Rigoberta Bandini ha sido la última invitada de La Revuelta, un programa que ha seguido metiendo el dedo en la llaga en plena guerra con El Hormiguero. Este lunes, Pablo Motos se ha defendido tras las acusaciones por el juego sucio que habría hecho en la entrevista al piloto Jorge Martín. Mientras tanto, su rival de TVE se ha burlado con la ayuda de la cantante que revolucionó el país con Ay, mamá.
La cuestión es que la artista de Barcelona le envió un mensaje a David Broncano al día siguiente del estallido de la polémica. ¿Y qué le decía? «Sé que me entrevistas el lunes, pero me acaban de llamar de El Hormiguero y no puedo ir«. En su caso, todo formaba parte de una broma que el otro habría captado enseguida.
¿Lo que no se esperaba? Que ahora dijera públicamente que cree que está vetada en el programa de las hormigas: «Yo estoy vetada y no puedo ir, pero ni siquiera sé por qué. No he ido nunca, pero una vez que me sugirieron se me dijo que no«. La teoría de Rigoberta? Que a Pablo Motos no le gusta que hable de feminismo: «Quizás es porque dije la palabra teta en su momento«, ha lanzado con acidez.
David Broncano ha seguido el hilo, claro, y ha aprovechado para enviar más puyas hacia su rival: «Nosotros estamos abiertos a que hagáis lo que queráis. Podéis ir a su programa primero o después que aquí, nos da igual«.

Rigoberta Bandini responde las preguntas clásicas de La Revuelta
Más allá de seguir con el tema, Rigoberta Bandini también ha hablado sobre su vida profesional y ha respondido las preguntas clásicas sobre los aspectos más íntimos. Tras el éxito que obtuvo con el tema feminista del Benidorm Fest, en 2022 llegó a ganar muchísimo dinero: «Me pude comprar un piso y un estudio musical que he convertido en mi espacio de creación«. Todo lo que ha obtenido después, dice que lo ha invertido en el próximo disco y gira: «Me he puesto un sueldo y, todo lo demás, es para la música».
La cantante ha reconocido que ha querido hacer trampas para quedar bien cuando le preguntaran por las relaciones íntimas que ha mantenido el último mes: «Tengo que ser honesta. Cuando quedaba un mes para venir a la entrevista, puse en el calendario familiar que tenemos que a partir de ese día comenzaba el countdown para quedar bien ante España. Teníamos 30 días para follar y para mentir y demostrar que follamos».

«Comenzamos motivadísimos los dos primeros días, el tercero nos dio pereza pero lo hicimos. Y el cuarto día nos dimos cuenta que si realmente lo hacíamos cada día, terminaríamos divorciándonos porque nos daríamos asco. Qué pereza, no queremos follar cada día. Creo que la cantidad está muy sobrevalorada hasta el extremo. Creía que nos serviría para venir aquí con 15 años menos diciéndote que nos habías reavivado la llama, pero al contrario. La llama ya se la doy a la gente de 20 años que está empezando, yo ya estoy feliz con lo que tengo. A partir del cuarto día ha sido algo más esporádico, en total debemos tener 5 puntos. Y lo peor es que aquellos cuatro polvos forzados ni siquiera contaron porque la entrevista se atrasó», ha proseguido.