Shakira y Gerard Piqué se han reencontrado delante de la casa familiar de Esplugues de Llobregat y el momento no ha podido ser más tenso. La situación entre ellos es claramente incómoda, lo que se entiende teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. La cantante no se ha cortado en ningún momento a la hora de señalarlo como infiel y culpable de la ruptura, unos reprochados feroces que ha hecho públicos en tres canciones a las que podrían sumarse dos más en las próximas semanas. Las cámaras de
El futbolista estaba sentado dentro del coche mientras esperaba que los niños entraran, una conducta que ha adoptado últimamente para evitar tener que entrar en la casa. Estaba esperando y, justo entonces, llegaba Shakira con su hermano en una gran furgoneta que usan para ir a hacer surf en la playa. Su coche ha pasado justo por delante del de Gerard Piqué, lo que ha hecho que se vieran las caras. Shakira ha optado por ignorarlo completamente y ni siquiera le ha saludado desde el asiento del copiloto, en el que se ha quedado inmóvil hasta que ha visto a su hijo y le ha saludado tímidamente con una mano antes de entrar al parking.
En este video también ha quedado patente que el hijo mayor tiene la música en la sangre, puesto que se le ve bailar durante unos segundos mientras espera poder entrar dentro del coche. El hijo pequeño accedía a él con la ayuda de una niñera, la que le ha ayudado antes de que Gerard Piqué pusiera rumbo hacia su con los dos pequeños de acompañantes.

Gerard Piqué, nervioso, se va de la casa de Shakira con el maletero abierto
Hace un par de días, Gerard Piqué también protagonizó otro momento surrealista delante de la casa de Shakira. El futbolista, visiblemente nervioso, quería irse de allí como antes mejor y puso en marcha el coche sin darse cuenta que todavía tenía el maletero abierto. Justo cuando acababan de bajar los niños del vehículo, hizo un fuerte acelerón para irse de allí corriendos tal como muestran las imágenes que captó la misma agencia.

La pareja ha acabado muy mal, esto queda claro. La tensión entre ellos cada vez es más exagerada y parece que, de momento, no hay muy buen rollo ni ganas de saber el uno del otro.