Shakira llegó a un acuerdo de conformidad con Hacienda para evitar ir a prisión. Le acusaban de haber evadido impuestos en una operación fiscal turbia y, después de una batalla judicial de años, bajó la cabeza y pagó una multa de siete millones de euros que dejaba la pesadilla atrás. Ahora, unos meses después, ha emitido una carta en la que justifica la decisión que tomó y en la que aprovecha para acusar la Agencia Tributaria de mantener una guerra sucia contra ella por motivos machistas.
Shakira reconoció que había cometido un acto delictivo porque era necesario para poder evitar la pena máxima. Ahora bien, continúa defendiendo su inocencia después de todo: «Asumí el delito fiscal no por cobardía ni culpabilidad, sino para proteger mis hijos«. Su objetivo era dejarles el legado de una mujer que supo exponer sus razones «con calma».

Shakira, indignada por la investigación y el trato que ha tenido a la Agencia Tributaria
El artista se muestra indignada y hace evidente que se arrepiente mucho de haber vivido en Cataluña en los 10 años que estuvo con Gerard Piqué: «Aquella década española fue una década perdida financieramente«. ¿Por qué? Al afirmar que todo lo que ganó aquellos años se lo acabó quedando el Estado español.
Shakira cree que el organismo usó un perjuicio machista para decir que no se creía que realmente no viviera en España: «Si el cantante hubiera sido un hombre americano que se hubiera enamorado de una española y la visitara regularmente, me cuesta creer que la Agencia Tributaria habría considerado que tenía una intención de arraigo. Hay un machismo estructural que da por sentado que una mujer solo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene».
La cantante continúa con su furia, ya que no entiende por qué se han entretenido tanto en sus finanzas. En su momento, dice que incluso la Casa Blanca habría investigado sus cifras y que «nunca» no encontraron «ni la menor señal de ilegalidad«. Y, a partir de aquí, más críticas hacia la Agencia Tributaria: «No intentan castigar a quien no cumple, sino que muestran trofeos de caza para reconstruir una credibilidad en entredicho».
«Si quieren que creamos en las instituciones, tendrían que convencernos de que las instituciones crucen en nosotros. Las cosas no se solucionan quemando en la hoguera a una figura pública como si se tratara de un proceso de la Inquisición para poder recuperar el prestigio perdido», añade. Una Shakira muy enfadada que demuestra que continúa pisando fuerte.