Casi un 64% de los docentes se siente «desbordado» por el elevado volumen de burocracia de la profesión. Esta es una de las conclusiones que se extrae de la segunda parte del análisis sobre el malestar docente elaborado por USTEC, y presentado este miércoles por la mañana. Desde la sede del sindicato mayoritario del sector, la portavoz nacional del sindicato, Iolanda Segura, y el coordinador del grupo de trabajo que ha articulado el estudio, Xavier Díez, han presentado una radiografía detallada sobre el «desgaste estructural» que padece la profesión. Un desgaste que ha llevado a las diferentes organizaciones sindicales a unirse en una manifestación conjunta, convocada para este sábado 15 de noviembre. Para Díez, la conclusión es clara: «Tenemos una escuela con una complejidad del siglo XXI, con salarios del siglo XX», sentencia.

Desde el sindicato mayoritario atribuyen este «desgaste estructural» a diversos factores, todos correlacionados. Uno de los principales ejes es la sobrecarga burocrática, ya que los docentes consideran que, en los últimos años, se ha incrementado sustancialmente la carga laboral, pero no se han mejorado sus condiciones laborales. De acuerdo con los datos del estudio, elaborado a partir de las respuestas de 10.400 profesionales de la enseñanza, un 84,13% de los docentes se siente «insatisfecho» con la burocracia de su trabajo, y un porcentaje muy similar -el 84,56%- también apunta que esta carga ha aumentado significativamente en los últimos años. En este sentido, el 64% de los docentes encuestados también apunta que su carga burocrática es «excesiva». Teniendo en cuenta esta situación, desde el sindicato mayoritario del sector aseguran que «la burocracia es el principal factor de malestar» de los docentes, que se sienten «agotados»: «La mayoría de tareas burocráticas, como hacer planes y rúbricas, resta de la práctica docente», argumenta Iolanda Segura.

La portavoz del sindicato USTEC-STEs, Iolanda Segura, en una imagen de archivo / Europa Press

Salarios estancados y ratios elevadas

Al malestar generalizado por «el exceso» de burocracia se suma el estancamiento de las condiciones laborales, uno de los principales motivos por el cual los docentes volverán a salir a la calle esta semana. En detalle, según las cifras del estudio, el 58,15% de los docentes se siente insatisfecho con su salario actual. Desde el sindicato mayoritario recuerdan que, en Cataluña, los profesores y maestros del país han sufrido una «pérdida del 25%» del poder adquisitivo en los últimos años, ya que el complemento específico, que depende de la Generalitat, «está congelado desde hace siglos». En esta línea, Xavier Díez también apunta que «los docentes sienten vergüenza» de reclamar mejoras salariales, porque es una profesión que ofrece un servicio público y básico: «El 67% de respuestas abiertas consideran que son factores que los motivan a dejar la profesión», lamenta el coordinador del estudio. De hecho, durante la primera parte del estudio, presentada en octubre del año pasado, las cifras publicadas por USTEC ya mostraban que tres de cada diez docentes querían abandonar la profesión.

Teniendo en cuenta esta situación, desde el sindicato reclaman una subida de sueldo generalizada para todos los docentes del sistema educativo y recuerdan que, con el sueldo de maestro, no se puede vivir en algunas ciudades del país, como Barcelona, debido a la crisis de la vivienda que golpea Cataluña. «En Barcelona, con un sueldo de maestro, eres directamente pobre», exclama Díez. A pesar de que reclaman el aumento de sueldo generalizado para todos los docentes, sí que recuerdan que en las Islas Baleares se ha creado un complemento específico para los profesionales que viven en las zonas más tensionadas por la crisis habitacional, como Ibiza. Por otro lado, otro de los factores que influye en el cóctel que agrava el «malestar» de los docentes son las ratios elevadas de las aulas. En detalle, casi el 80% de los docentes también cree que las ratios de los centros educativos son demasiado altas, lo que también desmotiva a los profesionales del sector: «Es necesario poner soluciones a las necesidades que tenemos en los centros, porque estos malestares vienen dados por la imposibilidad de ejercer nuestra tarea de forma adecuada», asevera Segura.

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