El escritor, periodista y colaborador del diario El Món, Vicenç Villatoro, relata «la apasionante epopeya humana» sobre la creación del Canal de Urgell -la infraestructura hidráulica que abastece con agua del río Segre los campos de cultivo de las comarcas del Urgell, Pla d’Urgell, la Noguera, el Segrià y las Garrigues- en su nueva novela ‘Urgell. La febre d’aigua’, una historia que reflexiona sobre mantener «la esperanza» dentro del «fracaso». Es decir, el sentimiento de confiar que, por mucho que una cosa no haya salido tal como estaba previsto, esto no comporta que no pueda tener sentido en un futuro. El escritor indaga en la sensación de sentir que «todo el esfuerzo dedicado a una causa ha sido en vano» a través de la historia de la creación del canal de regadío de Urgell, puesto que, a pesar de que «fue una de las obras más importantes de Europa» en el siglo XIX y se convirtió en una auténtica revolución social, hubo un momento en que, según relata en el libro, «la población del territorio creía que había sido un error» invertir tiempo y sudor para crear este canal.

«Con esta novela busco explicar una historia sobre el fracaso, pero a partir de una realidad en la cual la semilla plantada ya ha dado sus frutos. El fracaso se ha acabado convirtiendo en un éxito». Así es cómo ha descrito el trasfondo de la obra Vicenç Villatoro durante la presentación de su nueva novela de este jueves por la mañana en la librería Ona Llibres de Barcelona. El caso del canal de regadío es muy «curioso», puesto que, a pesar de tratarse «de un prodigio de obra», el día siguiente a construirse los resultados no fueron los esperados: «el agua llevó enfermedades, salobridad y emigración, y fue el centro de conflictos sociales y económicos profundos. Muchas de las personas que habían participado en la esperanza que impulsó la construcción del Canal murieron con la sensación de haber fracasado en sus propósitos». No fue hasta un siglo más tarde que la sensación de fracaso se revirtió.

Imagen de ‘Urgell. La fiebre de agua’, nuevo libro de Vicenç Villatoro / G.M.

El escritor ha aprovechado el hilo del Canal de Urgell para adentrarse en esta «sensación humana», pero también refleja otros momentos vitales donde este sentimiento de «fracaso» se ha extendido entre la población: «A pesar de que el libro queda además de las ideologías, yo empiezo a escribir la novela en 2020. En aquel momento todavía estamos muy cerca de los hechos de octubre del 2017 y de la compleja situación del independentismo», argumenta el escritor, que asegura que en su novela también se puede encontrar un componente político escondido entre el texto, a pesar de que no era su intención hacer una reflexión política sobre el Proceso. De hecho, aprovechando las palabras de Rudyard Kipling, Villatoro equipara el «triunfo» con el «fracaso», puesto que considera que son dos caras de la misma moneda que pueden variar según el contexto. «El éxito y el fracaso son relativos», defiende. Partiendo de esta premisa, el escritor considera que «la esperanza» de los individuos rae a saber ver la luz dentro del fracaso y confiar que todo por el que se ha luchado tenga un sentido.

Un vínculo con la familia

La historia está explicada a través de dos voces: la de Vicenç Lamolla -el bisabuelo de su abuelo-, un hombre que viajó desde el reino de Nápoles hasta el Priorat para integrarse en los Cuerpos Francos para luchar contra los carlistas en las montañas de Siurana, y la de Peregrina Rodamilans, la mujer con quien Lamolla se casó una vez acabada su etapa como soldado. «He buscado personajes anónimos, sin reconocimiento, para poder explicar la historia del canal. Como que han sido personas sin repercusión para reinventarlos como personajes y regalarlos experiencias que no han vivido», argumenta Villatoro. Con una escritura cargada de detalles, el autor desgrana el «sentimiento universal» del fracaso y como este puede convertirse en un punto de partida para conseguir «un mundo mejor».

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