Cataluña está llena de pequeños rincones llenos de encanto. Entre los pueblos de la Noguera se alza Montsonís, una pequeña entidad de población adherida al municipio de la Foradada. Situado a la izquierda del río Segre, a la entrada del estrecho de Salgars, se encuentra este pequeño pueblo catalán, donde viven 68 personas durante el año, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). Originalmente, Montsonís era una villa administrativamente independiente, pero desde la mitad del siglo XIX forma parte del municipio de Foradada, que está formado por cinco entidades de población diferenciadas. En conjunto, en Foradada viven menos de 200 personas, según los mismos datos del Idescat. Dos grandes ejemplos de la belleza del mundo rural de Cataluña.
Montsonís está reconocido como uno de los pueblos con más encanto del país gracias a la belleza paisajística del entorno que lo rodea, pero también por su patrimonio arquitectónico y cultural. Una combinación que, tal como recuerdan desde el mismo ayuntamiento en su página web, convierte a Montsonís en un destino ideal para hacer una escapada de fin de semana, tanto en familia como con amigos: «El pueblo de Montsonís es ideal para hacer una escapada de fin de semana o unas breves vacaciones para desconectar disfrutando de la tranquilidad, la naturaleza y del senderismo», destacan desde el consistorio de esta pequeña villa catalana. Montsonís, pues, es un muy buen destino para los amantes de la montaña, ya que permite disfrutar de diferentes rutas para descubrir el paisaje de la Noguera.

El castillo, la joya de la corona
El monumento más destacado de Montsonís es su castillo, ubicado en la parte más alta del pueblo, presidiendo el valle. Según apuntan los historiadores, antiguamente, el castillo formaba parte del recinto amurallado de la villa, que se extendía por toda la colina. Los mismos historiadores indican que el conde Ermengol II, llamado coloquialmente, “el Peregrino”, mandó construir esta fortaleza para proteger, vigilar y repoblar las tierras después de haber sido reconquistadas a los sarracenos. Ahora bien, esta fortaleza original tuvo que ser reconstruida después de las guerras contra Castilla, ya que quedó muy afectada. Durante el siglo XV se volvió a edificar el castillo con una estructura mucho más similar a la actual, aunque con el paso del tiempo se ha ido reformando en diversas ocasiones, especialmente después de la guerra de los Segadores.
Desde 1993, el castillo está abierto al público y se organizan visitas guiadas por el interior para descubrir todos sus secretos escondidos. Dentro del castillo se puede visitar el oratorio privado, la cocina, los diferentes comedores, la prisión y las diferentes habitaciones de la fortificación. También hay una sala donde se exponen tapices históricos y se puede visitar el pequeño pasillo secreto que conectaba el sótano del castillo con el monasterio de Salgar, situado a unos tres kilómetros del castillo. Un pasillo que se descubrió durante la Guerra Civil española.

