo, como licenciado en historia, empiezo a trabajar sobre la historia de Cataluña y, sobre todo, de la nación catalana, me doy cuenta de que la historia española no refleja nuestra historia. ¿Cómo puede ser que nuestra historia, la que conocemos, la que no hemos estudiado, no aparezca nunca? ¿La historia catalana, mallorquina, valenciana? Sobre todo a partir de la historia medieval, que no queda reflejada en la historia española. Y eso me provoca que comience a investigar el porqué.
¿Y qué encuentras cuando empiezas a investigar?
Me encuentro que la historia española viene a ser como un cuento y que la historiografía en la que se fundamenta es una historiografía muy laxa. Es una historiografía que se basa, sobre todo, en reproducciones que hacen historiadores de los siglos XVII y XVIII sobre la época medieval. Me encuentro que la historia de Castilla medieval no dispone de un archivo medieval, no dispone de documentación medieval, y que toda la referencia al poder de Castilla se sustenta con historiadores y con personas que escriben a partir del siglo XVII. Hay algo que no me cuadra. Cuando no encuentras los originales, cuando todo son referencias de segunda y de tercera mano… demasiados intermediarios.
¿Qué quieres decir?
Me doy cuenta de que es una historia que está basada en hechos puntuales, en hechos épicos, que son muy fáciles de recordar, que son muy agradables, incluso, de recordar, pero que cuando haces una búsqueda sobre un hecho concreto, dices, ostras, no tengo ninguna fuente inmediata, ninguna fuente primaria de este hecho.
O sea, podríamos decir que es una historiografía poco rigurosa.
Yo creo que sí. Por ejemplo, la famosa batalla de Covadonga, el origen de lo que llaman «la Reconquista» y donde los historiadores ven el inicio de España. Algunos la sitúan en la Hispania romana, pero Covadonga es el espacio donde se ha acordado que comienza España. Y descubres que no fue ni una batalla, sino una escaramuza. Además, no es que expulsaran a los musulmanes del norte de España, es que los musulmanes, cuando llegan al norte de España, se dan cuenta de que no hay riqueza, y prefieren quedarse en la ribera del Ebro, del Tajo o del Duero, en la costa mediterránea, o en Andalucía, donde sí pueden obtener riqueza. Al final, no es una historia sólida. Pero lo que acabo descubriendo es la manera en que se ha relatado esta historia.
¿Cuál es esa manera? ¿Cuál es esa base?
Hay una base historiográfica poco sólida. Por ejemplo, se habla del descubrimiento de América y no se conserva ningún documento original. Y, además, hay un método narrativo, que yo lo llamo método narrativo del desequilibrio historiográfico, en el cual se da una preponderancia muy grande a la historiografía castellana. Toda la historia de España está basada en este método historiográfico, donde se sobredimensiona los hechos castellanos y se invisibilizan los hechos catalanes.
¿Esto tiene una intencionalidad política clara?
Es muy difícil desligar la historia de la política.
Pero es muy importante, para esta idea de España, de la creación de la identidad española o de la nación española, que quieran uniformizar. Y de eso ha sido víctima, por ejemplo, la historia de la Corona de Aragón.
La Corona es víctima de eso. El reyno de España, historia negada por la nación catalana es el segundo de una tríada. En el primer libro hablaba justamente de la Corona de Aragón, que es un concepto que esconde la historia de la nación catalana. En este segundo libro analizamos cómo se niega la nación catalana a partir de la creación de la nación española a través del reyno de España. Y el tercero será cuál es la interpretación que se debe hacer, una interpretación sobre la base historiográfica de la nación catalana. Yo intento evitar la política. Desde mi punto de vista, que es que la nación catalana existe.

Podemos concluir, entonces, que la creación de la nación española implica la desaparición de la nación catalana, historiográficamente.
Historiográficamente, históricamente, lingüísticamente, en todos los aspectos. Es por eso que desde el estado español, y en este libro lo llamo reyno, con Y, como algo un poco anticuado, anquilosado, es un estado que no acaba de funcionar. Aunque nosotros quizás hemos vivido la época en que mejor funcionaba el estado español, su historia nos demuestra que es un estado disfuncional, que no acaba de funcionar, pero que intenta narrar, intenta explicar una historia pasada, gloriosa, épica, imperial, fundamentada en Castilla. Y con esta fundamentación la nación española nos excluye como nación catalana. También excluye a otras que actualmente están integradas en el Estado español. Pero la nación catalana, que es una nación que en la época medieval y moderna era una nación potente, vigorosa, emprendedora, con mucha riqueza, cultural y económica, se intenta excluir de esta historia de España. De hecho, explico, teoritizo, evidencio una hipótesis sobre a partir de cuándo y dónde se comienza a fabricar esta historia exclusivamente castellana.
¿Y cuál es la hipótesis?
En el reinado de Felipe II, y en los anteriores, sobre todo de Fernando II, el Católico. Fíjate en la maniobra de Felipe II: traslada todo su poder, todo el poder de una monarquía austro-hispánica, al centro peninsular, construye allí un palacio y un archivo donde hace aportar toda la documentación, tanto de la península como de las colonias, al archivo de Simancas, un lugar ideal para comenzar a fabricar esta historia, esta historia española con esta sobredimensión castellana.
La sensación es que la historia española abusa de los mitos, desde el Cid Campeador, a Agustina de Aragón, Isabel y Fernando y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.
Correcto. Y algunos de los personajes son anécdotas que, en el ámbito de trascendencia histórica, no tienen ningún tipo de valor. Y, en cambio, ¿cuántos catalanes, ya no digo españoles, cuántos catalanes conocemos la historia de Ramón Berenguer I?