Ha sido uno de los casos más sonados de usurpación de funciones de los últimos años. Un caso del síndrome
Ahora, siete meses después de que estallara el escándalo, el consejero de Salud, Manuel Balcells, ha remitido un informe en el Parlamento, a petición de la diputada socialista Assumpta Escarp, en que asegura que «nunca se dieron situaciones irregulares que hicieran pensar que la protagonista no disponía de la titulación de médica». Balcells añade en el documento, del pasado 16 de noviembre, que ningún profesional del centro ni ninguna actuación de la ahora investigada por intrusismo, falsedad documental y usurpación de estado civil «pusiera en entredicho su profesionalidad». De hecho, según el departamento de Salud, la falsa médica firmó 853 informes y solo generó una queja, que quedó resuelta.

Contratada sin aportar la documentación
El informe aportado por el departamento de Salud es la narración de un despropósito administrativo de manual. El caso empezó el pasado mes de julio, cuando la gerente del Hospital de Berga denunció a los Mossos d’Esquadra que desde el mes de diciembre del 2022 había una trabajadora «ocupando una posición de médica al servicio de urgencias que no disponía de titulación requerida«. De hecho, el mismo documento admite que una «empresa de servicios sanitarios preventivos [integrada en el Sistema de Emergencias Médicas], donde la supuesta médica había buscado trabajo, alertó el Hospital del Berguedà de la posible situación de falsedad». La dirección del hospital pudo constatar en julio que el número de colegiada de la supuesta médica correspondía a otro facultativo.
La dirección de recursos humanos que el centro hizo sobre la contratación de esta persona ya constata las irregularidades en el procedimiento de contratación. En concreto, el 16/12/2022 recursos humanos le reclamó documentación que faltaba para formalizar la contratación. Tres días después, el 19/12/2022, facilitó una documentación «insuficiente». «Con todo, se hizo efectiva su contratación y se efectuó requerimiento verbal de la documentación que faltaba», reconoce el departamento de Salud en el Parlamento. «Por lo tanto, el departamento de recursos humanos no validó adecuadamente la información que había facilitado esta persona para su contratación», confirma el informe del consejero Balcells.

Ninguna «irregularidad» en su trabajo médico
De todas maneras, Balcells enfatiza, en su respuesta al PSC, que en ningún caso se registró ningún problema médico en la praxis de la presunta doctora. Así, arguye que el Hospital de Berga dispone de un «protocolo de seguimiento y control de las valoraciones asistenciales en médicos con poca experiencia o en personas recién llegadas al sistema». Según este protocolo, todas las atenciones de estos nuevos facultativos son supervisadas por un médico sénior. «Esto implica», concluye Balcells, que la falsa médica «actuó siempre, en todos los casos, bajo la supervisión de un facultativo». «Con este proceso de supervisión no se dieron situaciones irregulares que hicieran pensar que no disponía de la titulación que ella misma había afirmado que tenía durante el proceso de contratación», sentencia el consejero, negro sobre blanco.
Todavía más, el informe del Departamento de Salud, destaca que «desde el centro ningún profesional alertó anteriormente de situaciones irregulares, y es que en ningún momento se produjeron actitudes o acciones que pusieran en entredicho su profesionalidad», a pesar de que se le aplicó, como todos los profesionales noveles, «el protocolo de seguimiento y control de sus valoraciones asistenciales». De hecho, también recoge que el hospital no tuvo conocimiento de ninguna situación irregular hasta el recibimiento de una alerta de intrusismo profesional. Así, la ahora investigada trabajó como médica durante el periodo comprendido entre el 20 de diciembre de 2022 y el 13 de julio del 2023, al servicio de urgencias del Hospital de Berga. Durante estos siete meses, firmó 853 informes de alta de pacientes, y se recibió una única reclamación a la Unidad de Atención a la Ciudadanía, que quedó resuelta, sin problemas añadidos.
Expediente disciplinario y un despido
De momento, el caso tiene un doble vertiente. Por un lado, el expediente disciplinario a la supuesta médica y la denuncia a los Mossos d’Esquadra. Pero, internamente, la repercusión ha tenido tres escenarios: la evaluación de riesgos asistenciales, el proceso de contratación y una tercera parte jurídica. A consecuencia de la investigación interna, y previa información al Servicio Catalán de la Salud, se procedió a abrir un expediente disciplinario a la persona responsable de recursos humanos, que culminó con su cese del cargo el veinte de julio del 2023. Finalmente, el Hospital del Berga abrió también un proceso de revisión de los procesos de contratación. Según Balcells, hay que ser «más riguroso» en estos procesos.
La historia, pero, no acaba aquí. El juzgado de instrucción 1 de Berga, ha retirado el pasaporte a la falsa médica y lo obliga a comparecer cada quince días al juzgado. Los Mossos sospechan que la mujer había trabajado en doce centros sanitarios más, siempre sin título acreditativo. El Colegio de Médicos de Barcelona y el de Enfermería se ha personado como acusación particular. De hecho, los servicios territoriales de Educación en la Cataluña central ha asegurado en El Món que, cuando estalló el escándalo, el Instituto de Vic los alertó que la falsa médica había intentado obtener el título de técnica sanitaria, pero no se había salido. Y falsificó el título de manera muy chapucera, sin la firma del director ni el sello actualizado, puesto que había hecho una captura de un emblema antiguo del Instituto de un web antiguo. De momento, el caso continúa judicializado.
No es, ni mucho menos, el primer caso de usurpación de funciones en la sanidad catalana, pero sí que tiene el primer lugar en el ranking en cuanto al tiempo de mantenimiento de la farsa. El mayo de 2020 fue detenido un hombre para hacerse pasar durante 20 horas por médico en un centro hospitalario de Martorell. Las irregularidades no aguantaron ni un día, pero el falso médico tuvo tiempo de firmar un certificado de defunción por Covid-19. Meses después, fue detenido al hacerse pasar por vigilante de Renfe.